Hace algo más de un mes se confirmaba la vuelta de K.C. Rivers al Real Madrid. Se confirmaba un secreto a voces que provocaba el retorno de uno de los favoritos de la afición de una temporada mágica. El americano impresionó al público merengue con sus pocos y eficaces minutos.

Su etapa en Munich, con Svetislav Pesic, le destapó como lo que es, una bestia del baloncesto. Buen defensor y excelente tirador desde el triple, los famosos 3-and-D que tan de moda están en el baloncesto actual. En su experiencia alemana rara era la noche que no era la referencia ofensiva.

Rivers llegaba al Madrid como un fichaje de renombre pero su función era, desde el primer día que llegó a la capital, cubrir las numerosas bajas de Pablo Laso. A la ya conocida de Rudy Fernández se sumaba a finales de año la de Sergio Llull. El perímetro madridista se veía mermado: sólo el Chacho, Carroll y Doncic para dos puestos. Entonces apareció Rivers.

Llámalo motivación, llámalo felicidad, llámalo confianza. Desde que Rivers ha vuelto a la capital está haciendo gala del mejor baloncesto de su carrera. Minutos limitados, efectividad brutal. Ahora mismo K.C. promedia 11 puntos en liga en apenas 21 minutos por partido, mientras la pasada temporada no llegaba a los 6 tantos en casi 18 minutos. Un poco más de balón, mucha más efectividad.

El Rivers de esta temporada es otro Rivers al de la pasada. Muchos madridistas apenas sabían de donde venía, no tocaba demasiado el balón y no jugaba en exceso precisamente. Poco a poco se ganó el respeto de la afición, con sus triples y sus buenas defensas. En tierras alemanas se confirmó como una estrella y ahora, de vuelta en la capital, exhibe un excelente estado de forma.

Si en pocos minutos es muy capaz de cumplir, cuando Rivers recibe pasa más tiempo en pista se desata. En apenas cuatro días se vio lo mejor del americano. Frente al CSKA de Moscú anotó 23 puntos, 15 desde el triple. Tres días más tarde destrozaba al Sevilla con otros 21 tantos, máxima anotación que ha conseguido en Liga Endesa.

Ahora, con Sergio Llull completamente recuperado, se empiezan a presentar los problemas en la rotación para Pablo Laso. El base español absorberá minutos al americano, de hecho ya ha empezado a hacerlo. En los últimos partidos Rivers juega menos y tiene, por lo general, menos uso de balón.

¿Problema para Pablo Laso? Más bien bendito problema. Hasta que se recupere Rudy, los puestos de base, escolta y alero están muy bien cubiertos. Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Luka Doncic, Jaycee Carroll, K.C. Rivers y Jeffery Taylor. Calidad y cantidad. Rivers verá como su trascendencia desciende, pero no tanto como la pasada temporada. Su excelente nivel actual  le convierten en otro arma para Laso.

Su futuro es incierto en la capital, pero el tema de las fichas, lo que muchos plantean como un problema a corto plazo, ¿por qué tiene que serlo? El técnico de Vitoria suma un afilado y atlético tirador. Otro bendito problema para Laso. Cuando la temporada llegue al momento definitivo, ese en el que se definen vencedores y vencidos,  el Real Madrid contará con una baza extra desde el banquillo. Un arma preparada para salir y ejecutar en cuestión de minutos, como si de un asesino se tratase. Rivers es ideal para el Madrid, como el Madrid es ideal para Rivers.