En uno de los movimientos que más opiniones está despertando, los Orlando Magic han adquirido a Ben Gordon, el que fuera mejor sexto hombre de la liga en 2005, cuando aún vivía su primer año en la NBA.

La operación se ha cerrado por 9 millones de dólares en dos años, un precio que muchos han tildado de excesivo para un jugador que apenas ha disputado 19 partidos en la última campaña. Aún así, los Magic harán balance el próximo verano y decidirán si continuar o desprenderse de los servicios de Gordon, tal y como reza la opción de equipo que se han reservado.

Ben Gordon fue en su día el segundo mejor jugador de los Chicago Bulls, un equipo asentado en los Playoffs, donde su producción ascendía hasta los 20 puntos por partido. Sin embargo, tras firmar un gran contrato con los Pistons su rendimiento se vio notablemente disminuido y como consecuencia fue traspasado a Charlotte, donde su producción fue aún menor dado que nunca terminó de entenderse con ninguno de sus entrenadores.

Aunque los antecedentes no invitan a ser optimistas, los Magic esperan recuperar a aquel Gordon que deslumbró en sus primeros años en la liga y dejar a un lado la mala versión que ha mostrado en sus últimos equipos. De no ser así, algunos analistas norteamericanos empiezan a encontrar en esta contratación un primer paso hacia un futurible traspaso que acelere la reconstrucción de la franquicia.

Otros sin embargo, piensan que este fichaje se debe a la ausencia de jugadores veteranos en el vestuario de los Magic. Si en verdad esa era la intención de Orlando, hay que reconocer que no han sondeado el mercado en demasía. Su mala conducta con sus entrenadores y su falta de dedicación acabaron provocando que Charlotte lo despidiera al poco de comenzar la temporada, una filosofía que no interesa trasladar a un grupo joven cargado de ilusión. Aunque no parecen claras las causas de esta contratación el tiempo será quien dará, o no, la razón a los directivos de Orlando.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Álvaro García San José
Traduciendo mi pasión en rutina. Allá donde haya una canasta.