Se vislumbraba mucha expectación en torno a uno de los mejores partidos que se pueden ver actualmente en la NBA. Aunque la realidad era que los dos equipos no llegaban en su mejor momento. Indiana Pacers, con un vestuario dividido, había perdido siete de sus últimos diez partidos mostrando una muy mala imagen. Miami Heat tampoco se encontraba en un gran estado de forma y Dwyane Wade se iba a perder su noveno partido consecutivo por problemas en el gemelo.

Continuas alternancias

Ambos equipos comenzaban muy concentrados e iban a mantener, durante el primer cuarto, la línea igualada de sus últimos enfrentamientos. Ni el partido ni el marcador parecían tener dueño y unos primeros entretenidos 12 minutos llegaban a su fin con una amplía anotación (23-25). LeBron James, por los locales, y David West en los Pacers, sobresalían del resto superando la decena de puntos en una estadística prácticamente sin fallo en el tiro.

Disminuye el ritmo

En un segundo cuarto típico de la Conferencia Este, el físico se imponía y los dos equipos anotaban con menos facilidad. Miami Heat se aprovechaba de un mejor control del balón, con solo dos pérdidas por las siete que realizaban los Pacers, para llegar al descanso con una ligera ventaja (45-42). La defensa e intensidad de David Andersen conseguía borrar completamente a Roy Hibbert del partido, que se iba a ir a vestuarios con apenas un punto obtenido desde la línea de tiros libres y sin conseguir realizar un solo tiro de campo ni siquiera un rebote. Paul George mantenía a Indiana Pacers en el partido con 13 puntos y un 3/5 desde el triple.

Brecha insalvable

Miami Heat abría el tercer cuarto con un triple de Mario Chalmers, preludio del vendaval local. Los Heat alcanzaban rápidamente una ventaja de diez puntos ante unos Pacers completamente desesperados y sin ganas. Un Frank Vogel desquiciado veía como se le escaba el partido a su equipo y como se podían llevar una abultada derrota. El entrenador visitante no encontraba soluciones y Miami Heat, con un parcial de 14-0, obtenía una ventaja que a la postre iba a ser insalvable (71-50). Los Heat aprovechaban las pérdidas rivales y machacaban al contraataque. Indiana Pacers, con un 8-0 final, lograba recortar la distancia (76-62).

Sin peligro

Comenzaban los últimos 12 minutos y los visitantes lograban estabilizar la diferencia en el marcador en torno a los diez puntos. La victoria no iba a peligrar en ningún momento para Miami Heat, con un Lebron James que controlaba el partido a su antojo. Los Heat se llevaban finalmente una fácil victoria por 98-86.

Un gran Lebron James dominaba el encuentro con 36 puntos, seis rebotes y tan solo una asistencia; mientras que Mario Chalmers era importante en los momentos clave del encuentro aportando 13 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias.

Por parte visitante, destacaban Paul George con 22 puntos, cinco rebotes y cinco asistencias; y David West logrando 18 puntos, ocho rebotes y una asistencia.