En el Toyota Center de Houston se veían las caras dos equipos llamados a pelear por los primeros puestos de la Conferencia Oeste a final de temporada, Houston Rockets y Golden State Warriors. Los locales venían de ganar a los Thunder en un gran partido, mientras que los californianos sucumbieron ante el conjunto de Oklahoma en la jornada del viernes.

El técnico de los Rockets, Kevin McHale, no podía contar con Terrence Jones, baja desde el comienzo de la temporada, además de varios hombres de la segunda unidad. Por su parte, Steve Kerr tenía a toda la plantilla a su disposición, salvo Festus Ezeli, por lo que podría formar con su quinteto de gala, con la entrada de Bogut, que se había perdido el encuentro ante OKC, por Speights. Este sería el tercer enfrentamiento entre estos dos grandes equipos en esta primera parte de competición. En los dos encuentros anteriores la victoria fue el conjunto de la bahía de San Francisco.

Máxima igualdad

Desde los primeros compases se vio que este sería un encuentro con un gran ritmo de juego. Los Warriors comenzaron con el mando en el marcador, aunque con la segunda falta de Bogut, los locales llevaron el balón hasta la pintura, donde Howard mostró su mejor versión ofensiva durante toda la noche, bien secundado por Motiejunas.

En los visitantes, Thompson era el encargado de llevar la manija anotadora, aunque también desempeñaba una gran labor en defensa, frenando a uno de los mejores jugadores de la liga, James Harden. Green, con su entrega habitual, y Speights, aportando puntos desde el banquillo, también colaboraron en la anotación. La igualdad se mantenía en el juego y en el marcador al final de los primeros doce minutos, 31-31, con ambos equipos fallando muchos tiros desde la línea de tres, 1-4 Houston y 2-9 Golden State, aunque los locales sobrevivían gracias a su acierto desde el tiro libre (12-14).

Los Warriors por delante

Los primeros minutos del segundo cuarto transcurrieron sin ninguna novedad, con ambos conjuntos anotando con facilidad y desempeñando un alto ritmo de juego. Los pupilos de McHale ajustaron varias piezas en defensa, logrando una ventaja de cuatro puntos, 55-59, a dos minutos del final del cuarto.

Los Warriors respondieron con un parcial de 9-0, liderados por Curry, desacertado en el tiro pero brillante en la dirección, y Thompson, imperial en ambas zonas de la cancha, para llegar al descanso con una ligera ventaja en el marcador, 59-64. La estadística estaba con los hombres de Kerr, ya que tenían un récord de 24 victorias y dos derrotas cuando llegaban al intermedio por delante en el electrónico.

Una máquina anotadora

Tras el paso por los vestuarios, Stephen Curry (27 puntos, siete rebotes y 11 asistencias) se hizo con el mando del encuentro. En los primeros compases del tercer periodo, los Warriors lograron una ventaja de diez puntos, 59-69, aunque los locales no tiraban la toalla y se mantenían en la pelea, con Howard (23 puntos y 10 rebotes) liderando la anotación.

Un parcial de 7-0, favorable a los de Kerr, rompió el partido. Curry y Thompson (27 puntos, 9-15 TC, y cinco tapones) lideraban las operaciones, bien secundados por Green (11 puntos), Speights (15 puntos) y Lee (18 puntos y ocho rebotes), que jugó su mejor partido desde la vuelta de la lesión, logrando ventajas de más de diez puntos, 77-90.

En los últimos minutos del tercer cuarto, Golden State desempeñó el mejor juego de la noche, con Curry, 15 puntos en el tercer cuarto, anotando y asistiendo, y con Thompson, cinco tapones, “secando” a la estrella local, James Harden (12 puntos, 4-15 TC). El conjunto de Oakland afrontaría el último y definitivo periodo con una cómoda ventaja en el electrónico, 80-102.

Houston redujo la diferencia en los primeros compases, pero los Warriors contralaron muy bien el encuentro. Con el partido sentenciado ambos entrenadores decidieron dar descanso a sus jugadores más importantes, certificando así la victoria de los hombres de Steve Kerr, 106-131, que volvían a disfrutar de las mieles del triunfo después de su derrota en Oklahoma en la noche del viernes.

Golden State dominó en todos los aspectos del juego, sobre todo en la segunda parte, contralando el juego en la pintura con Lee, Speights y Green, y haciendo un gran trabajo en la faceta defensiva, en especial de Klay Thompson, que logró su mejor marca taponadora en su carrera en la NBA, dejando a los locales en tan solo 21 puntos en el tercer cuarto, y con un 40% en tiros de campo y un 30% en triples.

Ambos equipos volverán a la acción en la jornada del lunes. Los Golden State Warriors regresarán al Oracle Arena para enfrentarse a Denver Nuggets, mientras que el conjunto tejano jugará de nuevo ante su público, recibiendo la visita de los Indiana Pacers, contra los que intentarán regresar a la senda de la victoria.