Primer asalto de esta larga y disputada Euroliga 2015/16 que enfrentaba a un Khimki ruso reforzado hasta las cejas a base de pretodólares (Alexey Shved, por ejemplo, es el mejor pagado de Europa) frente al Madrid vigente campeón, aunque acuciado por el cansancio después de una campaña plagada de éxitos y mucho esfuerzo. Con esas premisas amaneció el duelo con una auténtica orgía de triples. Los rusos conectaban hasta tres consecutivos, demostrando que son francotiradores de lujo. Por los blancos respondía de manera solitaria Rudy, pero la primera ventaja era para los locales. Tras la canasta interior de Augustine (ex-ACB) el parcial alcanzaba el 13-6 y Laso pidió el primer tiempo muerto.

Demasiados desajustes en las defensas del Madrid y primeras rotaciones en pista. Entraba en la cancha por los rusos el fino estilista Petteri Koponen, que puede anotar y asistir con solvencia. Por los merengues la réplica era de Sergio Rodríguez. Los locales seguían metiendo tiros con demasiada facilidad, Marko Todorovic (cedido por el Barcelona) se estaba hinchando en la zona. Por los blancos tan solo respondía Gustavo Ayón. Final del primer cuarto con 21-14. Los de Kurtinaitis dominaban el resultado a base de triples y mayor velocidad en las transiciones.

El Khimki impone ritmo y acierto

Seguía la misma tónica en el segundo parcial, los blancos estaban faltos de ritmo para poder llegar antes a las ayudas y lanzar contras. Dentro del juego rápido de posesiones los del Khimki se mostraban más acertados, por lo que la ventaja llegaba a la barrera psicológica de los diez puntos. Las jugadas estáticas e individuales de uno contra uno generaban demasiado daño a los de Laso. Allí, los continuos recambios de Shved o Torodorovic estaban haciendo un roto. Más rotaciones en pista y buenos minutos de Willy Hernángomez, que no se amedrentó ante las torres rusas y por minutos fue el mejor de su equipo. Pero el Khimki seguía dominando.

Los cosacos retaban al Madrid de nuevo desde la larga distancia, puesto que se encontraban cómodos en esa faceta. Y jugadores como Llull entraban en el duelo, pero sin acierto desde el perímetro y tampoco cerrando el rebote con ímpetu. Hernangómez era la única luz dentro del vacío merengue, y también se partía la cara en la pintura, pero los suyos seguían excesivamente erráticos en los tiros. El Khimki jugaba de memoria, muy liberado en las marcas y buscando el pase extra para encontrar tiros limpios. A vestuarios con 43-32 y la sensación de que los rusos iban a doble velocidad.

Se mantiene la ventaja

Buena reacción de los merengues tras la reanudación, guiados por un Jonas Maciulis que tiró de casta y concatenó cinco puntos consecutivos. El Madrid se acercaba a seis puntos e inmediato tiempo muerto de Kurtinaitis intentando amarrar el encuentro a toda costa. Y respondían sus pupilos enchufando dos nuevos triples y abriendo de nuevo la distancia. Continuaba el despropósito defensivo de los blancos, lo que aprovechaban jugones como Tyrece Rice para anotar rompiendo la zona con venenosas entradas a canasta. Le crecían los enanos a los merengues y ahora era el eterno Sergei Monia el que veía aro para poner la diferencia en un máximo de +15. Otro tiempo de un desesperado Laso.

Tan exasperado estaba el técnico madridista que le pitaron técnica, lo cual no ayudaba lo más mínimo a los suyos. Seguía Maciulis haciendo la guerra por su cuenta, espoleado en el pundonor, pero el trabajo en bloque de los blancos brillaba por su ausencia. En el juego de guerrillas seguían entrando hombres a pista, pero la rotación de los rusos parecía más acertada y refrescada que la visitante. La conclusión fue otro cuarto dominado por el Khimki, que a base de mayor fuerza en los rebotes y frescura anotadora se imponía 61-49.

Final y protagonistas

Seguía el martillo pilón de los rusos, que no bajaban su intensidad en las transiciones y dominaban el rebote de manera insultante. Un Madrid falto de ideas y, sobre todo, de gasolina no conseguía limar las diferencias. De hecho, las máximas del Khimki rondaron los 20 puntos sellando el partido cuando aún faltaban minutos. Ya con todo sentenciado se vio una consecución de canastas más liberadas de marcas, donde Todorovic y Shved mostraban su calidad. Final del partido con un contundente 84-70. Los rusos fueron superiores ante un Madrid que vive en una "pretemporada" que no ha podido disfrutar.

Por los cosacos subrayar el enorme partido del joven Marko Todorovic (15 puntos, ocho rebotes, dos tapones, 6/9 en tiros de dos, 22 de valoración), todo un ciclón en la pintura. No le fueron a la zaga el rocoso James Augustine (10 puntos, siete rebotes, cuatro asistencias, dos robos, 18 de valoración), que además de hacer daño en la zona demostró capacidad para colaborar. Cierran los destacados el fichaje estrella Alexei Shved (13 puntos, cuatro rebotes, tres asistencias) y el eléctrico Tyrece Rice (12 puntos, ocho rebotes).

Por un desdibujado Real Madrid tan sólo nombrar el enorme trabajo de desgaste de Sergio LLull (20 puntos, 3 rebotes, 8 faltas recibidas, 19 de valoración), que se partió la cara intentado percutir el aro rival. En segundo plano Jonas Maciulis (10 puntos, 2/2 en triples), que motivó una ligera reacción que no llegó a ningún puerto.

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