Quinta jornada de la fase de grupos, los dos equipos están ya con la calculadora para conseguir el objetivo de avanzar al Top 16. Los lituanos en su primera participación tienen su mayor baza en los partidos que disputan en su Pabellón. Y los valencianos no quieren agotar sus opciones de pasar de ronda con la que sería su cuarta derrota. 

El Neptunas Klaipeda se transforma en el Svyturio Arena

El conocido como equipo azul tiene un fortín casi infranqueable. Jugando en casa los porcentajes de tiro suben en la parte local y la mano se encoge en los visitantes y consiguen igualar fuerzas de manera sorprendente. 

Prueba de ello es la victoria en la segunda jornada contra el Estrella Roja, por dos puntos de diferencia, y también las dificultades que tuvieron que pasar los griegos del Olympiakos para derrotarles en la prórroga, y por sólo cuatro puntos. 

El equipo tiene mucho arraigo entre los aficionados, con nueve jugadores que nacieron en la localidad de Klaipeda y que, por tanto, consiguen de una manera muy sencilla conectar con la grada. 

El quinteto inicial se puede recitar de memoria por los aficionados, puesto que su entrenador, el también lituano Kazys Maksvytis, lo ha repetido en todos los partidos de la competición.

Su estrella es Gailius, un viejo conocido de los valencianos 

Su estrella es Gailius, un viejo conocido de los valencianos, que lo sufrieron la temporada pasada cuando su anterior equipo, el Olimpia Ljubljana, visitó la Fonteta y se marcó un partido casi perfecto (24 puntos, 6 rebotes, 10 faltas recibidas y 31 de valoración). Es un jugador que aporta puntos tanto interiores como exteriores y ayuda mucho en el rebote defensivo.

El base es Martynas Makeiza, correcto y fuerte defensivamente, ayudado por su buen físico (1,93 metros y 100 Kg).

El escolta, Mustafa Shakur, es un trotamundos del baloncesto. En la temporada pasada llegó a jugar en tres competiciones distintas (NBA, NBDL y en Líbano) y disputó diez partidos en la ACB, en la filas de Baskonia. Ayuda mucho en la labor de construcción del juego, gracias a sus cuatro asistencias de media en la competición, y no aporta demasiado en tiro exterior, ya que todavía no se ha estrenado en este apartado en esta competición.

El juego interior lo conforman Galdikas y Zavackas. El primero aporta rebote y defensa mientras el segundo complemente estas facetas con las ofensivas. Zavackas es uno de los veteranos del equipo que en los partidos de casa no ha bajado de 20 puntos en valoración y tiene unos porcentajes bastante aceptables (66% en tiros de 2 y 43% en tiros triples).

La rotación de este equipo no es excesivamente alta, puesto que el quinteto inicial suele estar cerca de 30 minutos en pista. Algo destacable puede ser la aportación de la reciente incorporación Benson americano que jugó 9 minutos en el último partido contra Galatasaray y que aporta altura e intimidación con sus 2,11 metros de altura, algo de lo que andan escasos los lituanos. 

El equipo taronja espera seguir recuperando sensaciones

Los valencianos quieren seguir la buena racha de la semana pasada donde conquistaron su primera victoria en esta competición y que se refrendó dos dias después en la competición local.  El entredor de los visitantes comentó en la rueda de prensa previa acerca del partido "no es una final. Olympiakos es el único equipo que ha ganado fuera de casa y el resto tenemos dificultades para ganar fuera". Sobre el equipo rival calificó su juego en casa "juegan con mucha dureza, mucha energia. Tienen un acierto diferente en casa y es por tanto un equipo muy peligroso".

El equipo tiene que recuperar poco a poco sus señas de identidad

El equipo valenciano llega con todos sus jugadores mentalizados de la importancia de sacar un buen resultaado de Lituania para poder subir posiciones en el grupo. El equipo ha demostrado en los dos últimos partidos un cambio de actitud, más entrega en la pista, más unión coincidiendo con la marcha de Buycks, todos han entendido el mensaje, que llevan impreso en sus camisetas Cultura del Esfuerzo.

El equipo tiene que recuperar poco a poco sus señas de identidad, las ayudas en defensa, la entrega durante los cuarenta minutos del partido. Perasovic al igual que Simeone, no negocia el esfuerzo, la entrega en defensa es una exigencia máxima y el equipo se construye desde la defensa, asi se consigue reducir la eficacia del contrario en ataque y facilitar los robos de balón y los contraataques que tantos partidos desatascaron la temporada anterior. 

Veremos a partir de las seis de la tarde del jueves, que es lo que ocurre en la cancha lituana, lo que es casi seguro que será un partido para recordar.

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