Los Spurs confirmaron su pase a la final tras vencer en Oklahoma la madrugada del sábado. Fue en el sexto partido, tras prórroga y con un final de partido inmenso de Tim Duncan, que a sus 38 años sigue siendo uno de los cuatros dominadores de la liga. Ni la resurrección milagrosa en el tercer partido de Ibaka ha conseguido parar al veterano jugador de la franquicia tejana, en cuyas declaraciones descubrimos las ganas que su equipo y él le tienen a los Heat.

“Es imposible olvidarse de la devastadora derrota del año pasado, pero estamos aquí”, afirmó. No hay duda que en San Antonio aún escuece el inexplicable final de aquel sexto partido de la final. A 28 segundos para el final, los tejanos ya se veían campeones, pero la mala suerte en los tiros libre, y aquel estratosférico triple de Ray Allen mandó a la prórroga un partido, que como la serie, ya se había decantado. Pero tanto el jugador de las Islas Vírgenes como su equipo confían en que este año será diferente, esto les tiene más motivados: “Estamos felices de que sea Miami otra vez. Aún tenemos el mal sabor de boca del años pasado”.

Pese haber conseguido un mejor récord en la temporada, los Spurs saben que Miami cambia el chip en playoff y no quieren hacerse ningún tipo de ilusiones. En esto coincide Manu Ginobili, compañero de Duncan: “Sabemos que nos enfrentamos a un equipo de mucho talento, va a ser duro, pero por supuesto, confiamos en nosotros mismos y lo vamos a dar todo”.

Duncan sin duda se ha convertido en el protagonista y mejor hombre de la serie, y con sus ya mencionados 38 años alcanza su sexta final de la NBA, convirtiéndose en el tercer hombre que ha conseguido llegar a dos finales con más tiempo entre ellas (1999-2014, 15 años de diferencia). Delante de él solo están Abdul Jabbar (1971-1989 18 años de diferencia) y Robert Parish (1981-1997), dos leyendas de la liga. Con 19 puntos y 15 rebotes en 39 minutos en el último partido, Duncan tratará de quitarse el mal gusto del año pasado y volver a derrotar a LeBron como ya hizo en 2007, pese a que su rival será Chris Bosh, también en un gran momento de forma.

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