La temporada 2013/2014 volvió a coronar a LeBron y a los Heat como los mejores del mundo sobre una cancha de baloncesto. Los de Miami se hicieron con el tercer título de su historia, el segundo consecutivo en la era del ‘Big Three’ tras imponerse en el séptimo partido a los Spurs en unas Finales históricas donde predominó la igualdad entre dos de los mejores equipos de todos los tiempos. Los de San Antonio fracasaron al final en su intento de ganar el quinto anillo, después de no conocer la derrota en las Finales anteriores de 1999, 2003, 2005 y 2007.

Los Heat revalidaban título tras su anillo de 2012 contra los Thunder y LeBron firmaba unas Finales para el recuerdo que le encumbraban como uno de los mejores de todos los tiempos. Al mismo tiempo, James se quitaba por fin su espina contra los Spurs, equipo que le ganó por 4 - 0 en 2007 y dejaba atrás cualquier fantasma del pasado para convertirse en leyenda.

Los Heat, en busca del ‘back to back’

Los de Spoelstra iniciaron la temporada con la clara intención de repetir el título del año anterior. Estos Heat del ‘Big Three’ fueron construidos para ser una dinastía y nunca se iban a conformar con ganar un anillo tras el fracaso contra los Mavericks en 2011. Lo dijo LeBron en su presentación en Miami en 2010: “No uno, no dos, no tres, no cuatro, no cinco, no seis, no siete”, serían los títulos que iban a lograr o que al menos tratarían de conseguir.

Prueba de que no se iban a conformar fueron los refuerzos del equipo en busca de una mayor profundidad de banquillo y de más calidad para rodear al ‘Big Three’. Sobre todo, destaca un fichaje por encima de todos, el de Ray Allen. Aunque en Boston se sintieron traicionados por su marcha, Allen tenía claro que los títulos los iba a ganar en Miami, por eso acabó aceptando la propuesta de los de Florida. Su fichaje fue todo un acierto, más si se tiene en cuenta que un porcentaje muy elevado del anillo de los Heat corresponde a su triple en el sexto partido.

A mediados de temporada llegó otro refuerzo destacado. De ser cortado por los Nuggets a fichaje clave en Miami para el juego interior, Chris Andersen, todo un veterano consciente de su rol defensivo en el equipo. A partir de su fichaje fue cuando el equipo comenzó a funcionar mejor, además de tener un papel clave en el equipo.

Más allá de refuerzos y plantilla, los campeones comenzaron el curso a medio gas, con la confianza que da un título. Ya no se hablaba de ganar 70 partidos en temporada regular como en 2011, sino que ahora, lo que importaba era solo el anillo. Así, los Knicks comenzaron por delante en el Este de la mano de Carmelo Anthony.

Sin embargo, los Heat querían el liderato y el factor cancha, por lo que pisaron el acelerador en febrero y marzo con una marca histórica de 27 victorias consecutivas, a solo seis del récord de las 33 de los Lakers de 1973. Solo los Bulls pudieron con los de Spoelstra durante el tramo final de temporada, de modo que Miami volvía a llegar en primera posición a los Playoffs y en su mejor momento del año. Además, LeBron sumaba el cuarto MVP de su carrera de forma incontestable después de liderar esa magnífica racha de su equipo.

En primera ronda, los Bucks no ofrecieron ninguna oposición y los pronósticos se cumplieron con un cómodo 4 - 0 para los Heat. Las cosas se presentaban más difíciles en semifinales, ante unos Bulls que no tenían a Rose, pero sí un carácter y una defensa que ya había puesto en problemas a Miami en temporada regular.

Los de Thibodeau se adelantaron en el primer partido dando la sorpresa en el American Airlines Arena, aunque la serie no tuvo historia a partir del segundo, con cuatro victorias seguidas. Y llegaron las Finales de Conferencia, contra un viejo conocido como los Pacers, que venían de eliminar a los Knicks. Los de Spoelstra ya habían necesitado siete partidos para eliminarles en 2012, y en este 2013 la historia no iba a cambiar.

Los Heat ganaron el primero con una canasta de LeBron sobre la bocina, aunque los Pacers se hicieron con el factor cancha de la mano de un gran Paul George. Los Heat ganaron el tercero y recuperaron el factor pista, aunque ninguno de los dos falló en casa, por lo que la serie volvió a irse hasta un séptimo partido. Tal vez a los de Vogel les pudo la presión en el séptimo, encuentro en el que Miami arrasó por 99 - 76 en un partido decidido antes del descanso. Los Heat alcanzaban así las Finales por tercer año consecutivo.

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San Antonio, a por el quinto

Como suele ser habitual durante cada año, muy pocos consideraban favoritos a los Spurs. La edad de Duncan, Parker y Ginóbili y su estado físico, sumado al potencial de los Thunder con Westbrook y Durant convertía a los Spurs en posible alternativa, pero para pocos, grandes favoritos. Pero un año más, Popovich y los suyos pronto silenciaron a sus críticos a base de resultados. El equipo era el mismo que había perdido las Finales del Oeste en 2012, aunque el mejor refuerzo era recuperar la mejor versión del ‘Big Three’ de San Antonio.

A pesar de perder a James Harden, los Thunder se hicieron con la primera posición en el oeste, seguidos de unos Spurs que habían firmado un récord de 35 - 6 en casa, con casi 20 triunfos seguidos en el AT&T entre enero y febrero. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores, los tejanos no llegaron en su mejor momento a los Playoffs. Con Ginóbili y Parker lesionados, los de Popovich perdieron seis de los últimos nueve partidos de temporada regular.

Y en Playoffs esperaban los Lakers, sin Kobe Bryant, pero con Gasol, Howard, Nash y World Peace. El equipo se impuso a las individualidades con un contundente 4 - 0 que evidenció las carencias de unos angelinos rotos por la lesión de su buque insignia. El rival en Semifinales era Golden State, un equipo inexperto que sin embargo debía tomarse en cuenta por su talento. Gracias a un triple de Ginóbili sobre la bocina en la prórroga, los Spurs se adelantaban por 1 - 0. No obstante, de la mano de Curry, los Warriors igualaron la serie a uno. En California, los de Popovich se adelantaron de nuevo, pero en el cuarto llegó la segunda victoria de los de Mark Jackson.

Al final, pesó la experiencia y los Spurs regresaban de nuevo a las Finales del Oeste. Por el camino se habían quedado los grandes favoritos, los Thunder, que acusaron contra los Grizzlies la baja de Westbrook. El conjunto de Memphis, a pesar de su potencial defensivo, fue incapaz de ganar un solo partido a unos Spurs que volvían a las Finales seis años después. Tenían la estadística a su favor, pues nunca habían perdido unas, aunque ahora esperaba LeBron y los Heat.

Un triple que lo cambió todo

Comenzaron unas de las Finales más igualadas de la historia. Duelo de ‘Big Threes’, cada uno de una generación, y también un duelo de estilos, como es el bloque y el juego colectivo de los Spurs y el juego más individual de los Heat. Con una canasta de Parker casi sobre la bocina se adelantaron los de Popovich, haciéndose además con el factor cancha.

Los de Miami se la jugaban en el segundo si no querían irse a Texas con el 0 - 2, aunque esta vez no fallaron. La serie se fue a San Antonio, donde los Spurs arrollaron a los Heat en el tercer partido por 36 puntos de diferencia y un recital de triple de Green y Neal. Pero Bosh, James y Wade aparecieron en el quinto, cuando más les necesitaba su equipo, con una victoria trascendental. Entre los tres sumaron 85 de los 109 puntos de su equipo (2 - 2). Pero los Spurs aún pudieron ponerse con ‘match ball’ en el sexto, con otro recital ofensivo de Green desde la línea de 7,25 y con una inesperada titularidad de Ginóbili, autor de 24 puntos y 10 asistencias.

La serie volvió a Miami, donde lo mejor estaba por llegar. De la mano de un Duncan imperial, los Spurs tenían hecho el título con un +3 a falta de cinco segundos después que Leonard fallase un tiro libre. El público de Miami ya había abandonado el pabellón después que los Heat llegasen a perder por 10 en el último cuarto.

Con la seguridad del American tomando posición ante la inminente celebración de los Spurs, apareció Ray Allen con uno de los triples más importantes de la historia, después que LeBron fallase y Bosh capturase un rebote ofensivo que valía oro. LeBron, jugando casi todo el partido sin su cinta en la cabeza, firmó un demoledor triple doble de 32 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes. Bosh taponó a Leonard en la prórroga y los Heat forzaban el séptimo.

Y llegó el partido decisivo, donde los Spurs volvieron a jugar un partido a domicilio con mucha personalidad, llegando a estar por delante en muchos compases del partido. Un espectacular 6/8 de Battier en triples había mantenido con vida a los Heat, que acabaron sentenciando el título con el mejor LeBron posible. 37 puntos y 12 rebotes, con canastas decisivas en los últimos minutos. Merecido anillo para los Heat, MVP incontestable para LeBron y tercer anillo de la historia de los Heat.

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Revancha en 2014

El destino y el baloncesto han querido que en este 2014 se repitan las mismas Finales de 2013. Los Spurs y los Heat mantienen el mismo bloque de jugadores del año pasado salvo cambios contados, como Belinelli en los tejanos o un Beasley que apenas tiene minutos en los Heat. Será la primera vez que los de Popovich jueguen unas Finales en año par y por segundo año consecutivo, mientras que los de Spoelstra han igualado a Celtics y Lakers con cuatro finales seguidas.

LeBron buscará su tercer título de forma consecutiva, el que sería el cuarto para Wade y la franquicia. Por su parte, Duncan y los Spurs van a por el quinto, con ganas de vengarse de su derrota en 2013.