La Euroliga volvía al Palacio en esta tercera jornada para deparar un duelo hasta ahora inédito en la máxima competición continental. Los blancos se enfrentaban a los rusos del Nizhny Novgorod, equipo que no tiene el nombre de otros clásicos de su tierra como CSKA o Khimky, pero que se ha ganado estar en la competición por méritos propios. Esta vez, entraba en el roster del Madrid Marcus Slaughter y el descarte era un Jonas Maciulis con molestias tras el último partido liguero. Con esas premisas amaneció un duelo fluido en las transiciones y rápido en los tiros. Carroll aportaba puntos desde varias zonas, mientras que los visitantes respondían desde el perímetro.

Traspasado el ecuador del primer cuarto los merengues fueron dominando más la zona y ganando claramente la guerra por los rebotes. Ello, sumado a su mayor polivalencia ofensiva, fue abriendo las diferencias en el electrónico. Carroll seguía en modo francotirador, pero también Rudy y Llull se sumaban a la sangría con sendos misiles desde el 6.75. Minutos de canastas brillantes en los que los rusos se fueron empequeñeciendo como grupo y tan sólo sumaban esporádicamente con la aportación de Rochestie. El parcial culminó con 26-18.

Metralleta Carroll

Seguían las rotaciones por ambos bandos y entraba en pista Sergio Rodríguez. El canario acrecentó el ritmo del partido, propiciando que los blancos lanzaran contras al menor fallo rival y tiraran con premura. Esa combinación la recibió con alegría Gustavo Ayón, que estaba rápido de piernas para su gran envergadura. Sin embargo, el Nizhny también gusta de partidos acelerados y no tienen miedo a cargar la muñeca cuando reciben libres de marca, por lo que aún se mantenían en la pugna. Además, el Madrid se estaba cargando de faltas y fueron los primeros en llegar al bonus de personales cuando aún restaban muchos minutos.

Pese a seguir dominando los merengues, estuvieron poco acertados en varias transiciones consecutivas, quizá algo confiados cometieron pérdidas de balón, y, si algo caracteriza a los equipos rusos, es su seriedad aprovechando los errores rivales. Al rescate, apareció de nuevo Jaycee Carroll. El cañonero mormón había entrado en el quinteto inicial y se estaba reivindicando a base de misiles teledirigidos. Alienígena su serie de 6/7 desde el perímetro armando el brazo a la velocidad del sonido. Boom Boom llegaba a los 25 puntos en apenas 14 minutos en pista. Rochestie daba la réplica en los compases finales y a vestuarios con 58-46. Ventaja madridista, pero mucho por jugar.

Aplastante marea blanca

Tras la reanudación, Laso siguió incorporando refrescos al equipo y ahora era Campazzo el que salía para llevar los mandos de la nave y estrenarse en el casillero anotador con un buen triple. Los del Nizhny no se iban del todo del partido, mostrando que son un equipo sobrio en el balance ataque-defensa, pero la calidad individual de los merengues les estaban haciendo un roto. Nocioni conectaba desde el perímetro, y sumando de tres en tres las diferencias se mantenían por encima de la barrera psicológica de los diez puntos. Además, la rotación rusa era netamente inferior y las faltas personales comenzaron a hacer estragos. Los rusos tuvieron que frenar algo su ímpetu en la defensa, lo que aprovecharon Rudy y Llull para terminar de rematar al rival. Espectacular tercer cuarto de los blancos que cerraron 82-63.

Con todo sentenciado, Carroll volvía a pista en el último parcial y lo hacía para conectar otro misil inteligente (7/8 en triples). Espectacular el alero estadounidense, mostrándose como una auténtica torreta humana. Los de Nóvgorod bajaron definitivamente los brazos ante la apisonadora de canastas que se les venía encima. Los merengues pasaban de los cien puntos cuando aún restaban cinco minutos para el final. Paliza histórica mientras los de Laso seguían percutiendo el aro rival. Hombres con ganas de minutos como Slaughter se colgaban con violencia, y aprovechaban la menor contra para sumar sin mesura. Simplemente incontestable el partido del Madrid que destrozó al Nizhny 112-83 y pone el inmaculado 3-0 en el Grupo A de la Euroliga.

Protagonistas

El Alfa&Omega del partido fue un excelso e iluminado Jaycee Carroll (32 puntos, 3/5 en tiros de dos, 7/9 en triples, 5/5 en libres, 7 faltas recibidas, 37 de valoración). El asesino mormón puso la marca de "X" desde el perímetro y masacró a todos sus rivales. Una auténtica ballesta de repetición que asaeteó a los rusos y cerró el partido. Le siguieron el virtuoso Rudy Fernández (14 puntos, 4 rebotes, 6 asistencias, 3 robos, 24 de valoración), otro genio que no se cansa de dar lecciones de baloncesto y Sergio Rodríguez (9 puntos, 9 asistencias) que volvió a dominar el ritmo del encuentro.

Por el apalizado Nizhy destacar sobremanera a Taylor Rochestie (23 puntos, 3/4 en triples, 8 asistencias, 23 de valoración). El escueto base demostró que es capaz de ver aro al mismo tiempo que reparte a sus compañeros, estuvo acertado y activo todo el encuentro. Le siguió su compatriota Trey Thompkins (16 puntos, 9 rebotes), luchador en la pintura. El resto del equipo terminó tremendamente desdibujado.

Fotos del texto: Euroleague.com y Realmadrid.com

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Sobre el autor
Carlos de la Rosa Llano
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Derecho por la UNED. Redactor jefe del Real Madrid de baloncesto en VAVEL, corrector y editor de la revista literaria El Mar de Tinta, experiencia previa en grandes empresas como Cadena SER y RNE. Doctorando especializado en Redacción periodística, Abogado, Master en Derecho Privado, miembro del ICAM y la Asociación de la Prensa de Madrid desde hace 10 años.