Hace pocos días se cumplieron 20 años del fallecimiento de Reggie Lewis, jugador de los Celtics de principios de los 90. La muerte del alero fue el empujón definitivo hacia una larga travesía de una franquicia que había dominado el baloncesto estadounidense profesional durante los años 60, y que había discutido el dominio en los 80.

Es difícil acostumbrarse a la oscuridad tras años y años de ver la luz. En el momento de la transición, el sistema visual necesita unos compases de adaptación al medio. Eso le debió pasar a los Boston Celtics a principios de los 90. Tras las contínuas lesiones, el rendimiento de Larry Bird bajó en picado hasta retirarse en 1992. Kevin McHale, a causa también de las lesiones, vio reducida su participación en sus tres últimas temporadas hasta retirarse en 1993. El eterno Robert Parish seguía resistiendo, pero la nueva generación de jóvenes pívots poderosos, con Shaquille O'Neal asomando ya como prospecto futuro, castigaban al mito. La muerte de Len Bias había quitado una piedra angular de lujo para los Celtics del futuro, La mediática y trágica desaparición del pívot de Maryland fue el inicio de una serie de hechos que llevarían a los Celtics a una travesía de más de 20 años hasta conseguir el anillo. Pero lo que apagó el interruptor fue la desaparición de Reggie Lewis, el hombre que estaba tomando el relevo de Larry Bird como fuerza anotadora del equipo.

De Maryland, como Bias, formó en el Instituto con posteriores estrellas de la liga como “MuggsyBogues o David Wingate. Aquel equipo del Dunbar High School consiguió ganar 60 partidos en dos años sin derrotas. Fichó por la Northeastern University de Boston, donde fue tres veces jugador de la Conferencia Este de América. Su equipo siempre se clasificó para el torneo final de la NCAA pero nunca pasó de primera ronda. Lewis se estableció como un prolífico anotador superando los 22 puntos por encuentro y rozando el 50 % en tiros de campo, si bien no era un gran especialista en triples, consiguiendo un pobre 20 % en su trayectoria NBA. Su faceta anotadora le hizo ser elegido por los campeones de 1986, los Boston Celtics, el número 22 del Draft de 1987. Los Celtics acababan de llegar a la final ante los Lakers, perdiendo en una exhibición legendaria de Magic Johnson. Larry Bird había jugado más de 40 minutos de media, su máximo en toda su carrera, y afrontaba su último año al 100 % de su estado físico. McHale, Parish, Danny Ainge y Dennis Johnson completaban un elenco de estrellas que había dominado las últimas cuatro temporadas de forma abrumadora la división Atlántica.

En su primera temporada, Lewis fue reserva de Danny Ainge, jugando poco más de 8 minutos por partido, sin poder mostrar las cualidades que le habían hecho famoso. Ese año los Celtics volvieron a dominar su división, pero en la final de conferencia se toparon con los temibles Pistons de Laimbeer, Isiah Thomas y compañía. Es en 1988 cuando Reggie Lewis explota. Juega 57 encuentros como titular, y se va a más de 18 puntos por partido, pero el equipo apenas logra clasificarse para los Playoffs en octava posición, cayendo ante los Pistons. La espalda de Larry Bird comenzó a dar problemas y la estrella de Indiana sólo pudo jugar 6 partidos. Con un equipo muy joven, con Brian Shaw como titular tras ser elegido el mismo año, los Celtics sufren. Era la segunda desgracia tras el fallecimiento de Bias. Y esta estaba claro que afectaba al rendimiento del equipo. Hasta 2008 no llegaron a la final de la NBA, y hasta 2002, con el dúo Pierce-Walker, no llegaron a la final de conferencia.

Lewis siguió progresando hasta la temporada 1991-92, cuando sus números aumentaron sensiblemente, y los Celtics lograron el segundo puesto del Este, aunque cayeron en segunda ronda ante los Cavaliers de Brad Daugherty y Mark Price. La marcha de K.C. Jones, el mítico entrenador y mano derecha de Auerbach, contribuyó decisivamente, aunque fueron una serie de hechos los que llevaron a los Celtics a una larga y dramática espera. En su última temporada igualó los números del año anterior, con el añadido del retiro de Larry Bird, hacía ver en Lewis, elegido para el All-Star de 1992, el futuro jugador franquicia de los Celtics. De hecho fue elegido capitán.

El fatídico verano de 1993 y Len Bias

29 de abril de 1993. Primera ronda de Playoffs. Los Boston Celtics, que habían terminado cuartos de la Conferencia Este juegan ante los quintos clasificados, los Charlotte Hornets. En el primer partido Reggie Lewis se encuentra mal, tiene dolores en el pecho. Acto seguido se desmaya en pleno encuentro. Un primer ataque había acontecido. Los Celtics ganan el partido, pero la baja de Lewis será decisiva y los Hornets remontan la serie (3-1).

7 de junio de 1993. Alemania. Drazen Petrovic fallece a causa de un trágico accidente de tráfico. El impacto emocional en el mundo del baloncesto es inmediato. No es sólo un jugador de baloncesto más. Era el mejor de Europa. Era el hombre que había dominado durante los 80 los parqués europeos y que había dado el salto a América para ser un pionero.

27 de julio de 1993. Cancha de entrenamiento de los Celtics. En una sesión de tiro, Reggie Lewis cae desmayado. Los intentos de reanimación son insuficientes. Lewis fallece cuando iba a disputar el año más importante de su vida, el año en que había sido nombrado capitán, el año en que por fin se iba a convertir en la primera opcion de ataque de los Celtics, con la reciente retirada de Larry Bird y Kevin McHale.

En 1986 los Celtics eligen a Len Bias, de la universidad de Maryland, el número 2 del Draft. Dos noches después, cuando está celebrando con sus amigos, una sobredosis acaba con su vida. Será la primera de las desgracias (lesiones, fallecimientos, drogas) que afectarán a los Celtics en los posteriores años. Boston, recién campeón de la NBA, había elegido al único hombre que había hecho sombra a Michael Jordan a nivel universitario. Para más incentivo, Bias jugaba en la misma posición de Larry Bird y estaba llamado a ser su sucesor.

De la muerte de Lewis al dúo Pierce-Walker

La temporada 93-94 los Celtics no entran en Playoffs. De las siguientes ocho temporadas, sólo en la 1994-95 los Celtics quedan octavos del Oeste y consiguen entrar en la lucha por el anillo, siendo derrotados por los Magic de Shaquille O'Neal y Penny Hardaway en primera ronda. Parish tiene 41 años y aún así logra jugar 74 encuentros como titular. El equipo está liderado por Dee Brown y Dino Radja. La estrella croata se marcha a Europa tras la temporada 1996-97 y una lesión grave. Brown, el máximo anotador con 15,5 puntos por encuentro, no llegó a los 20,8 que había promediado Lewis en sus dos últimas temporadas. La temporada siguiente, no basta con el fichaje de un Dominique Wilkins que contaba con 35 años. Los jóvenes, como Rick Fox o David Wesley, apenas cuentan con minutos. Wilkins se marcha al Panathinaikos al año siguiente y es Rick Fox el que asume el papel anotador. Sherman Douglas, quien se había movido entre los 13 o 14 puntos por encuentro los últimos años, desciende sus números hasta los 9. Chris Ford, el entrenador, es destituido al final de la temporada 1994-95, y M.L. Carr y Rick Pitino no lograrán cambiar la dinámica del equipo hasta la llegada de Jim O'Brien en 2001. La primera buena decisión se toma la temporada 1996-97. En el número 6 los Celtics eligen a Antoine Walker, quien con Paul Pierce (elegido en 1998) formará el dúo que llevará a la final de la Conferencia Este de 2001-2002.

El drama entre las temporadas 1992-93 y 2001-2002 fue más que evidente. Unos Celtics que no lograron nunca superar el 50 % de victorias y por ende, nunca lograron superar la primera ronda de Playoffs. El interminable túnel, lleno de desgracias personales e inestabilidad deportiva fue un suplicio para una franquicia que nunca había bajado de la élite. En toda la historia, sólo en cuatro temporadas los Celtics habían dejado de estar en la post-temporada (1970, 1971, 1977 y 1978). La caída libre fue profunda, la depresión grande, los fallecimientos de Bias y Lewis, las lesiones de Bird, el fichaje de jugadores como Pervis Ellison, quien a pesar de ser un número 1 de Draft, nunca llegó a jugar más de 48 encuentros como titular en una temporada, o Todd Day, un número 8 que pasó de forma muy discreta por la liga y la creciente competitividad europea (el Panathinaikos atrajo a Wilkins, el Olympiakos a Radja y el Iraklis a Xavier McDaniel, quien era el sexto hombre del equipo) fueron factores que todos juntos, provocaron la caída de una franquicia que había estado siempre en la élite.

FOTO 1: Andrew D. Bernstein / Getty Images

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