Cuando entrenas al mejor equipo de la NBA y sabes que vas a enfrentarte al peor conjunto de la liga, el planteamiento táctico cambia respecto a otros partidos. Por ello, en la madrugada de ayer y pensando en encuentros más importantes, Gregg Popovich decidió dar descanso a tres de sus jugadores: Tony Parker, Tiago Splitter y Danny Green. Y como tenía previsto, el equipo no acusó su ausencia en ningún momento.

El encuentro comenzaba igualado, incluso parecía que Philadelphia podía aguantar el ritmo. El equipo visitante se adelantó en el marcador y consiguió mantenerlo más o menos a la par durante casi todo el primer cuarto –gracias al trabajo en la pintura de Carter-Williams y algún triple de Hollis Thompson–. Entonces, el entrenador de los Spurs pidió tiempo muerto, y cuando quedaba alrededor de un minuto para finalizar, los locales promediaron un 8-2 de parcial que les llevó al descanso con una diferencia de siete puntos, insalvables para su rival.

En el segundo cuarto los de Texas contaron con el factor sorpresa de Austin Daye -que saltó a la pista durante el primer cuarto- sustituyendo a Boris Diaw. Metió un par de triples y una canasta de dos que, junto con alguna más de sus compañeros, hicieron que San Antonio se fuese a los vestuarios con 16 tantos de ventaja (60-44).

Durante la segunda mitad los Sixers intentaron reducir la distancia, pero los texanos hicieron un buen trabajo defensivo, y el marcador se mantuvo con la misma diferencia durante el resto del encuentro.

San Antonio realizó un partido bien calculado: supo apretar cuando tuvo que hacerlo y después manejó adecuadamente la renta conseguida en el segundo cuarto. Destacan los 19 puntos de Tim Duncan imprescindible como siempre. Además, al tener un rival tan asequible, los jugadores de banquillo contaron con bastantes minutos, y aportaron 51 puntos.

Uno de ellos fue Austin Daye, la revelación de la noche, que aprovechó la oportunidad concedida por su entrenador mostrando todo lo que tenía: encestaba, amagaba pases, robaba balones... Consiguió 22 puntos pero también brilló en el apartado defensivo.

En cuanto a los Sixers, únicamente destacan Young y Carter-Williams, ambos con 17 puntos. A pesar de todo, ambos tuvieron una actuación bastante desacertada en cuanto a porcentajes de tiro (35% y 25% cada uno).