Alberto Herreros y Alberto Angulo vieron jugar a un jovencísimo Luka Doncic en 2011, cuando apenas tenía 12 años. Ambos exjugadores estaban realmente impresionados por la facilidad con la que el esloveno hacía de todo en una pista de baloncesto y no tuvieron que pensarse mucho la invitación que le ofrecieron para la Minicopa 2012.

En la competición el escolta dejó excelentes sensaciones sobre su talento y el club blanco hizo realidad el fichaje de Doncic, que venía de formarse en las categorías inferiores del Olimpia Ljubljana.

Rápidamente Luka se hizo al club, tanto en el infantil como en el cadete, cuando su nombre ya estaba en la boca de los scouts europeos. Pero fue la pasada temporada, en el famoso júnior de Paco Redondo, donde se vio ese brillante futuro, ese diamante en bruto que es el esloveno.

Con 15 años, cadete de segundo, Doncic era la estrella sin discusión del júnior entrenado por Redondo. Acompañado de otros como Yusta y Barreiro, jugadores que también piden paso, Doncic guiaba a un equipo que arrasaba jornada si y jornada también. Un año para el esloveno que sólo podía terminar de una manera, y fue así como terminó.

De estrella juvenil, a ser parte del primer equipo

El 30 de abril de 2015 Luka daba su primer gran paso: debutar con el primer equipo del Real Madrid. Su estrenó no pudo ser mejor, ya que además de convertirse en el jugador más joven en debutar en la historia de los blancos superando a Roberto Núnez, clavó un triple nada más tocar su primer balón. Un triple que puso en pie al Barclaycard Center.

El esloveno solo piensa en baloncesto. Humilde y trabajador, no ha parado de ganar reconocimientos individuales, y también colectivos, muy merecidos. Pero su ansia de trabajo y de  crecer podían ir a más, y ese momento fue cuando supo que Pablo Laso le incluía en el primer equipo para la temporada 2015/2016, donde se encontraría con Paco Redondo, que pasaba a ser asistente de Laso.

Después de una temporada histórica y con su nombre en boca de todos como la próxima gran perla del baloncesto europeo, Doncic no descansó en verano. Una de sus paradas estuvo en California, para entrenar con el exjugador Mike Penberthy, entrenador especializado en tiro que ya ha estado con otros como Ricky Rubio. Ya de nuevo con los blancos y antes de arrancar la Liga Endesa iba a llegar un nuevo récord de precocidad para Doncic. Al jugar contra el Bauru, se convertía en el jugador más joven en disputar la Intercontinental superando  Dino Medeghin.

La temporada del Real no arrancó como todo el mundo se esperaba. Los continuos tropiezos en Euroliga y los problemas defensivos y de lesiones planteaban dudas a Laso. Mientras tanto Doncic seguía a lo suyo y ante el Manresa firmaba 13 de valoración en 14 minutos con sus 8 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias y 3 robos. Su talento y polivalencia ofensiva se demostraban a pesar de los pocos minutos que pasaba en pista.

Rudy Fernández, uno de los jugadores con más talento de Europa, venía arrastrando molestias en la espalda y el 1 de diciembre se confirmaba que el jugador tenía que pasar por quirófano. Otro revés para un Madrid que seguía haciendo aguas en Europa, aunque la contribución del mallorquín no fuese destacada. Esta baja iba a significar un incremento de minutos para Luka Doncic, que un par de días antes realizó el mejor partido que se ha visto a un jugador de esa edad en la historia de la Liga Endesa.

Sin duda alguna el partido en Miribilla ante el Bilbao Basket fue un punto de inflexión, muchos se daban cuenta de que Doncic es un valor de futuro, pero también de presente. El esloveno hacía las delicias del espectador de baloncesto, no sólo del Real Madrid, con sus 15 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias para 22 de valoración. Superaba los 12 puntos y 18 de valoración de Ricky Rubio como la mejor actuación de un menor de 17 años en Liga Endesa. Un dos más uno de instinto, un vuelo sin motor, un triple decisivo con step-back incluido… Todo esto con 16 años.

Llegaba el que podría ser sin problemas el encuentro más importante de los merengues en lo que iba de temporada, la vuelta ante el Fenerbahce en Euroliga. El líder del grupo y uno de los máximos favoritos a levantar el título a final de temporada podía dejar al Madrid fuera de la competición. El arranque del partido, que se disputaba en el Barclaycard, se encontró a los de Laso algo descompuestos y cediendo con facilidad a los turcos. Pero entonces apareció el talento, apareció Luka Doncic. El esloveno levantó al Madrid ejerciendo de playmaker en el segundo cuarto, creando jugadas que nacían desde la defensa y terminaban en canasta tras canasta de los blancos. Con Doncic en pista el parcial fue muy favorable para el Real, a pesar de que sus estadísticas en ese encuentro no fueran nada del otro mundo. Pero Doncic es más que eso, mucho más.

El futuro del Madrid y del baloncesto

A Nikola Mirotic, cuyos pasos se espera que cumpla Doncic, le sorprende lo que hace el esloveno, “le resulta impresionante”. A Laso le “recuerda a Bodiroga por su físico, su capacidad de visión y hacer cosas por inteligencia”. Pero más allá de su impacto en pista y su juego, el propio Laso o Felipe Reyes destacan su humildad. “Respeta a los de arriba, sabe que puede aprender de ellos” o “tiene que seguir trabajando y no dejar la humildad que tiene, es muy trabajador” son declaraciones que son habituales sobre la perla de Ljubljana.

Si desconoces su edad y ves un partido jamás pensarías que tiene 16 años. Es de locos pensar que en ataque no comete fallos propios de jugadores de su edad, de jugadores con poca experiencia en competiciones de alta categoría. Cómo es capaz de hacer con facilidad cosas en las que debería errar a menudo. Un cerebro de escándalo, un cuerpo de adolescente y la eficacia de un veterano para formar un jugador único. Un jugador llamado a, como mínimo, dominar Europa. Un jugador cuyo nombre ya está en las carpetas de los scouts de la NBA.

Luka Doncic es polivalencia, es descaro, es juventud, es talento, es baloncesto puro. Luka Doncic es presente y futuro del Real Madrid, es presente y futuro del baloncesto.