El primer partido parecía acabarse antes de tiempo al descanso, pero luego resucitó el Real Madrid con un gran tercer cuarto. Los merengues tienen todo en contra: el tiempo, el factor cancha y el ritmo de la serie. Difícil eliminar a los turcos, pero si alguien puede hacerlo es este Real Madrid.

El tiempo juega en contra del Madrid

El calendario del Real Madrid viene siendo durísimo desde el primer día de temporada, por lo que si en estos cuartos de final no lo era faltarían a su cita con las victorias imposibles. Se presenta un panorama muy complicado para los de Pablo Laso, que apenas tendrán descanso entre viajes y partidos.

Repasando desde fuera, los blancos jugaron el martes en Turquía y repiten mañana, de nuevo, en el Ulker Sports Arena. Debido a la cantidad de eventos que hay en el Barclaycard Center, conciertos por ejemplo, no han podido aplazar el encuentro de Liga y jugarán el domingo contra el Joventut. Con poco descanso, disputarán el martes otro partido frente al Fener, que podría ser el último si los turcos ganan la eliminatoria sin ceder en ningún partido. En caso de que la eliminatoria continúe, de nuevo el jueves jugarán en el Barclaycard.

Si llegados a este punto, tras cuatro durísimos partidos de Euroliga y otro de Liga, sigue vivo el Madrid llegaría la peor parte. El domingo 24 visitan Barcelona para enfrentarse al eterno rival y el martes, en el quinto y definitivo partido, de nuevo Turquía para enfrentarse a un Fenerbahce descansado que no juega el fin de semana.

Es por esto que la serie, cuanto más larga sea, más daño irá haciendo al Madrid. Si los merengues ya sufrieron a principio de temporada las consecuencias de sobrecargar a su plantilla, en estas dos semanas es muy probable que se vean nuevos casos.

Fotografía: Euroliga
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Las dos caras blancas

En la previa del primer partido se señalaron dos factores vitales para la serie, uno era cómo el Madrid se hunde en ambientes complicados y otro era su carácter de campeón. Pues bien, ya en el primer partido se vieron esas dos caras del Real Madrid

El segundo cuarto es el ejemplo perfecto de lo primero. Los blancos se vinieron abajo en cuanto el Fener marcó unos triples y el pabellón rugía. No hubo respuesta durante varios minutos ni desde el banquillo ni en el campo. El Ulker Sports Arena se convirtió por unos minutos en un infierno. El Madrid no hacía más que perder balones, abusar del triple y mostrar su famosa pasividad defensiva. La primera mitad terminó con diez pérdidas de balón para los merengues, lo que promedian en un partido entero en esta temporada, y un dos de trece en triples. Parcial de 26-18 para los turcos en esos diez minutos.

Después, en el tercer cuarto, se vio justo la otra cara, la del carácter campeón. Se salió con convicción, sin que el pabellón intimidase y todo comenzó desde la defensa. Agresivos, saliendo rápido en las ayudas y evitando tiros desde el exterior. En ataque se buscaban penetraciones tras pick&roll y los espacios se aprovecharon con inteligencia. No se abusó del triple y los porcentajes mejoraron. Parcial de 23-12 para el Madrid en el tercero.

Fotografía: Euroliga
Fotografía: Euroliga

El ritmo de la serie

Aunque el Fenerbahce sabe adaptarse a las condiciones del partido y plantear tanto un encuentro más ofensivo como defensivo, los turcos destacan más por la ofensiva si realmente se lo plantean. Sobre el Real Madrid no hay dudas, son claramente ofensivos, aunque en defensa pueden ser de lo mejor de Europa si así se lo plantean.

El primer partido fue muy defensivo. Los turcos fueron más precisos, los madridistas más fallones aunque consiguieron más opciones. La anotación más alta del partido fueron 26 para el Fener en el segundo cuarto, coincidiendo con los peores minutos del Madrid. Los blancos se quedaron en tres cuartos por debajo de los veinte puntos, los turcos, dos.

Todos estos datos hablan muy claro sobre la tendencia defensiva del partido, algo que no beneficia en absoluto al Madrid. Obradovic consiguió imponer el ritmo que quería en el primer partido, se jugó a lo que el serbio quería. Laso debe buscar un partido más veloz donde sea el ataque el protagonista.

Fotografía: Euroliga
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Jugadores a seguir

Si bien es cierto que Luigi Datome es el máximo anotador del Fener, no pudo demostrarlo en el primer encuentro. La defensa de Rudy Fernández y posteriormente de Andrés Nocioni dejaron muy frío al italiano, que se quedó en 7 puntos con porcentajes muy malos. Ali Muhammed, otra de las figuras, también sufrió buenas defensas, como el emparejamiento de Jeffery Taylor, muy superior físicamente. Otro jugador al que el Real Madrid supo apartar fue Pero Antic, que terminó con buenos porcentajes pero con poca importancia.

Pero hubo tres jugadores que hicieron muchísimo daño, especialmente dos: Bogdan Bogdanovic y Kostas Sloukas. El serbio fue la prolongación de Obradovic en pista, anotando triples imposibles, bandejas de escándalo y creando juego para el resto del equipo. El griego por su parte se vio muy acertado y, cuando le dejaban solo, no fallaba. Entre ambos sumaron 34 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. Generaron juego, especialmente Bogdanovic, para Ekpe Udoh, que terminó con 10 puntos y 7 rebotes, sirviendo sobre todo en el juego defensivo.

La buena tarea defensiva de los turcos llegó de dos maneras. Una fue impedir a Gustavo Ayón recibir en la pintura para bailar a sus rivales. El Fenerbahce apartó completamente al Titán del partido. También consiguieron evitar que el Madrid buscase penetraciones y abusara de los triples. Sin duda el tiro exterior es marca de la casa de este Madrid, pero los turcos consiguieron que abusaran de los triples, lo que suele conllevar un mal resultado. Entre Sergio Llull, Jeffery Taylor, Jonas Maciulis, Andrés Nocioni, K.C. Rivers y Rudy Fernández sumaron un lamentable tres de veinticinco en triples. Felipe Reyes y Sergio Rodríguez hicieron mucho daño, el capitán desde dentro y el Chacho a contracorriente del partido desde fuera.

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Sobre el autor
Nacho Losilla
Periodismo en la URJC de Fuenlabrada (Madrid). Enamorado del baloncesto y de la escritura. Formándome poco a poco en lo que más me gusta.