Mucho movimiento en las oficinas blancas estos últimos días. Tras terminar la temporada perdiendo el título liguero contra el eterno rival era de esperar que fueran varios los cambios. Draper se marchó al Efes turco, mientras que Tremmell Darden militará el próximo año en las filas del Olympiacos. El alero norteamericano tuvo una jugosa oferta de los helenos por dos años (el doble de lo que le ofrecían en Madrid) y no dudó en hacer las maletas. A ellos se unía Mirotic, que tenía más que cerrada su salida hacia los Chicago Bulls, donde compartirá camiseta con Pau Gasol.

Muchas bajas pero pocas altas, por lo que algunos ya se estaban poniendo más que nerviosos con lo que será la plantilla del próximo año. Es cierto que los blancos han perdido a hombres experimentados, de calidad y buena defensa, pero las incorporaciones parecen traer esperanza a un equipo cuyo nivel de exigencia es máximo. Andres Nocioni fue el primero en desembarcar. Nadie duda de la inmensa calidad del Chapu, el problema es la edad, aunque con las lógicas y largas rotaciones de Laso su rol puede ser muy aprovechable.

Calidad báltica

En Madrid aterrizan ahora dos nuevas caras. Por un lado ya es oficial la contratación de Jonas Maciulis (nacido en Kaunas, 29 años, 2.00 metros, 107 kilos). Alero lituano muy experimentado que comenzó su carrera en el Zalgiris para luego pasar por Olimpia Milán, Montepaschi Siena y Panathianikos, donde ha militado las dos últimas temporadas. A ello suma una gran experiencia con la selección de su país, de la que es un fijo desde hace una década.

Maciulis no es un anotador explosivo, pero tiene buenos porcentajes de tiro, lo que demuestra que suele seleccionar bien los lanzamientos y no abusa tirándose las sillas. Su mejor año en la Euroliga promedió 13 puntos y cinco rebotes, aunque en las últimas temporadas tiene un rol más conservador, de continuas ayudas sin olvidarse de salir a la contra. Los dos últimos años en el PAO promedia ocho puntos, cuatro rebotes, dos asistencias y dos robos. Por su polivalencia parece una pieza de fácil encaje en el engranaje de Laso.

El tirador que sabe trabajar

El segundo fichaje en apenas horas ha sido Kelvin Craswell Rivers (Clemson, 27 años, 1.98), aunque el club todavía no ha dado la nota oficial. Un auténtico trotamundos del baloncesto que tras sus años de universitario no tuvo un buen draft, por lo que decidió recorrer el mundo en busca de minutos de juego. Empezó en equipos de poco brillo en la Lega2 italiana (algo así como la división de plata), pero sus buenos números hicieron que promocionara rápidamente y jugara en Benetton y Bologna. Después de su paso por Francia y hasta Canadá, volvió a tener algo de continuidad en la liga rusa, donde el Khimki y Lokomotiv Kuban lo volvieron a poner en el panorama de portada.

Este último año intentó el desembarco en la NBA, pero la exigente competición hizo que terminara en los Reno Bighorns de la Develoment League (Liga de desarrollo), o lo que es lo mismo, el filial o equipo B de las franquicias oficiales. Para algunos puede ser una degradación, pero también es un escaparate que Rivers ha sabido aprovechar. Ha promediado 16 puntos, cuatro rebotes y ha disputado partidos brillantes con récords de triples por minutos jugados. Rivers puede jugar de alero y de escolta, pero también de falso cuatro gracias a su físico.

Muchos le ven como un tirador explosivo, y killer de rachas, por lo que su papel parecería ya cubierto por Jaycee Carroll, pero lo cierto es que también puede aportar rebote, ayudas en defensa y manos largas en los robos. Laso ya intentó ficharle en el 2013, y parece que finalmente su voz ha sido escuchada.