Probablemente muy poca gente conoce lo que ocurre en una reunión por un fichaje. El que filtra, si no es interesadamente o con conveniencia de las partes, es apartado del negocio. El fichaje de Dwight Howard se está convirtiendo en un espectáculo tal que incluso se podría escribir un relato. No sería de extrañar que la siguiente historia se acercara a la realidad, aunque no fuera así.
 
Un salón de hotel, o una habitación especialmente acondicionada. Hay unas sillas detrás de una mesa, más sillas, un proyector y un ordenador. Algunas botellas de agua y algo de comer es el resto del "atrezzo". Comienzan a entrar ejecutivos trajeados y un conserje encargado de encender el ordenador de turno y acondicionar el proyector, cuando termina uno de los ejecutivos saca un "pen drive" y lo coloca en el PC. Entre los ejecutivos ultiman la presentación. "¿Está el vídeo terminado?". Pregunta uno. Otro pregunta si todas las personas que deben asistir están. Antes de entrar, en un curioso encuentro en el pasillo, Dwight se cruza con su actual jefe, quien sabe que va a reunirse con otro: "Hola, buena suerte", le dice.
 
Se abre la puerta y entra un hombre muy fuerte, con una espalda amplia, más de 210 centímetros de altura. Va acompañado de un equipo de asesores y representantes. Comienzan a saludarse entre la maraña de trajes y manos, asistentes personales, representantes, apoderados, asesores financieros con presidentes, "general manager", vice-presidentes, presidentes ejecutivos, directivos etc. Se sientan todos y uno de los directivos da la orden de poner un vídeo de presentación. Houston es muy bonito, sí. El acuario, los museos, el "Space Center" de la NASA. Da igual, si Dwight va a estar casi todo el año fuera, entre partidos, compromisos, si apenas pisa Atlanta, su ciudad natal. El recorrido que debe conocer es de su apartamento (de lujo, eso sí), al pabellón o al lugar de entrenamiento de sesión de tiro. ¿Y el pabellón? ¿Es bonito? Howard comienza a pensar en ese momento:
 
"El Toyota Center es bonito, claro, la NBA pone unos mínimos para un pabellón y este está chulo, mira el marcador qué grande, allí se verá bien cuando enseño músculo o  sonrío en el banquillo, cosa que me gusta hacer mucho". Dwight sigue pensando "miraré a primera fila y no estarán Jack (Nicholson), o David (Beckham), tampoco estará Sean (así llamo yo a Puff Diddy con el que tengo buena amistad) y Houston está algo lejos del centro de la farándula. Es una ciudad que se basa en el petróleo y en la indústria farmacéutica. Son famosas sus clínicas de tratamiento de cáncer."
 
Cuando se termina el vídeo de presentación toma el micrófono el típico ejecutivo. Engominado, blanco, tiene algunos quilos de más, si. Pero él no juega. Su nombre es Daryl y tiene un discurso entusiasta:
 
"Dwight, bienvenido a nuestra presentación, es todo un honor para nosotros que nos hayas escuchado y nos hayas querido atender...". Howard piensa que el discurso inicial es un aburrimiento total, pero escucha con atención. Daryl Morey sigue "nosotros estamos realizando un gran esfuerzo para ficharte, ningún equipo se ha movido tanto como nosotros, el año pasado cortamos vía amnistía a Luis Scola, nuestro pívot titular, y hemos cortado muchos jugadores. Este año con un equipo teóricamente no favorito nos metimos en Playoffs, la clave es nuestro juego alegre y sobre todo, que en el último momento al no conseguirte tuvimos que fichar a James Harden, a Jeremy Lin y a Omer Asik. Entre tú y yo,  si hay que deshacerse de Omer, hay un par de equipos interesados. Pero lo que te quiero decir es que en ningún lado estarás como en Houston, una ciudad próspera, en el gran Estado de Texas, todo el mundo quiere venir aquí, somos prósperos económicamente, y en el equipo está James y Jeremy, dos de los jugadores más mediáticos de la liga. A ti te gusta la farándula, ¿te imaginas el trío con el chico de Harvard con una historia de cine y el hombre de la barba más famosa de la liga? Además, nosotros tenemos mucho mercado en China, piensa el dinero que ganarás allí jugando en el mismo equipo en que lo hicieron Yao Ming y Jeremy Lin"
 
Howard mira sin hacer un gesto. Se levanta un señor alto, blanco, ya con algunos años, en ese momento Howard cambia su mirada. Éste es una leyenda de verdad, un exjugador respetado, lo ha sido todo. Kevin McHale toma la palabra: "Dwight estamos encantados de que nos hayas recibido. Pondré todo lo que quieras a tu disposición, cambiaré mis sistemas de juego. Cambiaré la velocidad del equipo. Ahora con James y Jeremy corremos mucho al contraataque, durante la pasada temporada fuimos en muchas fases el equipo más ofensivo de la liga hasta que al final nos hundimos un poco, pero entiendo que tú no puedas correr demasiado. Da igual, ralentizaré al equipo, sabes que tienes un gran pasador como Lin, y Harden te va a quitar presión. En defensa tendrás la ayuda de Chandler Parsons,  te echará una mano en el rebote. Tenemos este chico... Royce White, un jugador con mucho potencial, si le recuperamos de sus problemas puede ser clave. Y a Chandler le conoces personalmente, habla diariamente contigo y es muy colega tuyo."
 
Se abre una puerta y aparecen James Harden y Jeremy Lin. Dwight se levanta para saludarles cordialmente. "La parte de los ejecutivos es un rollo, pero ya me va gustando más", piensa. Harden le dice que con él, formarían una pareja temible, además de desviar la atención de las defensas. "Podríamos jugar rápido o lento, como tú quieras, yo podría renunciar a un par de tiros por partido para cederte el balón, desde que estoy en Houston me han tratado muy bien, estoy muy contento, he logrado ser importante, no como en Oklahoma City, donde Kevin y Russell eran todo el equipo en ataque. ¿Te imaginas que tú y yo repitiéramos lo de hace 18 años? Sí, D12, tú y yo estamos en un equipo ganador, podemos ser cómo...". Harden señala la puerta, alguien desde fuera, bien comunicado, hace entrar a dos personas. Dwight ya se esperaba la sorpresa, pero aún así está impresionado, no todos los días se tiene delante a Hakeem Olajuwon y a Clyde Drexler. A Hakeem ya le conoce. Él tiene un rancho en Texas donde se dedica a entrenar a los mejores pívots de la NBA en verano. Nadie mejor que él. El hombre que ocupó la vacante de Jordan mientras éste jugaba al béisbol. El pívot más respetado de principios de los 90, un competidor nato. Y qué decir de Clyde. Estuvo en el "Dream Team" de Barcelona '92, y siempre rivalizó con Jordan, siendo un digno contrincante.
 
Hakeem comienza: "Ya me conoces hermano. Vengo aquí para explicarte que los Rockets son la mejor franquicia donde puedes ir. Aquí serás el rey, y somos una franquicia ganadora. Incluso en los peores momentos, como éste año, hemos logrado quedar por delante de Mavericks o Lakers. Les conozco, son leales,  conmigo siempre se portaron muy bien y jugué toda la vida con ellos, excepto aquel periodo donde me fui a los Raptors a echar el resto de mi carrera. Además te van a rodear bien, saben fichar especialistas. En nuestro equipo supieron fichar a Robert Horry (7 anillos de campeón), Mario Elie o Sam Cassell. Están plenamente convencidos que contigo serán campeones".
 
Cuando todos terminan, es el turno de Howard. Su representante debe preguntar: "¿Pero los Rockets pueden ofrecer el contrato máximo?", el vice-presidente de finanzas se levanta y dice: "Sí, estamos dispuestos, hemos sacrificado jugadores, contratos, y estamos dispuestos a hacer más hueco". Dwight interrumpe: "Quiero otra estrella. Quiero ser como los Heat. Miradles a ellos. Son tres jugadores impresionantes. Con Josh (Smith) seríamos imparables. Además es de Atlanta como yo y muy amigo mío. Haced el esfuerzo de ficharle, y os tomaré seriamente la oferta".
 
En el momento de finalizar la reunión, las sensaciones son buenas: "Sólo tenemos que fichar a Josh", dice un ejecutivo, Howard está satisfecho con la oferta económica, y está deseando emular a su ídolo Hakeem, pero cree que le hace falta otra pieza para completar el puzzle. Además en Houston no puede grabar películas ni programas, su gran reto en el futuro.
 
Al salir de la reunión hay varias llamadas perdidas en su móvil: Jack, Ted (Turner, el dueño de la Time Warner), un par de llamadas de Atlanta, el típico mensaje de Chandler Parsons, Steve (Clifford, el nuevo entrenador de los Bobcats y que fue entrenador de Howard en Orlando y Los Ángeles). El estrés es importante, menos mal que estos temas los lleva Dan Fegan, el representante de Howard. "Ha llamado Ainge, de los Celtics, la conversación ha durado 5 segundos, queremos ir a un equipo ganador, sin Kevin ni Paul ya no tenemos incentivo". Dice Fagan. "También está Golden State, ellos tienen a Curry, a Klay Thompson, pero no tienen espacio, deben ponerse de acuerdo con los Lakers y ejecutar un traspaso. Estarías cerca de Los Ángeles, podrías grabar películas, en un buen equipo, pero los Lakers no te van a traspasar así como así, te quieren dentro o lo más lejos posible".
 
Dwight quiere hablar con Jack. Es el único personaje de Los Ángeles que le inspira confianza. ¿D'Antoni? "Ese tío me ha hecho la vida imposible, quiere que corramos y juguemos rápido y todos somos jugadores veteranos y pesados. ¿Kobe? Me ha tirado algunas indirectas durante la temporada, él quiere ser el rey, y no le hace demasiada gracia que yo esté por ahí." Pero a Howard le gusta el "media business", y Los Ángeles es el centro del mundo en este aspecto. Dan Fagan devuelve las llamadas de forma cortés, al llegar al presidente de Time Warner, la dueña entre otras de HBO, se aparta un momento del teléfono: "La Time Warner te ofrece un programa de tele, un reality, es tu oportunidad si quieres saltar al mundo de la farándula, pero claro, debes quedarte en los Lakers".
 
Y es que fichar a un jugador NBA no es la tarea fácil que todo el mundo piensa, agentes extradeportivos, leyendas... un equipo entero como los Rockets pone todo su empeño y moviliza todos sus recursos deportivos, Los Ángeles moviliza su industria pesada (el cine y la televisión), y otros están dispuestos a dar sus mejores jugadores por él. ¿Qué pasará con Howard? Lo sabremos en las próximas semanas.
 
 
IMAGEN 1: Stadiumjourney.com