Inmenso partido en el Palacio. La hora de la verdad en esta emotiva semifinal que comenzó con varios errores en los tiros. El Madrid se mostraba nervioso cara al aro, pero la intensidad en el rebote le permitía disfrutar de segundas oportunidades. El veterano Luka Zoric (ex-Unicaja) estaba haciendo daño con sus tiros a cinco metros. Un Rudy recuperado de su esguince de tobillo salía de inicio y percutía la zona turca para igualar el tenso partido. Los puntos subían con cuentagotas mientras que las defensas se iban ajustando a sus respectivas marcas.

Reyes se cargaba con su segunda personal de manera prematura, exigiendo la entrada a pista de Slaughter. La segunda unidad merengue también se renovaba con Sergio Rodríguez. El genio canario salió para enchufar un triple, pero los otomanos también tienen un fondo de armario primoroso, y el joven Bogdanovic respondía desde la larga distancia. Todo con tremenda paridad, aunque los merengues tuvieron alguna laguna defensiva preocupante, como la que permitió a Vesely machacar absolutamente solo en la pintura. Final del disputado primer cuarto con 20-21 en el marcador.

El Madrid pasa el rodillo

Buen comienzo de segundo parcial de los madridistas, que estuvieron muy rápidos en la defensa robando balones y lanzando venenosas contras. Ello sumado a la ceguera de los turcos en los tiros de campo y el gran palmeo de Ayón, permitió a los locales tomar una ventaja de +6. Inmediato tiempo muerto de un encolerizado Obradovic y consiguiente reprimenda para sus pupilos. El mexicano estaba pletórico en la zona, aportando puntos y pundonor. El triple de Rivers desde la esquina permitió a los blancos romper la barrera psicológica de los diez puntos y nuevo tiempo muerto de un Fenerbahçe que comenzaba a notar los golpes.

Magníficos minutos de un Madrid, intenso y tremendamente enchufado en el balance ataque-defensa. Nocioni daba lecciones de experiencia y coraje, mientras que Ayón seguía clarividente cara al aro y era el máximo anotador del encuentro. Los turcos respondían con canastas individuales de calidad, pero se veían claramente superados en conjunto. El asesino de Charlotte K.C. Rivers tenía la mira telescópica perfectamente enfocada y entraba en erupción desde el 6,75 (4/4 en triples). La ventaja llegaba al +19 en una auténtica orgía de juego y acierto merengue. Demoledor el parcial del Madrid (35-14), que pasó literalmente por encima de los otomanos y se fue al descanso con una lapidaria ventaja: 55-35.

Fenerbahçe despierta

La fiesta madridista se reanudó tras el descanso desde el primer segundo. Dos triples consecutivos de la conexión balear formada por Llull y Rudy ponían la máxima diferencia en un abismo (+27). Los blancos seguían sin perder un solo balón mientras que percutían el aro del Ulker con una beligerancia terrible, algo alieníegena teniendo en cuenta la velocidad del encuentro. Un pletórico Ayón cometía la tercera personal y visitaba el banquillo. Ello frenó el ímpetu de los locales y guiados por Bogdanovic y Zoric los otomanos tiraron algo de maquillaje. El duelo se tornó pastoso, con los dos equipos en el bonus de personales.

En esa guerra de guerrillas se mueven a la perfección los pupilos de Obradovic, que conectaban dos bombas desde el perímetro y comenzaban a dominar el rebote. Laso saltó cual resorte desde el banquillo y pidió un inmediato tiempo muerto. De repente al Madrid no se salía nada, faltas en ataque y poca claridad en los tiros. Fenerbahçe volvía al partido y jugadores como Slaughter lo sufrían, el norteamericano era eliminado por cinco personales de manera muy prematura. Jan Vesely seguía demostrando que es un portento físico y machacaba el aro merengue, pero respondía el Chacho con un enorme misil. Parcial favorable para los turcos, pero el Madrid aún dominaba 76-59.

A la final por tercer año consecutivo

Los turcos siguieron luchando durante minutos y se pusieron cerca de la barrera de los diez puntos, pero la técnica descalificante a Nemança Bjelica fue decisiva. El MVP de este año en la Euroliga pecó de ego y no supo asumir la derrota, dejando a sus compañeros en paños menores en el peor momento. El partido se calentó sobremanera con varias jugadas subidas de testosterona, pero ello facilitó que los madridistas mantuvieran el rumbo del encuentro. Cancheros de toda la vida como un tremendo Andrés Nocioni gestionaron a la perfección este momento emocional. Vesely seguía percutiendo la zona blanca como un poseso y eliminaba por personales a Ayón. Problema en el juego interior del Madrid.

Bourousis entraba en pista como última opción, y el partido de nuevo tomaba relevancia. Y lo lucharon y mucho los otomanos, que con todo perdido entraron modo luchadores y defendieron cual perros. El cañonero Goudelock (bastante diluido durante el duelo) tomaba los galones y veía aro. Pero los turcos ya estaban en bonus y tenían que hacer faltas para frenar al Madrid, ergo fue la sentencia del duelo. Victoria de los merengues 96-87, que se vuelven a meter en la gran final de la máxima competición europea por tercer año consecutivo. Ahí espera el Olimpiacos, que ya les despojó del trofeo hace dos años. ¿A la tercera será la vencida?

Protagonistas

El mejor del partido fue Gustavo Ayón (18 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias, 3 robos, 8/11 en tiros de dos, 5 faltas recibidas, 30 de valoración). Espectacular la actuación del Titán de Nayarit, que va de menos a más en la temporada y está llegando pletórico a los momentos de la verdad. Gran partido también del cañonero K.C. Rivers (17 puntos, 5/6 en triples, 21 de valoración) que sacó la mira telescópica para enchufar desde el perímetro sin piedad. Qué decir del veterano de mil batallas Andrés Nocioni (12 puntos, 6 rebotes, 7 faltas recibidas, 18 de valoración) un clásico que en los momentos clave se calienta. Por último, Sergio Rodríguez (13 puntos, 7 asistencias, 3/6 en triples), la magia del Chacho siempre brilla.

Por un Fenerbahçe Ulker que fue de menos a más en el partido destacar sobremanera a Jan Vesely (20 puntos, 6 rebotes, 6/8 en tiros de dos, 8/10 en libres, 10 faltas recibidas, 31 de valoración), un portento físico que percutió el aro merengue con frenesí. No olvidar a Andrew Goudelock (26 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 9/11 en tiros de dos, 29 de valoración), un genio del baloncesto que despertó en los compases finales.

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Fotos del texto: Euroleague.net