Partido a cara de perro para los blancos, que necesitaban la victoria para no perder ritmo en el competido Grupo A. En frente unos alemanes comandados por el eterno Svetislav Pesic desde el banquillo, y con importantes refuerzos, entre ellos el ex-madridista K.C. Rivers. Comienzo del encuentro con los merengues rápidos en pista y bastante liberados en las marcas. Gracias a ello entraron en la zona bávara cual cuchillo en mantequilla. Tras la bandeja de Llull que sellaba el 8-2 inicial, Pesic pedía el primer tiempo muerto. Bastante indolentes en las marcas los alemanes, y Rudy que conectaba un magnífico triple desde la esquina para seguir aumentando la ventaja, que llegaba a la barrera de los diez puntos.

Se recuperaba ligeramente de la caraja el Bayern con el misil de su estrella Djedovic (que está promediando 17 puntos en la Euroliga). Además, Pesic comenzaba a rotar el banquillo y a pista entraban el fornido John Bryant y el hijo pródigo K.C. Rivers (al que el Palacio recibió con una emotiva ovación). Con ello los otomanos limaban diferencias y volvían al partido, pero el Madrid estaba intenso y Reyes dando una auténtica exhibición en ambas zonas. Otro tiempo de Pesic, cada vez más irritado con los suyos. Tras varios misiles de un Madrid clarividente desde la larga distancia, el primer parcial culminó con una suspensión de Rivers sobre la bocina. Contundente 33-20 para los blancos.

Se iguala el pulso

El segundo cuarto amaneció con muchos cambios por los madridistas. Sergio Rodríguez y Carroll regeneraban el juego exterior, mientras que Hernángomez daba refresco en la pintura. Sin embargo, no salieron demasiado acertados, por lo que los muniqueses volvían a reducir las diferencias (parcial de 3-10) guiados por un Álex Renfroe híperactivo. Laso convocaba a los suyos a la banda y les daba una reprimenda sonora. El ritmo del partido había frenado de manera exponencial, transiciones mucho más trabadas que beneficiaban a los bávaros. Ello, sumado a un errático Madrid en los tiros lo igualaba todo. Precisamente los merengues eran los primeros en llegar al bonus de personales.

El único en anotar por el Madrid durante más de cinco minutos fue Jaycee Carroll. El asesino mormón estaba sustentando a los suyos a base de triples. Pero los alemanes ahora sí estaban trabajando en grupo y moviendo mejor el balón. Encontrar en solitario a Rivers era sinónimo de canasta para el norteamericano, como bien conocen sus ex-compañeros. Tenía que volver a pista el capitán Reyes para retomar su imperial dominio del juego. Minutos de electrocución merengue, con pérdidas absurdas y mala selección de tiros. Otro triple sobre la bocina de Rivers lo igualaba todo, a vestuarios con 51-51.

El Madrid no despierta

El Bayern volvía concentrado tras el descanso, y con los tiros libres de Djedovic se ponía por delante por vez primera en todo el duelo. Con las marcas mucho mejor ajustadas por los visitantes anotar costaba un mundo. John Bryant seguía sumando con soltura no solo bajo el aro, sino también desde cinco metros, demostrando su inteligencia para entender el juego. Desatascaba algo la transición ofensiva blanca el triple de Jonas Maciulis, pero ahora ambos conjuntos bailaban un chotis en el marcador. Enorme intercambio de canastas y K.C. Rivers que seguía on fire desde el perímetro. Y Djedovic también veía aro desde el 6.75.

Laso ponía en pista a Andrés Nocioni, que entraba para anotar, pero respondía Savanovic. Auténtico festival de triples que ahora favorecía a los bávaros. Intercambio de golpes al más puro estilo pesos pesados. El Madrid comenzaba a encajar demasiados golpes y no podía parar la sangría exterior de los alemanes, que lo metían todo (+9 para los de Munich). Tiempo muerto de Laso, y un Madrid claramente superado en las defensas. La precipitación no es buena compañera, y los merengues estaban perdiendo una cantidad ingente de balones. Final del tercer cuarto 73-81 y las alarmas a punto de saltar.

Épica remontada blanca

Los madridistas afrontaban el último parcial contra las cuerdas. Bastante polémica arbitral por su permisividad con los palos que metían los del Bayern y la facilidad con la que pitaban las de los locales. Pero más allá de esta subjetiva faceta, los visitantes aún mantenían la ventaja y seguían transcurriendo los minutos. La terrible telaraña defensiva de Pesic había ido ganando en intensidad y precisión a lo largo de los cuartos, y su zona era una auténtica fortaleza. El duelo se estaba dirimiendo a base de intensidad, los blancos subían un pistón con el triple de Llull, pero respondía un infalible Njedovic frustrando la remontada.

En los últimos minutos el duelo tomaba tintes muy emotivos. El Palacio con el corazón en un puño, pero aún creyendo en los suyos. Tras dos rebotes ofensivos consecutivos, un afilado Rudy conectaba el triple que ponía al Madrid a tan sólo cuatro puntos. El Barclaycard Center se convertía en una olla a presión tras el robo y canasta con bandeja de Llull. Ambiente de lujo, y los jugadores contagiándose del mismo. Parcial de 13-5 y tiempo de un superado Pesic. Renfroe congeló la ilusión con un tremendo triple tras una mala defensa de Jeffery Taylor. Pero entonces llegó metralleta Carroll, y el mormón selló el agónico triunfo con un excelso misil desde el 6.75. El espectacular duelo culminó 101-99 para los merengues.

Protagonistas

El mejor del partido fue el eterno Felipe Reyes (20 puntos, 11 rebotes, dos asistencias, cinco faltas recibidas, 30 de valoración). Espectacular una vez más Espartaco, que firmó unos excelentes porcentajes de tiro (5/7 en tiros de dos, 1/2 en triples, 7/7 en libres). Le secundaron sobremanera un iluminado Rudy Fernández (20 puntos, seis rebotes, dos asistencias, 5/6 en triples, cinco faltas recibidas, 24 de valoración), una auténtica torreta humana desde el perímetro. Cerró el tridente de lujo Sergio Llull (18 puntos, seis asistencias, 17 de valoración), que fue de menos a más y terminó el duelo como un terremoto. Y por supuesto Jaycee Carroll (14 puntos, 4/7 en triples) el que sentenció el duelo.

Por un Bayern Munich, que estuvo muy cerca de asaltar el Palacio destacar a su estrella el bosnio Nihad Njedovic (22 puntos, cuatro asistencias, 4/7 en triples, 24 de valoración), un tremendo talento en el mejor momento de su carrera. Fueron sus fieles escuderos el eléctrico base Alex Renfroe (21 puntos, tres asistencias, 3/4 en triples), el rocoso John Bryant (14 puntos, 6/7 en tiros de dos, 17 de valoración) y K.C. Rivers (15 puntos, tres rebotes, tres asistencias, 3/4 en triples), que entró en erupción en momentos puntuales.

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