El Madrid recibía a un Dinamo de Sassari que marcha líder en la Lega italiana, pero que todavía no ha cosechado ni una sola victoria en la máxima competición europea. Su principal estandarte es el ya clásico David Logan, un asiduo de estos duelos. Por los blancos causaba sensible baja Rudy Fernández, con una lesión en su mano derecha por la que se tendrá que someterse a una artrolisis. Con esas premisas arrancó un duelo de transiciones rápidas con los dos equipos viendo aro con facilidad y los italianos aguantando el ritmo. El peso anotador de los blancos lo comandaba un Nocioni muy afilado en los tiros desde el perímetro. Por el Sassari respondían Logan y Dyson.

Campazzo había entrado en el quinteto inicial y demostraba que está rápido de manos, forzando algún robo y pérdidas rivales. El Madrid vio los desajustes defensivos del Sassari en la pintura y comenzó a cargar el juego sobre Gustavo Ayón. El ala-pívot mexicano respondió con buenos movimientos y varias canastas de calidad. Paulatinamente los merengues fueron abriendo brecha y llegaron a la barrera psicológica de los diez puntos. Sachetti pidió un inmediato tiempo muerto, al que sus pupilos respondieron con los puntos de Jerome Dyson. El primer parcial terminó con un jugoso 27-17 para los blancos.

Los blancos gestionan la ventaja

Comienzo del segundo cuarto con carrusel de cambios en los merengues. Sergio Rodríguez se hacía con la batuta del juego mientras que Jaycee Carroll ocupaba el puesto de escolta puro. El asesino mormón entró en pista para hacer lo que mejor sabe: enchufar dos triples consecutivos armando el brazo con un velocidad asombrosa. Otro que entraba en escena era el capitán Reyes, intenso en su eterna tarea de barrer todo balón rebotado en la zona. Pero los italianos no cejaban en su empeño y les estaban comenzando a entrar los triples. Un misil de Todic, sumado al estratosférico mate del portento físico Lawal reducían las distancias y Laso pedía tiempo con la consiguiente bronca para los suyos.

Minutos de igualdad entre ambos conjuntos, en los que las defensas funcionaban con mayor crudeza y los puntos comenzaban a costar caros. Transiciones cada vez más largas y estáticas, con mucho balón doblado a los hombres interiores. El Sassari mantenía las esperanzas gracias a las grandes jugadas individuales de Dyson, que mostraba una velocidad eléctrica en las entradas a canasta. La intensidad de Reyes bajo el aro y el primer triple del cañonero Rivers permitió a los merengues dar otro estirón en el electrónico. A vestuarios con 57-42. Clara ventaja merengue pero sin sentencia definitiva.

Otra orgía de puntos

Tras la reanudación los azzurros no daban el partido por perdido y salieron con fuerzas renovadas. Sin embargo, su tímida reacción fue cortada de raíz por un Sergio Llull en estado de gracia. El Aeroplano de Mahón entró en erupción y concatenó dos triples consecutivos que le permitían ser el primer jugador en llegar a los dobles dígitos en anotación. Acuciados por la diferencia cada vez mayor, el Sassari se precipitó en los tiros, lo que permitió al Madrid correr la pista. Arma preferida y mortal de los de Laso, que conectaron mortales contras con canastas de mérito, como el siempre plástico alley-hoop culminado por Slaughter. La ventaja sobrepasaba ya los 20 puntos, una estocada en toda regla. El dominicano Edgar Sosa puso algo de maquillaje con sus triples, pero el tercer cuarto se cerró con un contundente 84-64.

Con todo sentenciado el último cuarto fue un paseo por el campo para los merengues. Los italianos habían bajado definitivamente los brazos totalmente superados por el ritmo anotador de los locales, que una vez más pasaban de los cien puntos cuando aún restaban varios minutos para el final. Cuando el Madrid entra en modo francotirador son imparables, y sin demasiados alardes le funden los plomos a todos los oponentes. Felipe Reyes se estaba poniendo las botas en la pintura, el Chacho repartía asistencias sin cesar, y Carroll seguía quirúrgico desde lejos. Espectacular victoria del Madrid por un apabullante 115-94 superando su récord de la anterior jornada (112 ante el Novgorod). Los merengues alcanzan el inmaculado 4-0 en el Grupo A de Euroliga ratificando el liderato.

Protagonistas

Auténtico festival de actuaciones brillantes en las filas merengues. Excelso el partido de Sergio Llull (15 puntos, 3 rebotes, 6 asistencias, 3/4 en triples, 23 de valoración) que entró en erupción en el tercer cuarto y cerró el partido con su ritmo frenético y acierto. No le fue a la zaga un imponente Felipe Reyes (17 puntos, 5 rebotes, 6/6 en tiros libres, 8 faltas recibidas) que se comió literalmente a todos sus adversarios en la pintura, percutiendo en tiro y rebote cual yunque.

En segundo plano gran trabajo también de Jaycee Carroll (15 puntos, 4/4 en triples, 2 asistencias, 2 robos). Al asesino mormón le sale todo y desde el perímetro es una auténtica sentencia de muerte. Qué decir del aguerrido Gustavo Ayón (14 puntos, 7/9 en tiros de dos), que se encuentra inmerso en las rotaciones merengues, pero cuando se conecta es imparable cerca del aro. Nombrar también al genio Sergio Rodríguez (6 puntos, 3 rebotes, 12 asistencias) capaz de romper todo partido con su visión de juego inigualable, y al veterano Andrés Nocioni (15 puntos, 6 rebotes, 3/6 en triples) otro que está en un momento muy dulce.

Por el apalizado Dinamo de Sassari los mejores fueron Miroslav Todic (20 puntos, 6 rebotes), Jerome Dyson (16 puntos, 6 asistencias) y Shane Lawal (12 puntos, 13 rebotes). Los tres estuvieron activos cuando todavía su equipo presentaba algo de resistencia. También reseñable el esfuerzo del dominicano Edgar Sosa (15 puntos, 6 asistencias) y David Logan (14 puntos, 4/8 en triples).

Fotos del texto: Eurolegue.net y RealMadrid.com