"¿Cuando cambiaremos el nombre de 25 de los 30 equipos por el de Washington Generals?". Con esta pregunta finalizaba la misiva que Dan Gilbert, propietario de los Cavaliers, mandaba a David Stern al conocerse el traspaso múltiple que enviaría a Chris Paul a Los Ángeles y a Pau Gasol a los Rockets. Gilbert hacía referencia al equipo que en los inicios del baloncesto americano siempre jugaba contra los Globetrotters, y por supuesto perdía, en relación a la dudosa prioridad que la NBA establece con aquellas franquicias con una mayor cuota de mercado.

La decisión tomada por la dirección de la NBA amparada en las tímidas palabras de su portavoz, Tim Frank, como "una decisión deportiva" ha conmocionado al mundo del baloncesto y ha planteado muchas dudas acerca de la potestad de la liga para congelar el que sería uno de los fichajes del año.

Lo primero que hay que tener claro es que la NBA es completamente diferente a cualquier otra congregación, plataforma, o institución deportiva. El dinero manda, los tiempos muertos son pedidos por la publicidad, y tan solo el miedo a seguir perdiendo dinero ha amputado la continuidad de un cierre patronal en el que el interés y la avaricia han conseguido derrotar a los dos bandos (aunque un poco más a los jugadores). Los Hornets pertenecen a la NBA desde que en 2010 su anterior dueño no encontrara comprador

A Chris Paul le quedan seis meses de contrato en una franquicia que hace mucho que dejó de estar a su nivel, y que de momento no podrá auparse a su status mientras las otras 29 franquicias tengan mucho que cortar en el equipo de la ciudad del Jazz desde que en 2010 su anterior dueño no encontrara comprador y esta pasara a manos de la liga, que adquirió la franquicia con afán especulador.

Sobre las novias de CP3 se ha hablado mucho, desde New York hasta la costa oeste con los dos equipos de Los Ángeles, pasando por Atlanta o Houston. Este último equipo quizá fuera el mejor socio para un posible trato con los avispones, ya que su bajo nivel salarial –potenciado además con el nuevo convenio- daría la posibilidad de adquirir a Paul sin necesidad de que los Hornets lo renovaran. Caso aparte serían los Lakers, donde su voluntad por hacer borrón y cuenta nueva ha puesto el cartel de transferible a la totalidad de la plantilla amarilla a excepción de Kobe Bryant. Con estas circunstancias los angelinos abren la puerta a algunos de sus jugadores importantes con el único objetivo de hacer hueco para conseguir los servicios del base más deseado de la liga y de Dwight Howard.

De haberse producido el trato que anoche parecía hecho, los Hornets habrían completado su roster con 4 nuevos jugadores –Scola, Odom, Dragic y Martin- adquiriendo además los derechos de una primera ronda del draft del próximo año, permitiéndose luego tener opciones de aligerar su plantel con la salida de otros jugadores, mientras que Houston adquiriría a Gasol con margen suficiente para añadir algún otro jugador de primera fila en los días venideros.

Sin embargo, lo que ha desatado las iras de Dan Gilbert y del resto de propietarios es el beneficio económico –o el ahorro- que este traspaso supondría para el conjunto dirigido por Mike Brown, unos 20 millones de dólares más el desquite de buena parte de los gastos que generan sus impuestos de lujo (que van directamente según el nuevo convenio a las franquicias más débiles y aquellas que no lo pagan). Estos 20 ‘kilos’ se deducen de que a Pau le restan por cobrar casi 57 millones en los tres años de contrato que le quedan, más casi 16 de Odom Estos 20 ‘kilos’ se deducen de que a Pau le restan por cobrar casi 57 millones en los tres años de contrato que le quedan en Los Ángeles,más casi 16 de Odom en concepto de sueldo y player option, por los 34 millones aproximados que acarrearía la contratación de CP3 más otros 20 que se quedarían el la caja de Los Ángeles gracias al ahorro de buena parte de sus tasas de lujo.

La operación no sería del todo extraña, casos como los fichajes de Garnett y Allen por Boston o el más reciente Big Three de Miami fueron similares, pero nunca salieron fruto del consentimiento de una franquicia controlada por la propia NBA, supuesta adalid de la igualdad entre plantillas. De momento, tanto Lakers como Rockets han pedido formalmente a la NBA que acepte el traspaso.

Nos quedan muchos tiras y aflojas de aquí a Navidad, y más aún con un nuevo convenio que aún no ha terminado de dejar claros todos sus atajos.