Segundo asalto en el Palacio de esta apasionante serie de semifinales. Homenaje en los prolegómenos al equipo cadete de los blancos que también ha ganado la Copa de Europa de su categoría, demostrando que la cantera viene muy fuerte. Sensibles bajas en los valencianos, donde no jugaban los lesionados Pau Rivas y Kresimir Loncar. Con esas premisas amanecía un duelo muy disputado, con los dos conjuntos desarrollando transiciones rápidas y viendo aro. Los dos triples consecutivos de un desatado Sergio Llull eran respondidos por los Romain Sato (muy desdibujado en el primer partido) y el capitán Rafa Martínez.

Auténtico festival desde el perímetro al que también se apuntaba un asiduo desde el 6.75 como Jaycee Carroll. Continuasalternativas en un marcador que seguía elevándose de tres en tres. Con una rotación más corta, los taronja exigían más protagonismos a sus titulares, y hombres como Harangody respondían con puntos. Los visitantes se ponían ligeramente por delante y Laso pedía tiempo muerto donde abroncó a los suyos por la indolencia en las marcas. Los valencianos tenían una inmensa confianza, buscaban el uno contra uno lo terminaban con canastones como el de Nedovic. Terrible empanada defensiva de los merengues y final del primer cuarto 22-31.

Golpe sobre la mesa del Valencia

No paraban los pupilos de Carles Duran, que no se vinieron abajo por sus lesionados, sino todo lo contrario. Su pundonor y acierto era encomiable. Nemança Nedovic (ex de Golden State Warriors) demostraba que tiene unas condiciones físicas espectaculares y estaba masacrando a la dormida zona blanca. La ventaja naranja llegaba ya a los 19 puntos (22-41). El público del Palacio no daba crédito al repaso rotundo que se estaban llevando los merengues. Otro tiempo de un desesperado Laso que pedía "más tranquilidad que nunca ahora, defender con el culo pegado al suelo".

Y en el peor momento de electrocución blanca apareció de nuevo salvador Andrés Nocioni. Lo de el Chapu este año comienza a tener ya dimensión épica. Intenso en la pintura, reboteador, asistiendo, robando balones y conectando un triple. Gracias al argentino el defenestrado Madrid volvía al partido, y con mucho esfuerzo rebajaba la ventaja rival de los diez puntos. Pero se resistían los taronja a perder tan jugosa ventaja, y Sam Van Rossom conectaba un triple que frenaba el intento de remontada merengue. Espectacular primera parte, con el Valencia a punto de romper del todo el partido, pero a vestuarios con 41-53, y el Madrid con mucho que mejorar.

Partido caliente, vuelve el Madrid

Tras la reanudación los locales salieron muy concentrados en el balance ataque-defensa. Debió haber importante Lasina en los vestuarios, y era el momento de tomar el partido por los cuernos. Rudy entraba en la zona naranja cual kamikaze jugándose el tipo, y forzando personales de tiro. Llull volvió a conectar un triple casi desde Mahón. Pero el Valencia tampoco se amedrentaba, y seguía utilizando sus armas con inteligencia: el tiro exterior de un iluminado Van Rossom y el poderío físico del gigante Lichchuk en la pintura. El estratega Carles Durán estaba gestionando a la perfección la mermada plantilla valenciana, y tiraba de manera frenética para que ningunp se cargara de personales.

Apretaba el Palacio de los Deportes, consciente de que era un punto de inflexión clave para darle la vuelta al partido. Se calentaba extraordinariamente el duelo con una técnica al encolerizado Carles Durán, que le hacía un flaco favor a los suyos. Poco después Sato y Felipe Reyes se liaban a empujones y eran separados. Locura total en el ambiente y los merengues que se acercaban a solo seis puntos. con el Madrid llamando a las puertas el Valencia contestaba con sobriedad y los puntos de Dubljevic y Guillem Vives. Pero la avalancha merengue era imparable, reboteando en ataque con rabia y forzando segundas oportunidades, con el triple de Rudy se ponían a un sólo punto. Tras más pelea el triple sobre la bocina del increíble Llull cerraba el tercer parcial 71-73.

Asalto taronja

Últimos minutos del loco encuentro, que amanecía con un nuevo misil de Llull, totalmente en modo francotirador de élite. De base puro estaba jugando Sergio Rodríguez, que con su vertiginosa subida de balón forzaba importantes faltas rivales. Gracias a ello los merengues conseguían la máxima diferencia del encuentro para ellos solo cuatro puntos). Nocioni y Reyes estaban carburando muy bien por dentro, partiéndose la cara y reboteando. Pero el Valencia había venido al Palacio a ganar, y Van Rossom volvía a conectar un triple que dejaba todo en el congelador.

El Madrid estaba obsesionado en cerrar el partido a base de triples, pero no le estaban entrando y los taronja despertaban tras su caraja, poniéndose otra vez cinco puntos arriba. Muy mala lectura del juego de los merengues, y Laso que tenía que pedir otro tiempo muerto. Otra vuelta de tuerca en el apasionante duelo. Mucho más inteligentes los valencianos que movieron el balón a cuatro esquinas y buscaron a gente libre como Dujlbjevic para enchufar desde lejos. Pero el Madrid que no se marchaba del duelo con otro triple de Llull y mucha presión en toda la cancha. Todo agónico pero a base de tiros libres el Valencia daba la sorpresa y se llevaba el partido 89-93 poniendo el 1-1 en la serie.

Protagonistas

Partido coral de los taronja, en los que muchos hombres llegaron a los dobles dígitos en anotación. Nombrar a Bojan Dubljevic (18 puntos, cuatro rebotes, 5/8 en tiros de dos, 22 de valoración), un talento en la pintura con buena muñeca fuera. Sam Van Rossom (13 puntos, cuatro rebotes, siete asistencias, 3/4 en triples, 18 de valoración) llevó los mandos de su equipo y enchufó desde la larga distancia. Nemança Nedovic (14 puntos, cuatro rebotes, cuatro asistencias) y Guilllem Vives (14 puntos, 4/4 en libres) dieron vida a los suyos peleando contra los Sergios y con grandes porcentajes de tiro.

Por un desdibujado Madrid, que salió muy dormido, el mejor de largo fue Sergio Llull (28 puntos, siete asistencias, 7/17 en triples, cinco faltas recibidas, 29 de valoración) que entro en erupción durante fases del duelo, pero se cebó demasiado en terminarlo todo desde lejos. En segundo plano, el capitán Felipe Reyes (17 puntos, 7/8 en libres, cuatro faltas recibidas) siempre intenso en la pintura, y Andrés Nocioni (12 puntos, siete rebotes), que saliendo desde el banquillo propició la remontada blanca, pero no pudo culminarla.