Dos de los equipos más vistosos y atractivos sobre la cancha de la NBA se enfrentaban esta madrugada en el American Airlines Arena de Miami. Los Miami Heat de LeBron James recibían a Stephen Curry y sus Golden State Warriors, en un duelo entre dos de los mejores equipos de sus respectivas conferencias que prometía mucho espectáculo y buen baloncesto.

Lee y Curry ponen a Golden State por delante en el inicio

El gran choque en el American Airlines Arena arrancaría con ataques rápidos, como era de esperar en estos dos equipos, especialmente en los Warriors. Los de Golden State empezaron buscando a Bogut y sobre todo a Lee en sus jugadas, que aprovecharon la zona sin cerrar de los locales para sacar petróleo de la pintura de Miami en los primeros minutos, mientras Curry nutría de balones a los dos jugadores interiores. Además, la defensa de los Warriors era intensa y no perdían las marcas en ningún momento. El marcador reflejaba 6-13 en el comienzo.

Miami, por su parte, se mantenía en el partido gracias al buen hacer de su quinteto titular. James no había empezado el partido llevando la voz cantante en anotación, y la defensa sobre el alero por parte de los visitantes estaba siendo buena, cerrando la zona en sus penetraciones y manteniendo el tipo en sus uno contra uno. Pero Chalmers, Bosh, Battier y Wade actuarían de escuderos para mantener a los Warriors cerca en el marcador. Un triple de Bosh seguido de una canasta tras robo de Chalmers ponía a Miami a un punto de distancia, mientras Lee seguía siendo el mayor peligro de Golden State con su perfecta serie de tiro en el cuarto y gran anotación (acabaría con 13 puntos y 5 de 5 en tiros de campo en el primer cuarto).

Sin embargo, en la recta final del cuarto los dos jugadores franquicia empezaron a enseñar sus cartas de forma clara. Curry, con 3 triples en el cuarto de 3 intentos, comenzaba a enchufarse con tiros marca de la casa: desde una gran distancia y con la facilidad de quien tira desde la línea del tiro libre. Por parte de los Heat, LeBron conseguía 4 puntos seguidos que le comenzaban a meter en el partido.

El primer cuarto terminaba con el increíble porcentaje de 78,9 % en tiros de campo, incluyendo un 83,3 % en triples, de Golden State Warriors. Los números en estos apartados de Miami eran de 54,5 % y 57,1 % respectivamente, porcentajes nada despreciables si no estuviéramos hablando de semejante acierto rival. Los más destacados en los visitantes, Lee con 13 puntos, 5 de 5 en tiros de campo y 3 rebotes; y Curry con 9 puntos y 3 de 3 en tiros de campo (todos triples), además de 5 asistencias. Chalmers, Bosh y LeBron aportaron para los de casa 8, 7 y 7 puntos respectivamente. 33-38, ganaban los Warriors.

Intercambio de golpes para mantener la igualdad al descanso

Tras un primer cuarto de gran anotación, el siguiente asalto empezaba con ambos equipos intensos y agresivos en defensa, cerrando espacios y centrándose en los marcajes. Wade, con varias canastas y un robo para asistir a un dos más uno de Allen, cogía los mandos de Miami con James y Bosh en el banco. Golden State también daba descanso a Curry, Lee y Thompson, siendo entonces Barnes el jugador por el que el balón siempre pasaba con la responsabilidad de anotar. El sexto hombre de los Warriors asumiría muy bien su breve papel protagonista y mantuvo a su equipo en la lucha con sus canastas.

La buena defensa de Golden State en el segundo cuarto forzaba situaciones de tiro poco claras para los Heat, que fallaban más tiros. Sin embargo, con la vuelta de James a la pista, su juego se volvió más fluido, con más pases y cortes a canasta, atacando mediante penetraciones al aro. El MVP local no era la referencia anotadora, pero sí que estaba actuando bien como canalizador y distribuidor de los ataques, además de su buen trabajo defensivo. Entre él, Bosh y Wade, Miami encontraba soluciones en ataque en la pintura de los Warriors, que bajaron la intensidad de su línea exterior y permitían las internadas rivales.

A pesar de las acometidas del Big Three de Miami y que el porcentaje de tiros de campo en el segundo cuarto fuese de 47,4 %, los Warriors mantenían firmes el pulso con sus característicos ataques rápidos. No permitían a la defensa local colocarse y encontraban tiros abiertos sin defensas cerca, registrando un 66,7 % en triples en el segundo cuarto gracias a los hombres exteriores. Sin embargo, sus prisas en ataque también tenían su lado negativo: acabarían la primera mitad con 13 pérdidas, mientras que los Heat registrarían 7.

El encuentro llegaba al descanso con 61-65 en el marcador. Lee (16 puntos y 8 rebotes) y Curry (14 puntos y 8 asistencias) fueron los visitantes más destacados de los dos primeros cuartos. Entre los hombres de Spoelstra, destacaban Bosh con 17 puntos, Wade con 12, y James con 11. Hay que remarcar los 9 triples encestados de 12 intentados que habían registrado los Warriors al descanso, mientras Miami había metido 4 de 10 intentos.

Curry se vuelve imparable y LeBron tira de Miami

El equipo entrenado por Jackson salió del vestuario con ganas de dar guerra, y se colocaron a 10 puntos de distancia nada más comenzar el tercer cuarto con tres canastas rápidas, dos de ellas tiros en suspensión espectaculares de Curry, de esos que hace parecer indefendibles. A partir de este momento, los Warriors comenzarían a jugar con el objetivo de mantener este colchón de puntos que tan poco tiempo les había costado conseguir. Fue entonces cuando Curry se enchufó como sólo los grandes tiradores hacen: llegaron dos triples seguidos del base, el último de ellos en desequilibrio y con el defensor completamente encima. Daba igual lo cerca que lo defendiesen, veía el aro como una piscina. Era su cuarto: llevaba 10 puntos seguidos para su equipo tirando sin fallo en menos de 4 minutos.

Los vigentes campeones no se quedarían de brazos cruzados ante esta situación, y Spoelstra ordenó a sus hombres una defensa agresiva del perímetro. Así, recurrieron al doble marcaje sobre Curry cada vez que tocaba el balón, sin descuidar a Thompson, que cada vez que le concedían espacio lo aprovechaba. Sin embargo, los locales no podían estar pendientes de todos los jugadores rivales, y el otro gran protagonista, Lee, empezaría entonces a recibir balones. La defensa de la línea exterior de los Heat dejaba más suelto al ala-pívot de Golden State, que con sus internadas en la pintura y su tiro de media distancia castigaba el excesivo interés de los locales en los triplistas contrarios. Junto a la alternativa de Barnes y la ayuda reboteadora de Bogut, Lee mantenía lejos a Miami.

Los Heat contaron con el protagonismo anotador de James en este cuarto para no dejar escapar a sus rivales. Siguieron recurriendo a la penetración desde el exterior para hacer daño dentro a la defensa de Golden State, compensando con tiros cercanos su mal porcentaje en tiros exteriores en el cuarto (20 % en tiros de tres). LeBron, con su superioridad física, sacaba especial provecho de este planteamiento, y acabaría el cuarto con 8 puntos. Pero cada canasta era contrarrestada por un nuevo acierto de Lee (8 puntos y 3 rebotes en el cuarto) o de Curry(14 puntos en el cuarto) desde el triple, que hacían inútiles sus esfuerzos. Además, la ausencia de protagonismo en el tercer cuarto de Wade y Bosh se notó demasiado en los de Florida.

En el final del tercer cuarto apareció Beasley desde el banquillo para, con 5 puntos y 3 rebotes, acercar a su equipo en el marcador gracias, además, a una defensa intransigente con Curry. El último cuarto se acercaba con un resultado de 87-96.

El infalible acierto visitante mata el partido

En el último periodo, los Heat conseguirían desde la defensa acercarse en el marcador. En el ataque de Golden State comenzó primando el juego exterior con canastas de Barnes o Iguodala, pero la defensa sobre Curry y las pérdidas que provocaba mantenía vivos a los locales. Miami robó balones y corrió al contraataque, mientras que en el aro de los Warriors estos respondían con una defensa falta de intensidad. Todo ello acercó a los de Spoelstra a 6 puntos. Sin embargo, Golden State seguía acertando en sus ataques y parecían ver el aro mucho más grande que el contrario. Para acercarse a ellos en el marcador, los Heat necesitaban una serie de tiros perfecta y no fallar tiros puntuales como hacían. Wade y un inspirado LeBron aceptaron el reto a falta de un diluido Bosh, y con sus canastas acercaron a los locales a 4 puntos frente a Curry, que respondía tirando a veces incluso solo y sin rebote, pero tan seguro de sí mismo que siempre acababa encestando.

Con el tiempo corriendo en contra de Miami, el partido se alocó y los dos equipos corrían por la pista con ataques muy rápidos. En este punto, la historia del partido se mantuvo fiel al guión y acabó con él: mientras Heat no anotaban todos sus tiros, Curry seguía con su concurso de triples particular, secundado por la sangre fría de Lee cuando la situación lo requería. Las prisas de Miami y el enorme acierto de los visitantes terminaron por matar un partido que acabó con 114-123 en el marcador y con Curry (36 puntos, 12 asistencias y 8 de 15 en tiros de tres) y Lee (32 puntos, 14 rebotes y 13 de 17 en tiros de campo) como indiscutibles líderes y MVPs del partido. Los Warriors salían victoriosos de una de las canchas más difíciles de la NBA tras ofrecer un muy buen baloncesto, orgullosos tras haber vencido al vigente campeón demostrando de lo que son capaces.