Comienzo de la eliminatoria de playoff, y partido siempre trampa, puesto que esta ronda de cuartos solo se juega al mejor de tres encuentros, y toda sorpresa puede ser mortal para los locales. El duelo arrancó con unos canarios muy intensos en las marcas y acertados en el ataque. El francotirador báltico Salin enchufaba desde el perímetro sin piedad, y los isleños ponían un demoledor parcial inicial de 0-10. Tiempo muerto de Laso y reprimenda ante la caraja de sus pupilos. Seguía ciego el Madrid hasta que el capitán Reyes conectaba la primera canasta tras rebote ofensivo. Pero el Herbalife era una auténtica apisonadora que cortaba la zona merengue cual cuchillo en mantequilla.

Además de no carburar en el juego, los blancos estaban cometiendo demasiadas faltas, y Rudy se tenía que marchar al banquillo de manera prematura con dos personales. Ante la dramática e inesperada situación, comenzaron las rotaciones. Nocioni entraba en pista para insuflar carácter e intensidad a los perdidos merengues, y desde luego que los espoleó y ayudó a cerrar mejor las filas. Defensas más ajustadas y alguna contra veloz acercaba al Madrid, pero los canarios no bajaban el enorme nivel. Newley seguía remontando la línea de fondo como Pedro por su casa, culminando canastas de puerta atrás. De manera sufrida y gracias a los triples de K.C. Rivers, el Madrid le daba la vuelta al encuentro y forzaba un 27-23 para cerrar el primer cuarto.

El Madrid recupera el partido

Los de Laso seguían en progresión y aumentaban la diferencia gracias a un Sergio Rodríguez que estaba sacando la varita de magia canaria para culminar canastas preciosistas. Importante el trabajo de intimidación de Salah Mejri. La torre tunecina desplegaba su inmensa envergadura para poner pinchos de merluza dignos del mejor chef. Momento importante cuando entraba a pista Luka Doncic, la magnífica perla de la cantera blanca, que debutaba en playoff de la Liga con poco más de 16 años. Ahora los madridistas estaban moviendo el balón con mucha más fluidez, jugando a las cuatro esquinas y buscando al hombre libre para el lanzamiento.

Los canarios estaban bajando sus porcentajes de tiro de manera exponencial, y tampoco atacaban el rebote con contundencia, por lo que la ventaja local llegó a la barrera psicológica de los diez puntos. Buenas combinaciones de pick&roll en el poste bajo donde el hombre bajo la doblaba para los activos Ayón y Reyes. Salin y Newley (que ya superaba los dobles dígitos en anotación) mantenían al Herbalife con vida, pero la distancia merengue se había consolidado. Los dos equipos estaban ya en el bonus, así que el carrusel de tiros libres ralentizó el partido. Con otro misil desde el 6.75 del asesino silencioso K.C. Rivers se llegaba al descanso con 50-38 para los madridistas.

Zarpazo blanco

Tras la reanudación los blancos seguían dominando los rebotes, por lo que aprovechaban las segundas oportunidades para aumentar ligeramente la diferencia. Los isleños comenzaban a notar las faltas de sus hombres altos, como la cuarta del caboverdiano Tavares. En la rotación madridista entraba Marcus Slaughter, que siempre da un plus de concentración en las marcas y además acompaña a la perfección las rápidas contras. Punto de inflexión en el duelo, o los amarillos despertaban o la balanza comenzaba a decantarse de manera inexorable. Y en los momentos clave siempre aparece Felipe Reyes. El eterno capitán y MVP de esta temporada concatenó varias canastas de calidad en la pintura.

Por los de Aíto el único que seguía activo en la anotación era Brad Newley, que encontraba los pequeños huecos en la zona 3-2 de los merengues. A base de transiciones largas y bastante elaboradas el Madrid alcanzaba una ventaja máxima de 22 puntos. Sin desarrollar un juego especialmente brillante, los locales pueden ser un auténtico martillo pilón gracias a la enorme polivalencia y potencia de juego de sus individualidades. 75-53 al término del tercer cuarto y el partido totalmente sentenciado.

Final y protagonistas

Sin ninguna presión transcurrió el último parcial. La diferencia a favor de los merengues era abismal, y se dedicaron a gestionarla. Rivers seguía en su particular fiesta desde la larga distancia y enchufaba un nuevo misil desde el arco exterior. Consecución de canastas individuales por parte de ambos conjuntos, y algún momento puntual de calentón como la antideportiva a Ayón, pero todo estaba decidido. Doncic disfrutó de más minutos demostrando carácter en la pista pese a su insultante juventud, y suya fue la canasta que cerró el partido con un lapidario 101-74. Importante y contundente victoria del Madrid que pone el 1-0 en la serie y marcha a Gran Canaria con el primer matchball.

Partido coral y con muchos jugadores destacados por los madridistas. Sergio Rodríguez (20 puntos, 3 asistencias, 21 de valoración) estuvo afilado y dominó el ritmo del encuentro. El eterno capitán Felipe Reyes (18 puntos, 8/9 en libres, 23 de valoración) impartió otro clinic de cómo dominar la pintura. K.C. Rivers (19 puntos, 3 rebotes, 5/6 en triples) volvió a ser una torreta humana desde el perímetro, demostrando que tiene la muñeca ardiendo. Sergio LLull (15 puntos, 6 asistencias) y Andrés Nocioni (13 puntos, 7 rebotes) cierran los destacados, ambos con un trabajo sobrio y constante demostrando los galones que tienen en la pista.

Por un Herbalife Gran Canaria que fue de más a menos, subrayar el partido de Brad Newley (20 puntos, 5 rebotes), el que de manera más constante percutió el aro merengue, pero que se encontró falto de recursos. Sasu Salin (16 puntos) fue un frió cañonero al comienzo de la contienda, pero luego se diluyó cual azucarillo. Por último, nombrar el carácter del gigante Walter Tavares (11 puntos, 6 rebotes, 3 tapones), que siempre aporta en la pintura con sus brazos kilométricos.

Fotos del texto: europapress.es // rtve.es // VAVEL.com