Una de las eliminatorias de la postemporada que prometía batalla hasta el séptimo partido parece que acabará antes de lo esperado, después de que los Portland Trail Blazers hayan robado totalmente el factor cancha a los Houston Rockets con dos victorias seguidas en Texas. La serie se complica sobremanera a los cuartos clasificados de la Conferencia Oeste, que a excepción del primer cuarto, nunca demostraron ser mejores que los Blazers ni encontraron la manera de frenar a LaMarcus Aldridge, con quién soñará Howard, Jones, Asik y media Houston.

Los Blazers y los Rockets son equipos que han mostrado características similares durante la regular season, como su predilección por el baloncesto ofensivo, de transiciones rápidas y la poca aportación de las segundas unidades. Parecía claro que se llevaría la serie aquel que mejor se desenvolviera en el baloncesto de playoffs, donde las defensas son mucho más duras y el ritmo se ralentiza. Donde cuesta mucho más llegar a los 100 puntos. En esta tesitura han demostrado estar más preparados los Blazers, liderados sobre todo por un excelso Aldridge, pero secundado a la perfección por sus compañeros. Por su parte, Houston ha dejado ver sus carencias como conjunto. En el juego posicional nunca encontraron la forma de percutir en la defensa de Portland, basando sus ataques en las individualidades de sus estrellas y en los aclarados a Howard. Demasiado poco para siquiera ganar una de las dos primeras contiendas de la serie.

Howard anotó 19 puntos en el primer cuarto

El primer cuarto fue el único donde los Rockets dominaron a su rival y verdaderamente tuvieron soluciones para hacer sufrir a los Blazers en defensa. Dwight Howard arrancó el encuentro ‘on fire’ anotando los primeros 13 puntos de su equipo sin fallar un tiro. Howard fue más Superman que nunca, bailando en la pintura al más puro estilo Olajuwon y destrozando el aro sin piedad. Robin López era incapaz de defenderle. Aldridge sumó ocho puntos para contrarrestar el ‘efecto Howard’ y poner la primera ventaja para los suyos (15-13).

McHale tomó nota, colocando a Omer Asik para defender al ala-pívot y dejar más liberado a Howard en defensa. Asimismo, ante el más inicio de Parsons, decidió colocar a Lin y Beverley en el backcourt para dar más soltura al juego del equipo e intensificar la defensa sobre Lillard. El ataque de Portland se resintió ante este planteamiento, lo cual permitió a Houston ganar el cuarto 23 a 31. Howard concluyó los primeros 12 minutos con 19 puntos y un 8-9 en tiros de campo. En cambio, Harden estuvo demasiado precipitado en su juego, entrando a canasta a la más mínima oportunidad pero sin efectividad (0-5).

La defensa de Beverley limitó la aportación de Lillard

El segundo cuarto comenzó con un parcial de salida de 7-2 para los Blazers, después de que Houston saliera atascado en el ataque. Los Rockets se recuperaron gracias al trabajo de sus hombres en la pintura – a pesar de que Terrence Jones no estaba demasiado acertado – que les permitió lanzar contraataques más de lo que querrían los Blazers. Howard continuó excelso en el ataque, aprovechando su sociedad en el pick and roll con Jeremy Lin. Con la entrada de Aldridge tras descansar unos minutos en el banco, los dos líderes de la pintura se retaron en varias acciones consecutivas: Howard desde el poste bajo y Aldridge desde la media distancia, donde su fadeaway era indefendible para Asik.

En los últimos minutos de la primera parte, los Blazers se acercaron en el marcador. El juego de aclarados tiene un problema, los puntos dependen en exclusividad del tirador. Si él falla el equipo no suma y eso fue lo que ocurrió. Howard falló en cuatro situaciones consecutivas permitiendo adelantarse a Portland, quién no erró en sus jugadas. No obstante, Beverley estableció sobre la bocina el empate a 53 con el que se llegaría al descanso.

16 puntos de Aldridge en el tercer periodo

El tercer cuarto fue todo un ejemplo de la adaptación de los dos conjuntos al ritmo de los playoffs. Houston dejó su ataque en manos de sus dos líderes, Howard y Harden. Con respecto al primero, las ayudas defensivas de López o Dorrell Wright limitaron su aportación, quedando ésta reducida en un solo punto en este periodo. Los Rockets apenas se movieron en ataque, cediendo el protagonismo a Harden o al dúo de erráticos bases Lin-Beverley. Las penetraciones fueron la tónica dominante, aunque con poca fortuna.

Los Blazers asestaron otro parcial duro de salida, de 10 a 4. Ralentizaron el ritmo con faltas (signo de malas defensas), permitiendo anotar a los Rockets solo desde la franja del tiro libre. Portand se escapaba en el marcador, los Rockets no encontraban la forma de sumar puntos, hasta que de una vez por todas apareció Parsons. El alero, que no había anotado en toda la primer parte, firmó cinco puntos seguidos para liderar un parcial de 7-0 que devolvía a Houston al encuentro. Los Rockets utilizaron su arma fetiche, la velocidad al contraataque, que tan poco pudieron usar en el encuentro.

Harden sólo llevaba 11 puntos al final del tercer cuarto

Los últimos minutos del tercer periodo fueron los mejores de los Blazers en el partido. Movieron la pelota a la perfección, lo cual les concedió mejores posiciones de tiro, aprovechadas por Batum, Wright o Mo Williams. Además, habría que sumar la aportación de Aldridge, autor de 16 puntos en este cuarto para un total de 39. El ala-pívot convertía en puntos todo lo que tocaba. Cada balón que salía de sus manos en este periodo era canasta ante la impotencia de los defensores de Houston. En contraste estaba la actuación de Lillard y Harden, los “jefes” de las posiciones exteriores. Apenas firmaban 9 y 11 puntos respectivamente con unos porcentajes de tiro pésimos.

En los 15 primeros minutos de la segunda parte la efectividad de Houston en tiros de campo fue de solo un 30%. No obstante, en el comienzo del último cuarto - con Joel Freeland defendiendo a Howard- los Rockets se colocaron a dos puntos (83-81), aunque Williams y Wright devolvieron la ventaja a los Blazers. Howard tuvo que retirarse por faltas al banquillo (llevaba cinco mediado el cuarto periodo) cuando Aldridge entró de nuevo a pista. Sin su center, los Rockets estuvieron todavía más desdibujados en ataque. En la pintura quedaban Jones y Asik sin recibir balones, mientras que el resto hacía la guerra por su cuenta. A falta de tres minutos los Blazers, mucho más constantes en cuanto a su juego, dominaban el marcador 102 a 93. Harden y Parsons con dos jugadas individuales marca de la casa dieron esperanzas de remontada a su público (102 a 98), pero todo fue un espejismo. Lillard, ausente en todo el partido, demostró su categoría y no le tembló el pulso para anotar los tiros libres decisivos.

Houston firmó un 18% en triples

Finalmente el partido concluyó 112 a 105 favorable a los Blazers. Una de las claves del encuentro fue la efectividad que presentaron los dos equipos que más triples lanzaron en toda la temporada regular. Portland firmó un 8 de 23 en el tiro exterior, mientras que Houston se quedó en un pobre 3 de 16 (18%). Otra de las claves fue la aportación de los suplentes, ya que los Wright, Williams y compañía sumaron 30 puntos por solo 13 de la segunda unidad de Houston. Especialmente paupérrimo fue el partido de Jeremy Lin con solo 5 puntos. En cambio, el dominio de los Rockets en la pintura fue abrumador, ya que anotaron más de 60 puntos (fruto del trabajo de Howard y las reiteradas penetraciones de Parsons o Harden) por apenas 26 de los Blazers.

Si Houston quiere tener alguna oportunidad de ganar la serie, debe al menos imponerse en un partido en Portland. Para ello deberá coger de una vez por todas el ritmo de los playoffs y mejorar en el ataque estático, donde han demostrado no estar a la altura. Asimismo, Harden, considerado por muchos como el mejor escolta de la NBA, tiene que rendir como tal.

Foto 1: usatoday.com

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Sobre el autor
Alejandro P. Manzano
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga, con experiencia en la Universidad Católica de Lima. NBA, fútbol, balonmano, tenis, natación... cualquier deporte tiene cabida en mi tiempo libre. @ALEX_PManzano