Segundo duelo de cuartos entre murcianos y capitalinos. Espectacular ambiente en el Palacio de los Deportes de Murcia para recibir un partido que amaneció con mucha igualdad, Los dos conjuntos reproducían estrategias similares, entrando en la zona rival aprovechando bloqueos para dejar bandejas. Muy activo desde los primeros compases Facundo Campazzo, que también veía aro desde el 6.75. Tremendo golpe de efecto cuando Hierrezuelo le pitaba falta descalificante a Gustavo Ayón tras soltarle el codo a Sadiel Rojas. Radical decisión arbitral que dejaba a los blancos sin uno de sus baluartes.
Dentro de la enorme batalla los locales eran los primeros en llegar al bonus de personales. Máxima igualdad en el marcador y primeras rotaciones. Por los rojos entraba a pista el cañonero Scott Wood, y lo hacía para enchufar dos misiles desde la larga distancia. Por los blancos Carroll por fuera y Reyes en la zona, intentando paliar la expulsión de Ayón. Especialmente iluminado el capitán merengue, tirando del carro. UCAM apretaba de nuevo el electrónico con los puntos de Kelati y Faverani. A punto de terminar el parcial llegaba el primer triple de los madridistas, obra de Thompkins desde la esquina. Final del turbulento primer cuarto con 26-31.
Muchos puntos e igualdad
El duelo permanecía muy intenso, con las marcas bien ajustadas por ambos bandos y frecuentes ayudas defensivas para estrangular los ataques rivales. Laso metía en pista a Luka Doncic para jugar de base puro y dejar al Chacho más liberado en la posición de tirador exterior. Gran encuentro de Víctor Faverani que se estaba hinchando a canastas y dominando el rebote. Tras el triple de Antelo los murcianos pisaban la sombra de los capitalinos. Más refrescos en pista, como el del hijo pródigo Augusto Lima, que no tuvo piedad de sus ex-compañeros culminando un mate poderoso.
Precisamente al propio Lima le caía la tercera personal casi consecutiva, al mismo tiempo que los merengues entraban en bonus. A pista Willy Hernángomez, más necesario que nunca ante la ausencia sobrevenida de Ayón. Faverani era consciente de su buen momento e intentaba forzar al máximo a sus rivales en el baile de la zona. Las transiciones eran eléctricas, terriblemente rápidas y sin respiro alguno. Debido a ello se produjeron fallos consecutivos en los tiros. Pero los murcianos seguían remando a base de tiros libres. Tras el triple de Campazzo final de la primera parte 47-50.
Todo en un puño
Comienzo de la segunda mitad con Faverani de nuevo percutiendo el aro merengue. Respondía en la lucha de interiores Hernagómez, que no estaba acertado en los tiros pero intimidaba con tapones y barría numerosos rebotes. Los árbitros seguían teniendo protagonismo, muy quisquillosos, y le pitaban dos faltas de ataque consecutivas a los capitalinos. Campazzo haciendo travesuras en todas las partes de la pista, con una velocidad y manejo de balón envidiables. Gracias a la presión máxima en las defensas y los puntos de Kelati, los murcianos se ponían de nuevo por delante en el electrónico tras muchos minutos.
El duelo seguía rápido, con mucho movimiento, desdoblando ayudas en cada posesión y tirando con fluidez los dos conjuntos. Hernangómez seguía ganando presencia en la pintura, colocando pinchos de merluza dignos del mejor chef, y aprovechando las breves ausencias de Faverani para buscar el aro rival. Los rojos llegaban al bonus de personales y jugadores con buena muñeca como Thompkins acertaban desde libres, pero el cañonero Scott Wood aparecía para acribillar desde el perímetro. Batalla espectacular, tras el 2+1 de Willy el excelso triple de Nemanja Radovic daba ligera ventaja a los pimentoneros. Final del tercer cuarto 71-68.
Victoria universitaria
Último parcial y los universitarios que abrían algo más la ventaja aumentando la intensidad física. Entraban en la zona madridista como kamikazes, y cuando fallaban los tiros cargaban con mucha fuerza el rebote ofensivo para ganar segundas oportunidades. La guerra de desgaste también pasaba factura a los locales que llegaban al bonus de manera prematura, pese a ello seguían al mando aprovechan el hediondo porcentaje de triples del Madrid (3/20 desde el perímetro). Cada posesión era ya definitiva, y valía oro, como el tremendo triple de Carlos Cabezas sobre la bocina de posesión.
Tras el robo y posterior canasta en bandeja de Campazzo, los locales se ponían +5. Inmediato tiempo muerto de Laso, o reaccionaban o el partido se le escapaba a los capitalinos. De nuevo era el eterno capitán Felipe Reyes el que se echaba el equipo a las espaldas y veía aro, pero respondía Radovic con el medio gancho. Con los dos conjuntos cargados de personales volvió a haber carrusel de libres. Y allí estuvo más sobrio y acertado un veterano como Carlos Cabezas. Victoria del UCAM 91-87, que fuerza el tercer partido de la serie en otro final de infarto.