Comienzo de la Liga Endesa y gran partido entre un Madrid vigente campeón frente a un Valencia Basket reforzado que tiene mucho que decir esta campaña. Por los blancos salía de inicio Rudy Fernández, aparentemente recuperado de sus problemas de espalda. El duelo amaneció con paridad en el electrónico y las estrellas de ambos conjuntos viendo aro. Conectaba canasta Llull, pero respodían San Emeterio con una entrada a canasta y Sam Van Rossom con un triple marca de la casa. Los merengues estaban doblando muchos balones a Trey Thompkins, y el ala-pívot respondía con puntos demostrando sus buenos movimientos en la pintura. Con parcial de 16-9, Pedro Martínez tuvo que pedir el primer tiempo muerto del duelo.

Los taronja comenzaron a tirar de rotaciones, demostrando que su plantilla es tremendamente larga. Las canastas de Justin Hamilton y Rafa Martínez volvía a poner el tanteo en un puño. Guillem Vives tomaba los mandos de la nave valenciana, imprimiendo un ritmo extra a los suyos. Por parte de los madridistas estaba desatado Gustavo Ayón (que llegaba a los 10 puntos). El mejicano terminó alguna jugada de brillo como el espectacular alley hoop tras el pase de Llull. Final del primer cuarto con 20-17 en el electrónico, y los dos conjuntos muy igualados.

El Valencia toma ventaja

En el segundo parcial hubo mucho desacierto exterior en los primeros minutos. Ni blancos ni taronja veían aro desde el perímetro, a cambio si estaba muy activo en la pintura Bojan Dubljevic, demostrando unas magníficas nociones tácticas. Gracias a ello los visitantes se ponían un punto arriba, primera ventaja desde que comenzara el partido. Hamilton estaba haciendo daño en la pintura, forzando muchas faltas de tiro al joven Willy Hernangómez y a Maciulis en las ayudas. Mucha juventud en la pista por parte de los merengues, cuando también entró el adolescente Luka Doncic. Y Justin Hamilton que seguía enchufando desde todas las posiciones, por lo que el Valencia tomó una ventaja de seis puntos.

La sangría era cada vez mayor, el triple de un afilado Van Rossom ponía a los taronja rozando la barrera psicológica de los diez puntos. La horrenda estadística de triples del Madrid alcanzaba un hediondo 0/8, hasta que Luka Doncic rompió la racha desde la esquina. Pedro Martínez seguía rotando piezas y ponía en pista al Islandés Steffanson, ex-Unicaja y que viene de jugar un buen Eurobasket con su selección. Los dos conjuntos llegaban ya al bonus de personales, lo que aprovechó el Madrid para acercarse en el marcador con los libres de Rudy. Doncic se echaba el equipo a la espalda pese a su insultante juventud, pero la defensa blanca seguía muy blanda. Dubljevic estaba haciendo un roto a sus defensores y Laso soltaba un importante rapapolvo a los suyos. Con el triple sobre la bocina de Steffanson a vestuarios con ventaja taronja 37-45.

Reacción merengue

Volvía a pista enchufado el Madrid, con el triple de Trey Thompkins y las entradas a canasta de Llull y Ayón prácticamente neutralizaban la ventaja de los naranjas. Pero los merengues no tenían consistencia para mantener el ritmo del partido. Al más puro estilo acordeón los visitantes volvían a dar otro empujón al partido, corroborando que tienen muchas armas ofensivas. Justin Hamilton se alzaba como máximo anotador del partido y la distancia se alargaba hasta +10 para los taronja. Cierto murmullo en un Palacio preocupado por la falta de intensidad e ideas de los suyos.

El pundonor del juego interior blanco, comandado por Ayón y Reyes tiraba del carro, lo que permitió una nueva reacción. Otro problema para el Madrid era el pésimo porcentaje de tiros libres (rozando el 60%), con fallos extraños en jugadores fiables como Sergio Llull, al que le estaba atacando el síndrome Gepeto (muñeca de madera). Con el magnífico triple sobre la bocina de Sergio Rodríguez los blancos le daban la vuelta al marcador y cerraban el tercer cuarto 62-60. Todo por decidir.

Asaltando el Palacio

Seguía la total paridad en el electrónico durante los siguientes minutos. Intercambio de bellas canastas y los ataques que se estaban imponiendo a las defensas en zona, aunque muchas de las transiciones eran estáticas y largas, agotando la posesión. En el ecuador del cuarto los taronja volvieron a enseñar los dientes con cinco puntos consecutivos del excelente Dubljevic. Inmediato tiempo muerto de Laso. Elemento clave para el Madrid era Gustavo Ayón, que seguía machacando el aro rival siguiendo a la perfección el pick&roll del Chacho, además colaboraba con muchos rebotes defensivos.

Momento de la verdad con los dos conjuntos bailando un chotis en el marcador. Justin Hamilton no fallaba y se disparaba en la anotación, siendo un auténtico castigo para los madridistas. A falta de un minuto el palmeo ofensivo de Luke Sikma desequilibraba la paridad y daba una ventaja clave para los taronja. El Madrid estaba errático en los tiros y tampoco atacaban correctamente el rebote. La bandeja de San Emeterio tras una puerta atrás (nuevo error defensivo de los merengues) daba seis puntos de ventaja a los valencianos. Mucho tiempo muerto, pero el partido estaba acabado. Victoria a domicilio del Valencia (82-88), que demostró su potencial.

Protagonistas

Partido excelso del norteamericano Justin Hamilton (26 puntos, siete rebotes, 8/14 en tiros de dos, 4/4 en libres, cuatro faltas recibidas, 29 de valoración). El reciente fichaje de los taronja ya fue el mejor de la pretemporada, y frente al Madrid demostró que es terriblemente completo y competitivo. No le fue a la zaga un fino estilista como Bojan Dubljevic (21 puntos, cuatro rebotes, 6/7 en tiros de dos, 2/3 en triples, 3/4 en libres, cuatro faltas recibidas, 22 de valoración), otro que fue una auténtica pesadilla y con grandes porcentajes de tiro.

Por el derrotado Madrid sobresalió Gustavo Ayón (16 puntos, nueve rebotes, 7/10 en tiros de campo, cuatro faltas recibidas, 23 de valoración). El Titán de Nayarit estuvo participativo en ambas zonas, y dejó algunas jugadas espectaculares, como sus poderosos mates. Fue su mano derecha el recuperado Rudy Fernández (12 puntos, cinco rebotes, cuatro asistencias, dos robos, cinco faltas recibidas, 23 de valoración), una vez más totalmente polivalente el alero mallorquín.

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