Enorme partido en Moscú para cerrar la primera vuelta del Top 16. El Grupo F de la muerte más igualado y caliente que nunca, y los de Laso con la necesidad de vencer ante un rival que ya les ganó dos veces en la primera fase. Causaban baja por los merengues Rudy, Reyes y Nocioni, pero volvía Maciulis a la titularidad. Comienzo con rápidas transiciones por ambos bandos y las estrellas viendo aro con soltura. Los blancos acertaban con los triples de Thompkins y Maciulis, pero los rusos respondían con gran movimiento de balón y poderío interior.
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Los dos equipos anotaban con soltura. Thompkins seguía inspirado desde el arco, a cambio los moscovitas cortaban cual cuchillo la zona blanca con las grandes asistencias de Tyrese Rice. Entraba al partido Paul Davis, pívot poderoso que causaba baja desde hacía jornadas. Con ello se reforzaba el juego interior del Khimki, lo que aprovechaba el gladiador James Augustine para sacar el gancho. Tras el triple de Shved hubo parcial de 7-0 y tiempo de un encolerizado Laso. Más rotaciones, por los locales el polivalente Koponen, por los merengues Ndour. Final del competido primer cuarto con 26-26.
Khimki golpea primero
Seguía el Madrid sacando balones exteriores con paciencia, buscando a hombres en buenas posiciones de tiro. Y ello se materializaba con los triples de Rivers y Llull. Al acierto merengue desde el 6.75 daban respuesta los moscovitas con mucha velocidad en las contras, como la culminada por el supersónico Zoran Dragic. Laso regeneraba la pintura blanca con Willy Hernangómez, que entró con potencia para culminar un tremendo mate. Ello, sumado al triple de Jeffery Taylor puso el +6 para los madridistas y obligaba a otro tiempo muerto de Kurtinaitis. Al rescate de los rusos venía Alexey Shved, el jugador mejor pagado de la Euroliga.
Máxima igualdad en el tanteo, y los rebotes ofensivos que cada vez cobraban mayor importancia, teniendo en cuenta la paridad entre los dos conjuntos. El triple asesino de Monia colocaba de nuevo por delante a los moscovitas. Estaban apretando mucho las tuercas los locales, abriendo la defensa del Madrid como un libro y apretando los dientes en las marcas defensivas. Además, los merengues eran los primeros en llegar al bonus de faltas. Especialmente cargado Thompkins que cometía la tercera. Tyrese Rice seguía dando un clinic de como asistir y las distancias se abrían. A vestuarios con 50-43 para los rusos.
El Madrid vuelve a la pomada
Comienzo de la segunda mitad y los moscovitas que seguían viendo el aro blanco como una piscina. Augustine demasiado liberado en la zona y la ventaja que llegaba al +10 para los locales. Buena reacción de los blancos, comenzada por un nuevo triple de Maciulis. Sus compañeros se contagiaron del pundonor del alero lituano y el parcial llegaba al 1-14, por lo que Kurtinaitis pedía tiempo muerto. El mejor momento de los madridistas, que conectaban un perfecto balance entre ataque y defensa. Pero poco duraba la alegría visitante tras el triple de Dragic, que lo apretaba todo.
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Duelo muy intenso, de rachas. El que arremetía más en defensa y cerraba mejor el rebote tenía la oportunidad de lanzar las mortales contras. Los dos equipos demostraban que son de los mejores anotadores de Europa y que el menor error se paga con puntos en contra. Ahora el Khimki era el que imponía un parcial de 9-0, sólo cortado por la gran canasta desde cinco metros de Sergio Llull. Final del tercer cuarto con el enorme triple de Rivers sobre la bocina (69-71).
Ayón y Llull sentencian
Al comienzo del último parcial le caía la cuarta personal a Shved que visitaba el banquillo. Todo en un pañuelo en Moscú. Espectacular el despliegue de Gustavo Ayón, un monstruo reboteando en las dos pinturas y dando segundas oportunidades a sus compañeros. El Titán de Nayarit además sumaba puntos y robos, haciendo un roto espectacular al Khimki y poniendo la ventaja en +9. Gracias a su fuerza el resto del equipo subía un pistón en la intesidad y ponía a los locales contra las cuerdas.
La conexión Llull-Ayón estaba rompiendo por la mitad a los rusos. Kurtinaitis pedía tiempo intentando encontrar desesperadas soluciones al problema. La primera volver a poner en pista a Shved, que aunque cargado de faltas tiene talento de sobra. Pero Segio Rodríguez estuvo muy listo y le forzó la quinta personal entrando a canasta. Momento para los grandes, y el capitán del Khimki Sergey Monia conectó su cuarto triple del encuentro, demostrando que es de hielo. Pero nada podía frenar a un Ayón en estado de gracia, su actuación inmortal sumada al triple marca de la casa de Llull daba la victoria a los blancos (82-93). Más que importante triunfo para seguir luchando en el grupo de la muerte.
Protagonistas
Absolutamente excelso el partido de Gustavo Ayón (24 puntos, 13 rebotes, cinco robos, dos asistencias, dos tapones, cuatro faltas recibidas, 41 de valoración). El Titán de Nayarit firmó una actuación imperial en los 35 minutos que permaneció en pista. Lo hizo todo bien y además con enormes porcentajes de tiro (10/12 en tiros de dos, 4/6 en libres). Su actuación de ensueño fue secundada por un Sergio Llull inmenso (17 puntos, seis rebotes, 11 asistencias, 4/4 en libres, 25 de valoración), otro fuera de serie que se pasó por la piedra a todos sus defensores.
Por el sorprendido Khimki destacar el trabajo de James Augustine (20 puntos, siete rebotes, dos robos, 7/10 en tiros de dos, 26 de valoración), una roca en la pintura que hizo mucho daño, pero quedó minimizado en los compases finales. Le secundaron dos fuera de serie como Alexey Shved (17 puntos, seis asistencias) y Tyrese Rice (12 puntos, cuatro rebotes, nueve asistencias), que pese a estar en la élite de Europa, no fueron suficientes.