Carroll es una asiduo del proyecto Laso. Llegó la primera temporada del entrenador vitoriano y es uno de sus favoritos. Su potencial ofensivo desde el perímetro es incuestionable. De hecho, llegaba al club blanco siendo el máximo anotador de la Liga con el Gran Canaria. A ello, ha ido sumando más cualidades con los años. Ya en las últimas campañas atacaba el aro entrando en la zona con bandejas y bombas cada vez más efectivas. A ese magnífico despliegue ofensivo ha unido algo fundamental: mejora en la defensa.

Carroll, junto al Chacho y Willy (ACB.com)
Carroll, junto al Chacho y Willy (ACB.com)

No es su principal virtud, pero el de Wyoming se ha matado trabajando en el gimnasio. Estudiando las nociones tácticas, para hacer mejor los cortes, no comerse los bloqueos y perseguir con precisión a sus marcadores. Un claro ejemplo de esta evolución ha sido su papel en la gran final de la Liga, donde fue superior a Brad Oleson. El del Barcelona ha sido su némesis estos años, y solía frustrarle a base de músculo e intensidad. Pero Jaycee le devolvió la moneda, anulándole en las dos zonas del campo. 

Empezando en forma

Carroll, norteamericano nacionalizado por Azerbayan, es de los pocos que no tuvo compromisos internacionales el pasado verano. Por eso, después de la exigente "Perfect Season", no tuvo que ir ni al Eurobasket ni al Torneo de las Américas. Ello le permitió tener un mes entero de descanso, y luego incorporarse íntegramente a los entrenamientos previos a la Intercontinental. Es de los pocos jugadores importantes que estaba a las órdenes de Laso en el campus veraniego. Gracias a ello, llegó con las pilas cargadas y fue relevante para ganar el primer título de la temporada 2015/16.

El mormón en plena mecánica de tiro (ACB.com)
El mormón en plena mecánica de tiro (ACB.com)

Mientras hombres como Rudy o Chacho llegaron fundidos, y los nuevos fichajes todavía no sabían por donde iban los tiros, Carrol fue decisivo junto a Sergio Llull (MVP del campeonato) y Gustavo Ayón, para llevarse la Copa Intercontinental contra el Bauru brasileño. La Supercopa de España fue un duro golpe, al perder en semifinales contra el Unicaja, pero en el espectáculo paralelo Carroll se llevó el premio al ganador del Concurso de Triples. A la tercera fue la vencida y derrotó en la segunda ronda a Álex Mumbrú, y en la final a Demond Mallet. Enchufó una racha de 22 puntos y ratificaba que su muñeca estaba on fire.

Mejora en defensa y muchos puntos

En todas las competiciones que disputaron los blancos durante la campaña, Carroll tuvo un papel relevante. No al nivel de titulares indiscutibles que juegan una ingente cantidad de minutos, como Llull o Ayón, pero muy regular. El año anterior sufrió dos lesiones de cierta gravedad (una en la rodilla que le dejó más de dos meses fuera), por lo que no terminó de coger la forma en los momentos de la verdad. Sin embargo, en la presente temporada el asesino mormón ha estado siempre presente y disponible para su entrenador.

En la Copa del Rey aportó desde el banquillo para revolucionar al equipo. En los cuartos contra el Montakit Fuenlabrada enchufó 18 puntos con una serie de 4/8 en triples. En la final contra el Herbalife Gran Canaria volvió a armar el brazo para llegar a 13 puntos, 2/4 en triples en apenas 16 minutos. Los blancos levantaban así su tercera Copa del Rey consecutiva.

Carroll no falló en las citas importantes (Noelia Déniz - VAVEL)
Carroll no falló en las citas importantes (Noelia Déniz - VAVEL)

La Euroliga no fue su gran torneo este año. Ha participado con pundonor, pero sus estadísticas eran peores. Sin embargo, en la Liga Endesa se ha salido literalmente, batiendo varios de sus récords personales y, sobre todo, aportando mucha intensidad defensiva en los playoffs. El susto lo dio en el segundo partido de la gran final ante el Barcelona, cuando caía sobre el pie de Navarro tras lanzar y sufría un esguince. Pero ni eso le paró, jugó el siguiente duelo infiltrado y no paró de dar la cara.

Más triples que nunca

Ya a principios de mayo, cuando todavía restaban tres partidos para terminar la temporada regular, Carroll batía su récord personal de triples en la Liga. Lo hacía enchufando cuatro misiles contra el Unicaja de Málaga. Con ello llegaba a los 81 (dos más que su mayor marca con el Gran Canaria). Pero no sólo era la cantidad, sino también la calidad con la que las estaba metiendo. De hecho, durante casi toda la temporada estuvo en el récord absoluto de porcentaje de triples transformados con un excelso 53,6 %, por encima de la previa estadística de otro cañonero como Chad Topper.

Desatado y a capotazo limpio celebrando la Liga (RealMadrid.com)
Desatado y a capotazo limpio celebrando la Liga (RealMadrid.com)

Su momento culmen de estado y forma fue el primer partido de la final de la Liga Endesa. Estuvo imparable, muy superior a todos sus marcadores, y terminó el duelo con 21 puntos, tres rebotes, dos asistencias, 4/5 en triples y 6/6 en libres. Toda una exhibición. Su pundonor pese a torcerse el tobillo en el segundo duelo dio alas al resto de compañeros, y merecidamente se llevó su tercera Liga de la Era Laso. Pese a tener ya 33 años, el Palacio le gritaba que se quedara, y los blancos quieren mantenerle entre sus filas, al menos, otra campaña.

Nota de la temporada: 8