Después de conseguir la victoria ante Dallas Mavericks por 95-92, Houston Rockets se ponía de gala en el Toyota Center para recibir a New York Knicks, que venían de también ganar a Philadelphia Sixers por 91-83 en el debut de José Manuel Calderón en los Knicks.

Para este partido, Derek Fisher contaba con las bajas de Andrea Bargnani, por lo cual alineaba un quinteto formado por José Manuel Calderón, Quincy Acy, Carmelo Anthony, Samuel Dalembert e Iman Shumpert. Mientras que por su parte Kevin McHale contaba con las bajas de Patrick Beverley, Terrence Jones y Dwight Howard por lo cual alineaba un quinteto formado por James Harden, Donatas Motiejunas, Tarik Black, Trevor Ariza e Isaiah Canaan.

Igualado inicio en el Toyota Center

En los primeros compases de partido, el encuentro estaba igualado gracias a las buenas acciones de Tarik Black y José Manuel Calderón. A partir de ahí, sería el base español el que entraría en una guerra de triples con James Harden, saltada a favor de este último por dos a uno, lo cual hacía que Houston Rockets abrieran hueco en el marcador.

De ahí en adelante sería Harden el encargado de poner a los suyos con hasta siete puntos de ventaja en el marcador, aunque Carmelo Anthony de manera rápida ponía las cosas en su sitio colocando a los Knicks a tan sólo un punto, que es con el que llegaría Houston Rockets al final del primer cuarto. Siendo 27-26 el marcador del luminoso teniendo a James Harden con diez puntos y tres asistencias, mientras que Carmelo Anthony estaba con nueve puntos y tres rebotes.

Ariza toma las riendas

Trevor Ariza comenzaba el segundo cuarto tirando del carro de su equipo aprovechando que James Harden estaba en el banquillo. Gracias a eso, los locales se iban poco a poco hasta contar con diez puntos de ventaja, Carmelo Anthony volvía a ser el encargado de coger las riendas de New York Knicks, aunque esta vez sin demasiado éxito.

El partido entraba en una espiral de malas acciones por parte de ambos equipos que culminaban en un tiempo muerto pedido a cinco minutos del descanso por Kevin McHale, técnico de Houston Rockets. Al volver del mismo, New York Knicks se ponía las pilas y con sendas canastas de Carmelo Anthony, y tiros libres de Iman Shumpert, se ponían a ocho puntos, obligando a McHale a pedir un tiempo muerto corto. Al final, con un bonito intercambio de canastas el partido se iba al descanso con la victoria de Houston Rockets por 51-46, gracias a que JR Smith anotara cinco puntos en treinta segundos para recortar las diferencias.

En los compases finales del segundo cuarto, todas las alarmas se encendían ya que su máxima estrella, Carmelo Anthony, se iba a los vestuarios aquejado de dolores de espalda por los cuales no había conseguido completar el tiempo que restaba de segundo parcial. El propio Carmelo junto a James Harden era el máximo anotador del partido, ambos con catorce puntos.

Sin Carmelo hay vida

No teniendo en pista a su gran estrella, New York Knicks tiraba de casa y en tan solo dos minutos daba la vuelta al marcador con buenas acciones de Larkin y Dalembert obligando a Kevin McHale a pedir tiempo muerto. Motiejunas nada más salir del tiempo muerto anotaba un triple, pero Larkin le respondía rápidamente. De ahí en adelante el partido se igualaba en exceso viendo como Calderón anotaba cuatro puntos consecutivos ante las cinco perdidas que en esos momentos tenía James Harden en el partido.

Con un triple primero de Pablo Prigioni, y la respuesta por Houston Rockets de Terry con otro triple, Derek Fisher pedía tiempo muerto a 2:49 para el final del tercer cuarto, momento en el que New York Knicks caía por 66-64. Al final, los Knicks se reponían de la baja de Carmelo Anthony y llegaban al final del tercer cuarto con empate a 69 puntos, tras fallar un triple sobre la bocina Trevor Ariza.

A todo o nada

Con tan solo doce minutos por delante, tanto Houston Rockets como New York Knicks estaban ante el momento más importante del partido. Los visitantes comenzaban fuertes este último cuarto, ya que con un triple de Tim Hardaway Jr se iban con seis puntos de ventaja obligando a Kevin McHale a pedir tiempo muerto a poco menos de nueve minutos para el final del partido, el cual daba sus frutos ya que tres minutos después era Derek Fisher el que pedía tiempo muerto al ver que Houston Rockets se ponía a solo un punto.

Dos triples consecutivos de James Harden acompañados de dos tiros libres, hacían que Houston Rockets se pusieran por delante con cinco puntos de ventaja a poco menos de tres minutos para el final del partido. Al final, New York Knicks perecía en el intento de lograr la victoria que iba a parar a manos de Houston Rockets por 91-86, gracias a un excelso James Harden que terminaba con treinta y seis puntos, seis rebotes y seis asistencias, además de recibir cánticos de 'MVP' desde la grada de un Toyota Center entregado al jugador.