Triunfo histórico de la Universidad de Connecticut. Kevin Ollie obró el milagro a base de trabajo. Los Huskies demostraron una vez más la belleza del deporte. Sin entrar en ninguna quiniela y sin hacer ruido volvían a una Final Four. Por el camino equipos favoritos al título como Florida, Villanova o Michitan St. Shabazz Napier, nombrado mejor jugador del torneo, fue la luz para sus compañeros. El factor diferencial. Sin miedo, pero con desparpajo y confianza elevó a los suyos a la gloria. Junto a él, Ryan Boatright ayudó a crear una diferencia en los primeros minutos crucial para el devenir del encuentro.

Napier despertó a Randle del sueño

Todas las miradas de la final se centraban en este duelo. Shabazz Napier y Julius Randle. El base de UConn venció por goleada a su rival. Napier lo hizo todo. Asistió, anotó, reboteó y defendió. La victoria de los Huskies empezó a ser construída por él. 15 tantos al descanso - 3 más que en toda la semifinal contra Florida - y numerosas recuperaciones servían para poner en liza las intenciones del senior.

Julius Randle estuvo gris. Ni siquiera el alero tiró de su equipo. James Young lo hizo. El novato estuvo irreconocible. No cargó el rebote con contundencia. Algo inusual. Tampoco destacó por un elevado número de tiros. Durante 20 minutos se escondió. Sin embargo mejoró tras el descanso. Ayudó a los suyos a acercarse al marcador. Randle volvió a ser agresivo entrando a canasta. Mantuvo con vida a su equipo. Pero de nuevo decepcionó en los minutos finales. Los Wildcats desaparecieron. Nada de imaginación o valentía. Salió a relucir la falta de experiencia. El sistema John Calipari tiene sus fallos. Y este es uno de ellos. Un quinteto de jugadores de primer año teniendo que jugarse una Final Nacional en unos puntos.

Napier sí sacó la casta y el coraje. Aunque sus tiros no entraron con tanta regularidad encestó un par de triples importantes para cortar parciales rivales. En la faceta de director de juego estuvo algo acelerado. Esto provocó alguna pérdida y varias canastas fáciles para Kentucky. Aun así sus 22 puntos (50% en TC y 4/9 en T3), las 6 capturas y los 3 robos le sirvieron para erigirse Rey y Ganador del torneo universitario.

La defensa como medio para un fin

Ambos entrenadores conocían las debilidades de su rival a la perfección. Y la defensa fue el recurso usado por ambos para cortocircuitar al otro. Tanto Kentucky, como UConn tuvieron sus momentos de lucidez. Pero a la hora de la verdad los Huskies estuvieron más finos que los Wildcats.

Una gran defensa exterior y la intimidación de DeAndre Daniels en la pintura supuso el primer golpe encima de la mesa. Tres pérdidas en apenas cinco minutos y un (7-0) de parcial eran las consecuencias de la actividad defensiva de Connecticut. Calipari intentó reorganizar pronto a los suyos intentando evitar males mayores. Lo cierto es que Boatright y Napier estaban desatados. Kentucky recordó lospeores momentos de la temporada regular. Un conjunto sin ideas ofensivas y jugando horrible al baloncesto.  La distancia se alargó hasta los 15 tantos.

A partir de ahí todo cambio. La defensa zonal devolvió el oxígeno a los pulmones de los Wildcats. Un (16-4) antes del descanso liderado por Randle y Young dejó la contienda en 4 tantos. Kentucky siguió insitiendo con ese sistema. Y le funcionó, en parte. Puesto que UConn recuperó sensaciones. La concentración volvió a ser alta. Las defensas apretaban. Y las canastas no llegaban. Minutos de desacierto. Ambos mirándose fijamente. Frente a frente esperando cargar contra su rival. Un encuentro marcado por la defensa. Donde Ollie y Calipari quisieron tener el partido controlado en todo momento. No dejaron espacio a la imaginación de los jóvenes universitarios. Menor espectáculo a costa de vencer. Y a uno, le funcionó.

Los tiros libres declinaron la balanza

Otro aspecto a tener en cuenta fue el acierto desde la línea de personal. Al alto nivel de intensidad defensiva le sucedieron numerosas faltas. Y por lo tanto varias visitas a tiro libre. Para los Huskies no supuso un problema. Un 10 de 10 inmaculado es la prueba de ello. Sin embargo la inexperiencia también hizo estragos aquí. Un 13 de 24 de acierto en el tiro libre. La novatada Kentucky la pagó cara. Muchos errores para una final nacional en dicha faceta. Y numerosos de ellos en los momentos finales. ¿Aprenderá Calipari que los novatos pueden sucumbir a la presión? No lo sabemos. Pero todo tiene sus pros y sus contras.

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