El presente de Andrés Marcelo Nocioni (Gávez, Santa Fe, Argentina, 1979) es que ha sido nombrado el Jugador Más Valioso de la competición más importante de Europa. Ha levantado el entorchado que tanto ansiaba el madridismo y lo ha hecho de manera pletórica, con grandes números y un derroche de capacidad física que muy pocos pensaban que aún le quedaba a su edad.

Un auténtico coloso en la pista, que bombardeó a los griegos con triples, canastas en suspensión, entradas forzando la personal. Y en facetas defensivas no le fue a la zaga, saltando con unos muelles que recordaban al jugador de hace una década en la NBA, taponando de manera frenética, marcando a sus rivales cual chicle, robando balones y lanzando contras. Un excelso Nocioni que se ha merecido el MVP y que tiene una carrera espectacular en este bello deporte.

El pasado de la estrella

Desde que es profesional el argentino pasó cuatro años en su tierra, jugando en equipos menores como Racing Club, Olimpia de Venado o Independiente de General Pico. Pero rápidamente despuntó por tremenda polivalencia en la pista, su enorme carácter pese a la juventud, y unas cualidades físicas y tácticas fuera de lo común. Los siempre avezados ojeadores del Tau de Vitoria se lo trajeron a la ACB la temporada 1999-2000, aunque todavía no estaba preparado para el gran salto a un equipo competitivo de una liga tan fuerte, y se pasó un año cedido y fogueándose en el Basquet Manresa.

Su evolución fue tan grande y evidente, que la siguiente campaña el Baskonia volvió a reclutarlo y comenzó a tener un papel cada vez más relevante, hasta convertirse en un titular indiscutible. Allí estuvo tres temporadas pletóricas, en la que los vascos ganaron una Liga y dos Copas del Rey, además de ser nombrado MVP de la competición en el 2004. Nada podía parar al Chapu, al que la ACB se le estaba quedando pequeña con un inmensa progresión, y desembarcó en la NBA. Fue drafteado por Chicago Bulls, donde permaneció cuatro años, luego marchó a Sacramento Kings (dos temporadas) y finalmente a los Philadelphia 76ers donde estuvo otros dos años.

Su paso por la NBA le hizo aún más experimentado y guerrero si cabe, enfrentándose a monstruos físicos sin bajar la cabeza. Tras volver a la ACB de nuevo en el Baskonia, finalmente ha recaído en las filas blancas para culminar con una Copa de Europa. En paralelo ha sido un asiduo de la mejor selección argentina de todos los tiempos, esa que ha ganado los JJOO de Atenas 2004, dos campeonatos de las Américas y fue sub-campeona del Mundo en 2002. Un auténtico manojo de enormes jugadores, pero el quinteto: Prigioni, Ginobili, Nocioni, Scola y Oberto quedará para siempre en la memoria de los aficionados a este bello deporte.

El presente y su fichaje por el Madrid

Este año era la cuarta temporada del proyecto de Pablo Laso al frente de la nave blanca. El técnico vitoriano estaba cosechando títulos y buen baloncesto, pero la ansiada Novena Copa de Europa se había escapado en dos finales seguidas. Parecía una maldición a la que había que poner remedio de manera obligatoria este año, donde la Final Four se jugaba en Madrid. Además, se cumplían 20 años de sequía sin ser los reyes de Europa. Mucha presión para Laso como entrenador y Alberto Herreros como director deportivo.

Tras llevar tres temporadas reforzando a la plantilla con fichajes lógicos, seguía faltando ese último plus que hace a un equipo campeón, no sólo tener gente de calidad, sino también esos jugadores veteranos, que se crecen en los momentos de la verdad. Para ello se fichó a Gustavo Ayón, a Jonas Maciulis, pero sobre todo a Andrés Nocioni. Se había dicho hasta la saciedad que el Madrid era una máquina jugando al baloncesto (había batido récords históricos de victorias consecutivas), pero que cuando llegaba la hora de la verdad se venía abajo. Y el Chapu representaba esa lucha imperecedera.

Y efectivamente el argentino ha ido de menos a más. Ha sido muy inteligente en la gestión de los esfuerzos para poder llegar fresco pese a sus casi 36 años, y sobre todo, ha sacado las garras en los partidos grandes cuando se juegan los títulos. Ya hizo una final de Copa del Rey primorosa ante el FC Barcelona. Salió desde el banquillo para poner seriedad en la zona merengue, y pese a ser un falso cuatro que mide apenas 2,01 metros, le puso hasta cinco tapones a la torres blaugrana. Estampas como las tremendas chapas a Lampe o Tibor Pleiss, quedarán para la historia de la competición.

Y qué decir en una Final Four donde ha realizado un papel primoroso. Estadísticas saneadas en el balance ataque defensa. Tirando poco pero con unos porcentajes de tiro excelentes, reboteando como si fuera el pívot del equipo, intimidando en la pintura y forzando gran cantidad de faltas de tiro partiéndose la cara ante rivales de más centímetros. Y todo lo ha hecho de manera natural, sin aspavientos, sin excentricidades, simplemente saliendo a la cancha totalmente concentrado. Un guerrero de calidad encomiable.

El futuro del argentino

En noviembre el argentino cumplirá 36. Una edad importante para un hombre que lleva compitiendo al máximo nivel tantas temporadas. Pero ha demostrado que aún le queda cuerda si sigue racionando sus minutos, algo que es natural dentro de una plantilla tan amplia y plagada de rotaciones como la del Madrid. Recordar que el Chapu ha fichado por los blancos por dos temporadas, es decir, que todavía le queda un año y todo hace pensar que lo va a cumplir tras el excelente nivel que ha dado.

Nocioni cobra 1,5 millones netos por temporada, una ficha alta para lo que son los guarismos de la ACB, pero Florentino Pérez lo pagará gustoso sabiendo que ha sido elemento clave para que la Novena Copa de Europa forme parte de las vitrinas. Por detrás está llegando una generación de jugadores espectaculares en la casa blanca, demostrando que se está haciendo un gran trabajo con la cantera blanca. Sin duda Luka Docic destaca por encima de todos.

El joven genio nacido en Ljubljana (Eslovenia), tiene tan sólo 16 años, pero viene como una locomota abriéndose hueco. Ha sido el MVP de prácticamente todo lo que ha jugado a nivel nacional e internacional, y recientemente del Campeonato de Europa junior que se ha disputado de manera paralela al de los mayores. Su salto a la primera plantilla parece imparable, y que veteranos de mil batallas como Nocioni estén ahí para darle el relevo y contarle como el entrañable abuelo que alecciona al ojiplático nieto de qué van los entresijos de este juego, puede ser el último servicio al baloncesto de un jugador brillante, valiente, impactante, y al que el madridismo recordará para siempre. Eterno Andrés Nocioni.

Fotos del texto: europapress.net, VAVEL.COM, defensacentral.com, realmadrid.com, kiaenzona.com, ABC.es