Cuando LeBron James fichó por los Miami Heat en busca de anillos que le elevaran a la altura de los más grandes, el alero originario de Akron buscaba el reconocimiento sin el cual su hasta entonces espectacular rendimiento individual habría sido en vano. Apodado “King James” y con las palabras “The Chosen One” tatuadas en su piel, su momento de la verdad tenía que llegar. Y vaya si llegó. Tras un primer año en el que otro gran merecedor del anillo, Dirk Nowitzki, se salió por fin con la suya en las Finales de la NBA, James y sus Heat se lo tomaron como un mal trago necesario para lo que vendría después.

James alcanzó las Finales y las perdió en su primer año con Miami, pero los dos años siguientes el baloncesto saldó cuentas con él. Su primer anillo llegó venciendo a un Durant que ya volaba muy alto hasta ser el MVP que es hoy, y en el segundo, el año pasado, sus Heat superaron a San Antonio Spurs. Esta temporada, Miami ya está en las Finales de Conferencia, y aspiran a ser el cuarto equipo en la historia tras Lakers, Bulls y Celtics que gana tres campeonatos de forma consecutiva. Sin embargo, en todo este duro camino apareció un poderoso obstáculo que forma parte del pasado reciente y presente de LeBron James. Su origen se remonta a las Finales de Conferencia de la temporada pasada.

El origen del duelo

Los Heat de Miami habían alcanzado las Finales de Conferencia tras arrollar en las dos rondas previas. Primero borraron del mapa a Milwaukee con un demoledor 4-0, y después hicieron de Chicago su siguiente víctima ganando por 4-1 las series. Sin embargo, por el otro lado del cuadro del Este había llegado un equipo que estaba haciendo un baloncesto sorprendentemente bueno y había superado a Atlanta Hawks y New York Knicks, ambos por 4-2: los Indiana Pacers. Apoyados en una gran defensa y un bloque compacto, los de Indianapolis se postulaban como un hueso duro de roer para Miami en su camino hacia el anillo. Y al frente de ese equipo, había surgido la figura de un tal Paul George.

James llegaba como MVP y George como Jugador Más Mejorado George estaba siendo la gran revelación de la temporada. La NBA había premiado su temporada regular 2012-2013 con el premio al Jugador Más Mejorado del Año, y por primera vez vistió la camiseta del Este en el All-Star Game. Había pasado de promediar 7,8 y 12,1 puntos en su primer y segundo año respectivamente, a tener una media en temporada regular de 17,4 puntos, a lo que sumaba 7,6 rebotes y 4,1 asistencias por partido. Una nueva estrella estaba naciendo en la NBA. Era el momento de que el revolucionario número 24 de los Pacers y su equipo se enfrentaran de tú a tú a los vigentes campeones del MVP de esa temporada, LeBron James.

Todo el mundo esperaba que los Pacers diesen guerra, pero tumbar a una maquinaria tan arrolladora como la de los Heat era ir demasiado lejos. Hasta que llegó el primer partido de la serie. Indiana visitaba el American Airlines Arena de Miami con ganas de dar la sorpresa. Lo que no sabían es que el parqué pasaría a ser un cuadrilátero donde sus dos líderes se pelearían por la victoria.

El partido llegó a sus segundos finales inmerso en la máxima igualdad. Una canasta de Wade había puesto el 91-89 en el marcador, e Indiana atacaba para igualar el encuentro. Pero, a falta de 20 segundos, Paul George dio un mal pase y el balón se perdió. Tras llevar a Allen a la línea de tiros libres, el de los Heat sólo encestó uno de los dos, dejando en tres la distancia. Y fue entonces cuando llegó el primer gran momento de George. Con su equipo tres puntos por debajo, en una atropellada última jugada recibió el balón a falta de 3 segundos, y desde mucho más allá de la línea del triple, en la cara de LeBron James, anotó un impresionante triple que llevó el partido a la prórroga. El Jugador Más Mejorado acababa de presentarse ante el MVP.

Como si un rebelde estuviese intentando derrocar al poder, James no podía dejar las cosas así, y desde el principio aceptó el mano a mano que propuso George. En la prórroga, con Miami ganando 101-99, George sacó una falta providencial a Wade mientras lanzaba el triple de la victoria a falta de dos segundos. El de los Pacers anotó los tres tiros, y dejó a Miami con apenas un hilo de vida. Sin embargo, no se puede olvidar a quién tenía delante. En la última jugada del partido, James recibió desde el perímetro y en los dos segundos que restaban se deshizo de una mala defensa de George y sobre la bocina anotó una bandeja que puso el definitivo 103-102 en el marcador.

LeBron James había ganado el primer asalto, pero había recibido un aviso. Tenía ante sí a un talento baloncestístico descomunal que casi le arrebató el primer partido de la serie, y que prometía plantarle cara sin complejos. La NBA había asistido al inicio de un cara a cara entre dos estrellas. Estrellas que habían dejado en la hoja de estadísticas de su primer choque, en el caso de James, un triple-doble con 30 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias, y 27 puntos y 5 asistencias en el caso de George.

La confirmación en el segundo partido

Tras la victoria de Miami en el primer partido de la serie, todo el mundo del baloncesto esperaba expectante el segundo pulso entre Pacers y Heat, y con más emoción aún, entre George y James. Llegó el día del partido, y como no podía ser de otra forma, estos dos colosos volvieron a retarse a un mano a mano.

Más allá de las estadísticas y el resultado del partido (que ganó Indiana por 93-97 empatando la serie), hubo un momento que fue la escenificación definitiva del cara a cara entre los dos jugadores. Un momento de unión y reconocimiento entre ambos, donde James expresó que lo que estaba viendo en George era digno de alguien destinado a dominar la liga.

Con el tercer cuarto tocando a su fin, George penetró con todas sus fuerzas en la zona de Miami y acabó la jugada con un monstruoso mate sobre Chris Andersen. El “póster” por excelencia. Pero, de nuevo, ahí estaba James para no dejar sin respuesta las genialidades del dorsal 24 de Indiana, y recorrió en los cinco segundos que quedaban de reloj toda la pista para, en la cara de su rival, encestar un triple a medio camino entre el centro del campo y la línea de triple sobre las bocina.

Ambos jugadores acababan de dejar unos segundos para el recuerdo donde parecía que la acción de uno era una provocación para poner a prueba las habilidades del otro. El momento fue tan espectacular que dio lugar a una gran imagen. James, tras anotar el triple con el que se acabó el cuarto, se acercó a George, le dirigió unas palabras, y acto seguido ambos chocaron sus manos. Todo un signo de que el proclamado “rey” aceptaba la candidatura de su joven contrincante. Más tarde, George desveló lo que James le dijo en aquel momento: “I’ve got your back, young fella” (Te cubro la espalda, chaval).

Llegaron hasta el séptimo… y Miami sobrevivió

El resto de la serie completó lo que al final sería una eliminatoria para recordar. Heat y Pacers tuvieron que llegar hasta el séptimo y definitivo partido, pero ahí los de Miami hicieron valer la tozudez de James y compañía respecto al objetivo de ganar el segundo campeonato consecutivo. El duelo entre James y George siguió dejando momentos para el recuerdo, como un sexto partido en el que ambos intercambiaron golpes por doquier.

Al término de las Finales de Conferencia, los Heat se proclamaron campeones del Este, y los Pacers, a pesar de haber caído, habían dejado una advertencia: la temporada siguiente serían un equipo candidato a todo. Y a su vez, se había forjado una rivalidad baloncestística destinada a dejar momentos para el recuerdo en la liga. LeBron James y Paul George ya no serían simples contrincantes con camisetas distintas. A partir de entonces cada Miami-Indiana tendría sus focos puestos en el mano a mano entre ambos.

Temporada nueva, misma rivalidad

Tras conseguir Miami su segundo anillo seguido superando a San Antonio en las Finales de la NBA, Pacers y Heat afrontaban la temporada 2013-2014 sabiendo que su papel era el de las dos grandes potencias del Este, y que muy probablemente el destino les acabaría cruzando en la parte crucial de la temporada.

A pesar del bajón que su juego experimentó en la segunda mitad de la temporada regular, Indiana se mostró como uno de los equipos más poderosos de la liga, y acabó con un record de 56 victorias y 26 derrotas. De esta forma, consiguieron la primera posición del Este, dejando en segundo lugar a los Heat con 54 victorias y 28 derrotas.

LeBron promedia 28,8 puntos y 9,3 rebotes y George 21,8 puntos y 6 rebotes en sus enfrentamientos de esta temporada En los enfrentamientos directos entre ambos conjuntos, el resultado en temporada regular fue de empate: 2-2. En estos choques se hicieron palpables las ganas que se tienen los dos equipos, y en el caso de James y George, se pudo volver a disfrutar de su particular duelo. El primero promedió en los cuatro enfrentamientos 28,8 puntos, 9,3 rebotes, 4,8 asistencias y 1,5 robos, mientras que el segundo tuvo unas medias de 21,8 puntos, 6 rebotes, 4,8 asistencias y 2,3 robos. Sin embargo, si se atiende a las estadísticas que más estrechamente les relacionan a ambos, este año James está ganando la partida. En temporada regular, LeBron ha estado defendido un total de 37:34 minutos por George, en los que ha anotado 45 puntos con 17-35 en tiros de campo. Por su parte, el de Indiana ha sido defendido por James 36:24 minutos con unos números de 17 puntos y 6-20 en tiros de campo. Son muchas las cuentas pendientes en este aspecto.

Un buen ejemplo de sus cara a cara este curso es el partido que enfrentó a Miami e Indiana el 26 de marzo, con victoria de los Pacers.

La temporada regular de ambos jugadores ha sido de un nivel estelar. Eso sí, Paul George acabó saliéndose de las quinielas por el MVP donde al principio de temporada se le incluía, mientras que James ha sido el único que parecía en posición de arrebatárselo al que finalmente fue el premiado, Kevin Durant. Al alero de Indiana aún le queda por recorrer un camino que el de los Heat ya ha transitado. A pesar de estas pequeñas diferencias, ambos representaron al Este en el All-Star, y los dos cerraron la temporada regular con números de élite.

Promedios por partido LeBron James Paul George
Puntos 27,1 21,7
Rebotes 6,9 6,8
Asistencias 6,3 3,5
Robos 1,6 1,9
Tapones 0,3 0,3
Tiros de campo 56,7 % 42,4 %
Tiros de tres puntos 37,9 % 36,4 %

Playoffs 2014, llega el momento de la verdad

Tras todo este camino recorrido en el que ha dado tiempo a hacer de Miami un equipo aspirante a dinastía, a formar un bloque candidato al anillo en Indiana, y sobre todo, a cimentar la rivalidad entre Paul George y LeBron James, los pronósticos se han cumplido. Desde principios de la presente campaña se esperaba que llegara este momento en el que ambos conjuntos se ven las caras en el momento decisivo, donde el asunto se reduce al todo o nada. El baloncesto ha sido generoso con los que buscaban este cruce y los dos equipos han superado sus rondas previas de Playoffs hasta encontrarse en la eliminatoria definitiva por el dominio del Este y por el derecho a jugar las Finales de la NBA.

Los Playoffs son el momento de los grandes jugadores, donde los campeones se crecen y los meros aspirantes se quedan por el camino. Por ello, los números de James y George en postemporada han incluso mejorado algunos registros de temporada regular, y ambos llegan a la serie que les enfrenta con los siguientes promedios en postemporada:

Promedios por partido LeBron James Paul George
Puntos 30 21,9
Rebotes 7,1 8,7
Asistencias 4,7 3,8
Robos 1,7 2,3
Tapones 0,4 0,5
Tiros de campo 56,4 % 43,1 %
Tiros de tres puntos 36,6 % 41,8 %

Paul George frente a LeBron James, el 24 contra el 6. Las Finales de la Conferencia Este vuelven a cruzar los caminos de estos dos portentos baloncestísticos donde sólo uno podrá reinar en el Este y acceder al último paso antes del anillo de campeón.

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