Los Angeles Clippers venció en el Staples Center a Brooklyn Nets por 123 a 84. Más que vencer, arrasó. Sólo hubo cinco minutos de competición, los cinco primeros, a partir de los cuales el equipo de Doc Rivers mostró todo su arsenal de baloncesto-espectáculo ante su público.

Los Clipp-Trotters

El partido comenzó un tanto frío. La parte clipper del Staples siempre suele ser una caldera, pero el público no estaba en su mejor día. Ni siquiera tras el tremendo show al que iban a tener el placer de asistir. Tras calentar un poco las manos, el partido comenzó a decantarse desde muy pronto. Griffin y Jordan, la pareja de interiores del equipo local, hacía verdaderas diabluras en la pintura. Brook Lopez estaba absolutamente desbordado. Los espacios se encontraban y los balones iban teledirigidos. Hasta nueves veces acabaron a capón sus jugadas los pupilos de Glenn Rivers en el primer cuarto, que finalizaría con 34-23.

Era un mal menor para los Nets el resultado, que iban salvando (sí, ahí no iban tan mal) con un poquito de Joe Johnson y otro poquito de Mason Plumlee. No tenían a un lesionado Deron Williams ni al descansado Kevin Garnett para dar un toque de atención y reaccionar, y la cosa se puso peor. J.J. Redick movía a su equipo desde fuera con buenos lanzamientos y Jamal Crawford cogía su relevo también con acierto. Ya no sólo funcionaba lo de dentro sino lo de fuera. DeAndre Jordan acabaría el partido con 7/7 en tiros -muy cerquita del aro, eso sí- para 14 puntos en total. Al descanso, 70-47.

Ya no había esperanza de que hubiera competencia entre ambos equipos. Ambos conjuntos lo sabían. Los Nets comenzaron a taparse, pero los Clippers siguieron por la senda de la contundencia abrieron aún más brecha. Y Chris Paul fue el director de orquesta. Finalizó el partido con 17 asistencias, algunas de ellas en este tercer cuarto en el que seguía buscando espacios donde no parecía haberlos. Mason Plumlee observaba todo con impotencia y con la libreta en la mano ya que el máximo anotador de los Nets en este encuentro (16 puntos) ha sido invitado a participar el concurso de mates del All-Star 2015. Algo se le debe pegar de lo que vio tan cerca. Entretanto, el tercer cuarto finalizaba con 97-66 y la sensación de que la tregua estaba firmada hacía rato.

Los “minutos de la basura” dieron comienzo. Los entrenadores pudieron dar oportunidad a los menos habituales con el partido ya decidido, que la pareja Griffin-Jordan veía relajada desde el banquillo cómo llegaba a los 40 puntos de diferencia. Austin Rivers, hijo del míster de LAC, aprovechó esos minutos. También lo hizo Jerome Jordan, que finalizo con doble-doble (11 puntos y 11 rebotes) en 21 minutos. Todo acabó 123-84.

El resultado final habla a las claras de las diferencias de plantilla entre una de los bloques más sólidos (los Clippers) y una que arrastra lesiones y un plan de reestructuración en plena ebullición (los Nets).

Mucha diferencia

Los Clippers se impusieron con merecimiento y llegan a un récord de 29-14. Si bien no están tan finos como el año pasado, siguen dando guerra en los puestos altos de la Conferencia Oeste. Como dato curioso, las 17 asistencias de Chris Paul son su mejor marca de la temporada y la mejor de un jugador NBA en menos de 25 minutos de juego tras haberlo conseguido previamente su ahora entrenador, Doc Rivers, en 1987.

Los Nets no están para florituras ni datos. Han perdido nueve de los últimos once partidos. Dejan L.A. con 18-25 y la sensación de no haber siquiera competido.