Clásico por antonomasia del baloncesto europeo y reedición de la pasada final de Euroliga, aún de amargo sabor para los merengues que perdieron en la prórroga. Esta vez los de Laso visitaban tierras israelíes como líderes de su grupo en el Top 16, aunque los macabeos se encuentran pisándoles los talones y siendo otro claro favorito para entrar en la ronda de cuartos con ventaja de campo. Con esas premisas comenzaba un duelo en el que cada bando utilizaba armas muy distintas. Los hebreos dominaban claramente la pintura con el volumétrico Schortsanitis tirando de inmensa mole para masacrar en la zona (cuatro canastas seguidas sin fallo).

A cambio los blancos respondían desde el perímetro, donde Sergio Llull sigue clarividente en la larga distancia. Esta vez el capitán Reyes también vio aro desde el 6.75 en los compases iniciales. El Madrid estaba dominando los rebotes ofensivos y aprovechaba las segundas oportunidades para abrir la primera brecha del duelo (ventaja de +8). El entrenador macabeo (este año Guy Goodes, ya que el picasiano David Blatt se ha marchado a Cleveland Cavaliers) pedía tiempo muerto, pero no conseguía frenar la sangría merengue. Guiados por un Felipe Reyes imperial, el Madrid rompía la barrera de los diez puntos. El primer parcial culminó con 23-31.

Reyes comanda la ventaja blanca

El segundo cuarto amanecía con un explosivo mate de Jeremy Pargo y varios puntos de Schortsanitis desde la línea de libres (ya llegaba dobles dígitos en la anotación). Gracias a ello los israelíes se acercaban de nuevo en el electrónico, demostrando que el partido iba a ser muy largo y competido. El público de la antigua Mano de Elías no paraba de animar, creando una fuerte presión ambiental. A pista salía Sergio Rodríguez, intentando cambiar el ritmo del partido y la deriva negativa que estaba tomando para los suyos. Pero el Maccabi estaba desatado, y ahora era Landesberg el que enchufaba desde el perímetro. Con otro misil seguido de Haynes se materializaba la remontada. El Maccabi por encima y parcial demoledor de 13-4. Tiempo muerto de Laso.

Tras esos minutos de caraja, y al más puro estilo acordeón, el Madrid volvía a tomar ventaja gracias a los puntos de refresco de Carroll y Bourousis. Esta vez el banquillo blanco si estaba funcionando y su segunda unidad se mostraba superior a la de los hebreos. En la zona seguía reinando un inmenso Reyes, inteligente para no enfrentarse cuerpo a cuerpo al ogro Schortsanitis, flotando por la pintura y capturando magníficos rebotes casi de manera intuitiva. Importante el trabajo incansable de intendencia de Maciulis, que una vez recuperado de su lesión de hombro ayuda mucho en sanear el balance ataque-defensa. El triple de Carroll desde la esquina tras fulgurante contra blanca permitía llegar al descanso 46-54. El duelo aún vivo, pero los merengues dominadores.

Macabbi vuelve a la pomada

Reanudación del duelo con un Maccabi que salió mucho más enchufado de los vestuarios. Landesberg se marcó un coast to coast terminado en mate, mientras que comenzaba a aportar puntos un Devin Smith bastante diluído durante la primera mitad. Además el Madrid se veía impotente para frenar en las marcas a los macabeos, y cometía muchas faltas. Buen ejemplo de ello fue Bourousis, que se carga peligrosamente con la cuarta. Debido a ello, y de manera fulgurante, el Maccabi volvía a dar otro tirón y empataba de nuevo este extraño partido de rachas. Cuando más lo necesitaba el agarrotado Madrid apareció Rudy Fernández. El escolta balear estuvo desaparecido en los compases iniciales, pero saludaba al rival con cinco puntos seguidos.

Como no podía ser de otro modo en un enfrentamiento con tantas alternancias, el Madrid volvía a ponerse ligeramente por delante, repartiendo puntos entre todos sus jugadores de campo. Pero los macabeos no se marchaban del duelo gracias al enorme acierto desde la larga distancia de su cañonero Marquez Haynes (5/5 en triples). Las estrellas del Maccabi son como un microondas, y cuando se calientan anotan ingente cantidad de puntos. Con otro triple, este de Pargo, de nuevo se ponían por delante. Tras dos auténticas mandarinas de Slaughter desde la línea de libres el tercer parcial se cerró 68-69. Partido totalmente abierto.

Final y protagonistas

Tras lo primeros minutos del último cuarto seguía la zozobra negativa para el Madrid. Parece que las fuerzas comenzaban a escasear, mientras que el poderío físico e intensidad de los hebreos comenzaba a resaltar. Gracias a ello y sus mortales contras pusieron el 81-73 en el electrónico, la máxima diferencia a su favor, que exigió un inmediato tiempo muerto de Laso. El Madrid tuvo que ir a remolque hasta el final del duelo, aunque se dejó la piel, y el triple de Llull a falta de segundos volvía a dejarles tan sólo a dos puntos. Pero tras un carrusel de tiros libres el Maccabi se llevaba el apretado duelo 90-86. Primera derrota del Madrid en el Top 16, empatando en lo más alto del Grupo E (4-1) precisamente con los hebreos.

Por el Maccabi destacar al orondo Sofocles Schortsanitis (17 puntos, 8 rebotes, 18 de valoración), por su intenso trabajo de demolición en la pintura. Pero tampoco le fueron a la zaga Landesberg (17 puntos) muy intenso tanto en ataque como en su fuerte defensa. Marquez Haynes (17 puntos, 5/8 en triples) realmente mortal desde el perímetro. Jeremi Pargo (11 puntos, 4 rebotes, 9 asistencias) que marcó el ritmo del duelo y repartió juego con clarividencia, y Devin Smith (14 puntos, 5 rebotes) un enorme veterano que sabe cuidar su físico y hacer daño en los momentos de la verdad.

Por el Madrid fue el Alfa&Omega del partido un imperial Felipe Reyes (20 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias, 6/8 en tiros de dos, 5/6 en libres, 8 faltas recibidas, 35 de valoración). Un absoluto coloso en las dos pinturas y claro aspirante al MVP de la semana sino fuera por la derrota de los suyos. En segundo plano la aportación ofensiva de Gustavo Ayón (13 puntos, 6/9 en tiros de dos), pero el resto de compañeros estuvieron excesivamente grises.

Fotos del texto: marca.com, teinteresa.es, eurosport.com