Con tantos partidos como tiene la temporada regular de la NBA es fundamental el estado de forma de un equipo para lograr el mayor número de victorias posibles. Ayer, en el Palace de Auburn Hills, se enfrentaban dos equipos que se encontraban en situaciones completamente distintas.

En New Orleans todavía escocía la reciente derrota en el Garden de Boston, mientras que en Detroit seguían eufóricos tras la victoria contra los Raptors en Toronto. New Orleans pelea por un carísimo puesto de playoff en el complicado Oeste, mientras que Detroit estaba inmerso en una increible racha de victorias y alta anotación desde que cortaron a Josh Smith. Pues el partido de ayer no entendió de estados de forma y los dos equipos mostraron una cara que no venía siendo la habitual. Los Pistons volvieron a ser los fallones y los Pelicans volvieron a dominar apoyados en la figura de su estrella, Anthony Davis.

Partido decidido desde el principio

Los Pelicans comenzaron el partido arrollando a unos Pistons que fueron todo el rato a remolque. Los visitantes hicieron gala de una buena defensa con Davis como eje principal, y un buen movimiento de balón en ataque para buscar el mejor tiro. Todo esto les llevó a un parcial inicial de 2-10 a favor.

Aun así, en Detroit había uno que no quería perder tan pronto, y era el ala-pívot Greg Monroe, quien ejerció una buena defensa sobre Davis en el primer cuarto, hasta que se cargó de faltas y este rendimiento defensivo bajó.

El propio Monroe fue quien impulsó a su equipo al final del primer cuarto para terminarlo solo cuatro abajo. Pero otro atasco al principio del segundo cuarto con un parcial de 0-10 en contra, les situó ya 16 abajo, en parte por culpa de un acertadísimo Jimmer Fredette. Esta distancia sería ya insalvable para los Pistons.

Versión negativa de Detroit

En los últimos partidos, posteriores al corte de Josh Smith, se vio a unos Pistons bastante acertados en el tiro exterior, destacando un Jennings líder y ejecutor. Sin embargo, en el partido de ayer no pudimos percibir apenas nada de esa esencia y asistimos a un partido en el que los porcentajes de acierto en los Pistons fueron bastante negativos.

Tuvimos que esperar casi 20 minutos de paritdo para ver el primer triple de los Pistons, obra del sophomore Kentavious Caldwell-Pope, quien tampoco estuvo especialmente acertado.

Segundo tiempo suprimible

En el segundo tiempo hubiera cabido esperar una reacción de los Pistons, tal y como hicieron contra los Hawks o los Spurs, pero no fue así. Los dos últimos cuartos fueron un intercambio de canastas en el que ninguno de los dos equipos pareció desfondarse. Detroit maquilló ligeramente el resultado, pero suma una derrota que frena su escalada hacia los playoffs, objetivo que parecía inalcanzable hace un mes.

A los Pelicans les bastó un gran segundo cuarto para eliminar la resistencia de los de Michigan, y a partir de ahí, se limitaron a jugar con el tiempo del partido. Cabe destacar a un, aparantemente ya acomodado a su nuevo equipo, Quincy Pondexter. El ex de los Grizzlies aportó nueve puntos y se mostró participativo y en sintonía con sus nuevos compañeros, parece que los Pelicans han sumado a un hombre importante para su rotación exterior.