San Antonio Spurs es un equipo que se ha hecho a sí mismo durante los últimos 15 años, algo que no muchos pueden decir en la NBA. Mantienen un bloque sólido y sin fisuras, una filosofía muy clara y práctica y una dinámica muy positiva por el mero hecho de ceñirse a todo lo anterior. Eso les ha valido para marcar una época de dominio en estos comienzos de siglo XX sobre otras franquicias con mayor palmarés y hacerse con otro campeonato en la temporada 2013/14.

Entre que se dejan y que no, es más bien que no

San Antonio tiene una plantilla veterana. Gregg Popovich lo sabe, pero es que son el pilar fundamental sobre el que se sustenta su roster. Duncan, Ginóbili y Parker son una institución. Demasiado buenos para poder ser sustituidos. Por ello se mantienen como columna vertebral del proyecto tras más de una década juntos. Aún así, Popovich es un hombre que se viste por los pies y su creatividad le lleva a ser imprevisible. Ha creado una estrategia de rotaciones dirigidas a sus estrellas veteranas que otros entrenadores de la liga le han copiado. Popovich acabo ganando, una vez más, el trofeo de Entrenador del Año.

¿Cómo le salió la estrategia? Pues bien, como casi siempre. Mientras algunos descansaban en citas importantes de la liga regular, el equipo seguía manteniendo una línea sólida. Ya podía jugar Mills, Joseph o Bonner que la competitividad del conjunto de Texas no se veía disminuida para nada. Ello les llevó a cosechar una gran racha de victorias consecutivas, que terminaron por ser 19 tras una derrota en Oklahoma, en la primera parte del año.

Tras la recuperación de Danny Green y con su big three bien descansados comenzaba la travesía por los Playoffs un año más. Tienen mal acostumbrada a la afición del AT&T Center, ya que siempre están en la pelea, pero esta vez tenían preparado algo muy especial.

A la hora de la verdad

Llegaban los Playoffs y los Spurs tenían ganas de revancha. En 2013 habían vuelto a sacar la cabeza llegando a la final ante Miami Heat y perdiéndola por unos segundos de más, como aquel que dice. 2014 era el momento de asestar la estocada definitiva que pusiera un magnífico colofón a una generación irrepetible.

San Antonio empezó con problemas, viéndose superados en muchos momentos por los Mavericks de Dallas, a quienes se enfrentaban en primera ronda. El equipo comandado por Nowitzki les llevó al límite -concretamente a siete partidos- y su permanencia pendió de un hilo, aunque finalmente consiguieron la victoria en la eliminatoria por 4-3. No había descanso esta vez.

El segundo escollo fue un poco más fácil. Bastante más. Los Trail Blazers de Portland llegaban jugando un gran baloncesto, pero su déficit es que no tenían experiencia en grandes citas a pesar de las ganas que le echaban. Y les pasó mucha factura. Los Spurs arrasaron en la eliminatoria por 4-1 y se aupaban una vez más a las Finales de la Conferencia Oeste.

Oklahoma City Thunder era quien se interponía en el camino. Otra vez. Junto a Memphis Grizzlies parecían haber iniciado una rivalidad para destronar a los Spurs de su posición de privilegio en el Oeste durante estos años. La serie se puso 2-0, Ibaka se recuperó de su lesión milagrosamente y se fue a 2-2. Estaba caliente y parecía que íbamos a vivir algo histórico. Pero no fue así. Todo se diluyó y los de Popovich pusieron el modo rodillo a funcionar de nuevo para terminar con los Thunder por 4-2 y pasar a las Finales de nuevo.

Reedición de las Finales 2013 en 2014 con el Spurs-Heat. Y muchas dudas. LeBron llegaba tocado, al igual que Parker. Y se hizo historia de nuevo en lo que fue una de las mayores exhibiciones de baloncesto colectivo de la historia de las fases finales en la NBA. Una demostración de juego de pase y un ejemplo para los detractores. El primer partido vino marcado por el calor, que achicharró a los Heat y puso el 1-0 para el equipo negro. Un arranque de un tocado LeBron propició el único buen partido de su equipo y la única victoria de Miami, que ponía el 1-1. Los dos partidos siguientes fueron un repaso sin paliativos a las esperanzas de los de Florida, que salieron escaldados en su propia casa. La serie llegaba de nuevo a Texas con 3-1, algo que acabaría en 4-1 tras el quinto y definitivo partido. Los Spurs eran campeones de nuevo, y por la puerta grande.

El secreto del éxito

El secreto no es tan secreto. Todo el mundo lo puede ver. Un equipo que sabe a lo que juega, con posiciones y roles muy marcados, y donde todos saben cuál es su papel para llegar al punto que el entrenador quiere y pide.

El culebreo de Parker, el corazón de Ginóbili o los brazos infinitos de Duncan. Pero no todo se resume en ellos tres. Kawhi Leonard consiguió alzarse con el MVP de las Finales. Eclipsó y anuló a LeBron James, e incluso a sus compañeros de equipo. Fue el máximo protagonista de la postemporada de la mejor liga de baloncesto del mundo con sólo 22 primaveras. Boris Diaw fue la sorpresa para muchos a pesar de su veteranía, ya que la versatilidad de su juego fue clave para potenciar las virtudes de su equipo. El especialista Danny Green estuvo enchufado de nuevo, junto con la sobresaliente actuación de Patty Mills. Y más, con un recuperado Splitter o los minutos de calidad de Belinelli, Joseph y Baynes.

Gregg Popovich volvía a darle con los balones en la cara a sus compañeros de profesión con otro campeonato conquistado para San Antonio Spurs, dejando su impronta en una gran actuación coral en la Finales NBA de la temporada 2013/14.

El bloque permanece

Muchos decían que sería el último servicio, la última bocanada, el cierre a la carrera del big three de los Spurs. Para nada. Quieren seguir jugando. Duncan, Parker y Ginóbili siguen siendo compañeros de equipo. Con ellos, el grueso de la expedición que conquistó el Anillo este año. Renovaron el eléctrico base francés junto a Mills y Diaw, por poner algún ejemplo. Y, por si fuera poco, se llevaron del Draft a una elección tardía que muchos querían pero por la que no apostaron: Kyle Anderson.

¿Se están reservando de nuevo?

Defienden campeonato en la temporada 2014/15. También reservan jugadores y han sufrido alguna que otra lesión, pero la temporada no está yendo como ellos querrían. El debut de Ettore Messina como entrenador en la NBA por un día, que además suponía ser el primero nacido en Europa que lo consigue, y los partidos con tres prórrogas en una misma semana ante Grizzlies y Blazers son mera anécdota de la primera parte de temporada spur, aunque no lo es tanto que sus partidos no se estén traduciendo en victorias tanto como suele ser habitual. Con 18-13, el inicio 2014/15 de San Antonio Spurs es el peor en 31 partidos desde que Tim Duncan está en el equipo (algo que se data aún en el siglo XX).

Fuente: Tuxboard

No se sabe si es parte del juego o es que no están tan finos como antes, pero sí está claro -y así ha quedado documentado este año- que estos Spurs han sido capaces de hacer otro servicio de honor al baloncesto alzándose con el campeonato de la NBA en 2014.