Clásico del baloncesto español ahora extrapolado a la máxima competición europea. Blancos y culés se veían las caras en el Top 16 y con un Grupo E cada vez más apretado. Ambos se han ganado títulos respectivamente en los últimos años, y la competitividad entre los dos colosos está en lo más alto. En un Palacio de los Deportes totalmente abarrotado comenzaba el duelo con buen intercambio de canastas. Rudy Fernández se mostraba afilado desde el perímetro y conectaba tres triples casi consecutivos. En la pintura se movía con soltura Gustavo Ayón, pero por los culés respondía un polivalente Justin Doellman. Al primer error defensivo de Deshaun Thomas, Xavi Pascual lo sentó en el banquillo, demostrando la intensidad y exigencia del duelo.

Los dos equipos comenzaron a mover sus excelsos banquillos, y figuras de la talla de Abrines, Maciulis o Hezonja entraban en juego. Los blancos abrieron una primera brecha de +8 y el entrenador culé no dudó en pedir tiempo. Rudy estaba desatado, superando ya los dobles dígitos en anotación, robando y asistiendo con soltura. El Barcelona intentaba romper la zona blanca doblando balones a sus torres interiores, pero estas se mostraban desacertadas culminando el pick&roll. El Madrid fue el primero en llegar al bonus de faltas, y eso lo aprovecharon los blaugrana para limar algo la diferencia, pese a ello el primer parcial culminó con un precioso no looking pass de Sergio Rodríguez y jugosa ventaja de 26-16.

El Madrid impone su ritmo

En el segundo cuarto se frenó bastante la anotación, con una auténtica sangría de balones perdidos por ambos bandos, lo cual propició que las diferencias se mantuvieran durante varios minutos. Sergio Rodríguez seguía inmaculado en su manejo del juego, dominando el ritmo del partido y entrando él mismo para anotar en la zona 3-2 de los blaugranas, rompiendo por el medio. Los culés no terminaban de encontrar sensaciones, llegando tarde a las marcas y con malas selecciones de tiro: o muy precipitadas o excesivamente pastosas.

Volvían a pista Rudy y Reyes, recomponiendo el quinteto inicial de los merengues. Ambos seguían dominando en sus respectivas facetas, y ante su perpetua amenaza los catalanes intentaron frenarles con faltas. La consecuencia fue que llegaron al bonus de manera prematura. Pese a no estar acertados en los tiros de campo, los blaugranas si dominaban los rebotes, mostrándose especialmente agresivos en los de ataque, por lo que disfrutaban de segundas oportunidades que les permitieron reducir con mucho sufrimiento la diferencia. Una canasta acrobática de Llull reactivaba el casillero anotador de los blancos y la primera mitad terminó 42-33. Ventaja sin sentencia.

Marea blanca

Tras la reanudación se cargó mucho el juego a los hombres interiores. Reyes ganaba gran cantidad de rebotes ofensivos, pero respondía Maciej Lampe con buenas canastas y movimiento de pies en la pintura. La calidad y diferencia en el duelo la seguía poniendo un Rudy imperial, tanto en los lanzamientos a canasta como en la intensidad defensiva. El partido se aceleraba, con transiciones muy rápidas y el Barcelona que comenzaba a ver aro desde el 6.75 con los misiles de Marcelinho Huertas. Pero Rudy seguía percutiendo, esta vez con un mate estratosférico.

El Barcelona se cargaba de personales y no conseguía frenar la sangría anotadora. La inmensa calidad de hombres como Henzonja o Tomic les permitía seguir en el partido, pero no estaban recortando desventaja. A cambio se reactivaba Andrés Nocioni, que entraba a canasta con pundonor y sumaba puntos. Se vieron grandes asistencias y tapones de otra galaxia como el de Ayón a Doellman. Otro tiempo muerto del estratega Xavi Pascual, al que se le estaban acabando las argucias. El tercer cuarto culminó con 66-53, un +13 a favor de los blancos que era la máxima diferencia hasta el momento.

Al comienzo del último parcial, y guiados por Rudy y Sergio Rodríguez, el Madrid rompía definitivamente el partido. Juego rápido, brillante y efectivo de los merengues que cortaban la tibia defensa culé como cuchillo en mantequilla. La diferencia superaba ya los 20 puntos y todo estaba sentenciado. Rudy daba un auténctico clinic de jugar al baloncesto, en uno de sus mejores partidos como madridista. El resto del duelo fue una concatenación de jugadas ya sin nada que decidir. El partido acabó con un apabullante 97-73. Exhibición de los merengues, que pasaron por encima del Barcelona y alcanzan el 5-1 en el Grupo E, empatando con el Maccabi en la cabeza.

Protagonistas

Absolutamente excelso el partido de Rudy Fernández (22 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias, 3 robos, 6 faltas recibidas, 38 de valoración). El genio mallorquín estuvo inconmensurable e híper activo. Atacó el aro rival con una efectividad pasmosa (6/7 en tiros de dos, 3/6 en triples), y se vació en defensa dejando a sus marcas en el ostracismo. Inmenso partido también de Sergio Rodríguez (23 puntos, 6 asistencias, 3 robos, 29 de valoración), otro fuera de serie que les saltó las tuercas a sus defensores.

En segundo plano mencionar el eterno esfuerzo y concentración de Felipe Reyes (14 puntos, 6 rebotes), el máximo reboteador histórico de la Euroliga sigue acrecentando su leyenda en su segunda juventud. Sergio Llull (11 puntos, 4 asistencias) cierra los destacados. No firmó un partido brillante, pero su velocidad rompió las marcas blaugranas en varias ocasiones.

Por un Barcelona desdibujado, y finalmente apalizado, destacó el joven y enorme talento de Mario Hezonja (22 puntos, 5/9 en triples). La perla croata de tan sólo 19 años tiene una calidad insolente, y en los últimos partidos se está mostrando como un asesino desde el perímetro. Nombrar la saneada tarea de Ante Tomic (12 puntos, 6 rebotes, 8/10 en tiros libres), que siempre suma valoración, aunque esta vez sin trascendencia alguna.

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