Milwaukee Bucks venció a New York Knicks en el O2 de Londres por 95 a 79. El partido era parte de la iniciativa NBA Global Games, que trata de llevar partidos oficiales de NBA a nuevos mercados. Esto no fue aliciente suficiente para que los Knicks cuajaran un buen partido, ya que prosiguen con su racha de derrotas.

No fue el mejor partido de promoción para la NBA

El encuentro no podía empezar de peor manera para los Knickerbockers. La vuelta de Carmelo Anthony y Amar’e Stoudemire no parecía aliciente suficiente, y a que encajaron un parcial inicial terrible: 14-0. Antentokounmpo tiraba contraataques. Parecía que a los de Nueva York le había pillado el jet lag en pleno partido. Pero se supieron recuperar tras unos minutos y el pertinente tiempo muerto de Fisher, ya que dieron la vuelta a la tortilla con otro parcial (0-9) con un animado Hardaway. Era un mero espejismo. La dinámica de los Knicks iba a seguir el camino marcado desde hacía quince partidos, y encajarían otro 10-0 para quedarse rezagados una vez más. O.J. Mayo desde el banco y Zaza Pachulia en la zona eran buenas piezas a tratar para los de Milwaukee. Además, los Bucks perdonaban multitud de tiros libres. 31-13 era como acababa el primer cuarto.

Y tras 12 minutos intensos, bajón. El partido se puso al ralentí, en punto muerto y calle abajo. Sin rumbo ni chicha. Las jugadas de bloqueos para Mayo funcionaban bien, y Carmelo respondía cuando le llegaba el balón. Pero tampoco había más que ver. El pabellón estaba frío, algo que NBA podría haber previsto con las credenciales previas. Para más inri, un choque entre Larkin -que también terminaría lesionado en el último cuarto- y Marshall llevaba a éste último al vestuario ante el temor de una contusión en la cabeza. Sólo los posteos con canasta de “Melo” hacían que los británicos agitaran las manos para aplaudir. El alero de origen portorriqueño era el único knick que veía aro con facilidad. Resultaba difícil proseguir con esperanza de que el partido se igualara sin haber llegado el descanso y con una diferencia que rondaba los 20 desde los cinco primeros minutos. 56-37 y a vestuarios, a reflexionar y descansar.

Al descanso, los porcentajes de ambos eran malos. Los Bucks, sin brillar en demasía, encauzaban muchos aspectos del juego y mantenían su tempranera ventaja con puño de hierro.

Tras otro parcial de 6-0 de salida, el partido se iba al arco. Sólo se sumaba de tres en tres. Knight, Middleton, Calderón… Carmelo también, y lideraba la anotación del partido con buenos porcentajes. Pero la diferencia seguía en 20 o cerca de ella. Y dos alley-oop seguidos de los Bucks cortaban la dinámica triplista, y Fisher cortaba el partido con tiempo muerto. Los Knicks hacían más méritos que al comienzo, mas el electrónico seguía teniendo el ancla puesta. El entrenador de los neoyorquinos, Derek Fisher, se ponía a hacer probaturas con sus jugadores de banquillo en lo que parecía un arrojo de toalla en toda regla. Y la diferencia subió hasta situarse 82-56 al final del tercero.

Ni un Stoudemire que pasó cual fantasma por el partido ni Anthony volverían. Tampoco otros titulares de los Bucks. Los Knicks querían morir matando, con un 3-15 de parcial y Wear encendiéndose y aprovechando sus minutos. El público respondía y los reservas de la franquicia de NY se crecían en la tesitura. Estuvieron a 11 con cinco minutos por delante para lograr la remontada. Pero llegaba O.J. Mayo y anotaba el triple de la sentencia a tres minutos de la bocina final. Poco más que rascar. 95-79 fue el resultado con el que acabó el encuentro.

Los Knicks han perdido en tres países esta temporada

Los Knicks siguen en caída libre y con la sospecha de tanking en cada uno de sus partidos. Son 16 los partidos consecutivos que llevan perdidos, contando éste. 5-36 para el equipo de la Gran Manzana.

Los Bucks, por su parte, siguen en balance positivo y buscando con ahínco otra presencia en Playoffs. 21-19 para el conjunto que dirige Jason Kidd.