Tras el fracaso del año pasado con un formato que no convenció ni enganchó a espectadores y participantes, la NBA decidió dar marcha atrás y volver a la receta clásica en busca de recuperar la esencia de un concurso que con el paso de los años ha ido perdiendo el encanto que Vince Carter, en el año 2000, llevó a su cénit. Para comenzar dicha resurrección, la NBA decidió formar un jurado de primer nivel, pues Bernard King, Chris Mullin, Nate Archibald, Walt Frazier y Julius Erving iban a ser los encargados de puntuar cada uno de los mates.

Una ronda clasificatoria, dos mates por participante con tres intentos en cada uno de ellos y los dos mejores clasificados para una final mano a mano. Bajo estas normas, se citaban Mason Plumlee, Giannis Antetokounmpo, Victor Oladipo y Zach LaVine en la noche de San Valentín en el Barclays Center.

LaVine y Oladipo destacan, Plumlee y Antetokounmpo decepcionan

Mason Plumlee, que actuaba como local, era el encargado de abrir el concurso. En su primer mate, el pívot de los Brooklyn Nets contaba con la ayuda de Kyrie Irving. Partiendo desde un lateral de la pista, Irving le daba le asistencia contra el canto del tablero y Plumlee, a continuación, realizaba el mate a aro pasado. A pesar de no conseguir hacerlo a la perfección hasta el tercer intento, era un buen comienzo. En la valoración posterior todos los jueces coincidían en darle una nota de 8 sobre 10, acumulando un total de 40 puntos.

Tras el pívot de los Brooklyn Nets, le llegaba el turno al griego Giannis Antetokounmpo, sobre el que había muchas esperanzas depositadas. The Greek Freak, en su primer mate, se lanzaba el balón hacia delante y tras bote cogía el balón muy arriba y mataba a una mano. A pesar de intentarlo un total de tres veces, el griego no era capaz de hacerlo bien y los jueces le valoraban con apenas 30 puntos.

A continuación, entraba en escena Victor Oladipo. Tras una magnífica introducción imitando a Frank Sinatra, Oladipo se estrenaba en el concurso con un mate realmente espectacular. Ligeramente esquinado, el escolta de los Orlando Magic finalizaba, en el tercer intento, un mate de 540º a aro pasado y a dos manos. Un mate de primer nivel que empezaba a caldear el ambiente y que fue premiado con el máximo: 50 puntos.

Por último, le llegaba el turno a Zach LaVine. La expectación con el rookie de Minnesota era enorme y el joven de 19 años no defraudó. Vestido con la camiseta de Michael Jordan en su cameo en la película Space Jam, LaVine se tómo muy enserio el concurso desde el primer intento. Tras lanzarse el balón hacia delante, el escolta de los Wolves lo recogía tras bote, se lo pasaba por debajo de las piernas y mataba a una mano a aro pasado. Una auténtica barbaridad. Más aún considerando que fue capaz de hacerlo a la primera. Los jueces, boquiabiertos por el nivel del mate, no dudaron en darle un merecidísimo 50.

En la ronda del segundo mate, tanto Antetokounmpo como Plumlee no estuvieron a la altura y defraudaron siendo demasiado conservadores. El jugador de los Milwaukee Bucks, con la asistencia de su hermano desde el lateral opuesto, realizaba un mate a dos manos que era premiado con 35 puntos por el jurado. Por su parte, Plumlee intentó matar tras lanzar por encima del tablero desde detrás de la canasta. Ante la imposibilidad de finalizar este mate, recurrió a la ayuda de su hermano sobre el que mató en carrera para sumar un total de 36 puntos. Ambos jugadores, en una mala selección de mates por insuficiencia de nivel y dificultad, quedaban fuera de la final.

Tras ellos, volvía a entrar en escena Victor Oladipo, quien sabiéndose ya finalista optó por asegurar con un mate de nivel medio y guardar un mejor repertorio para la final. Tras conseguir que Hakeem Olajuwon firmara el balón, Oladipo, con la ayuda de su compañero en los Magic Elfrid Payton, firmaba un mate de 360º a una mano tras recoger la asistencia contra el canto del tablero. Los jueces le daban 39 puntos.

Zach LaVine, lejos de relajarse y guardarse lo mejor para el final, decidió seguir apostando fuerte y su segundo mate fue, para la inmensa mayoría del público, el mejor de la noche. Tras lanzarse el balón hacia delante, LaVine recogía el balón tras bote, se lo pasaba por detrás de la espalda a la vez que se lo cambiaba de izquierda a derecha y realizaba el mate a una mano. Una auténtica barbarida, firmada al primer intento, y que hacía estallar el Barclays Center. Los jueces, rendidos ante la evidencia, le daban los 50 puntos consiguiendo así una primera ronda perfecta.

Zach LaVine no da opción alguna en la final

Inauguraba la final Victor Oladipo, al que se le veía incluso algo intimidado por el enorme nivel que estaba mostrando hasta el momento su rival por el título como mejor matador del planeta. En su primer mate de la ronda final, el escolta de los Orlando Magic volvía a contar con la colaboración de su compañero Payton. El balón, sostenido en alto por las palmas de las manos de un Payton sentado en una silla, era recogido en plena carrera por Oladipo, quien a continuación se lo pasaba por debajo de las piernas y trataba de finalizar el mate a una mano. No fue capaz de conseguir finalizarlo en ninguno de los tres intentos, hecho penalizado en la votación que se elevaba a unos escasos 31 puntos y le alejaban del título.

Por su parte, Zach LaVine, en su primer mate de la final, iba a contar con la ayuda de su compañero en Minnesota Andrew Wiggins. El número 1 del último draft, se colocaba en una esquina el tablero con el brazo extenido paralelo al suelo y el balón en la palma de su mano. LaVine, tras recoger el balón de la mano de su compañero, se lo pasaba por debajo de las piernas y realizaba el mate a una mano y en paralelo al aro al segundo intento. 45 puntos fue el premio del jurado a un nuevo gran mate de LaVine.

A continuación, un Victor Oladipo contra las cuerdas trataba de luchar y dar guerra hasta el final pero fue incapaz de sumar una buena puntuación en su segundo mate de la final y poner en apuros a LaVine. Tras dos intentos fallidos en un mate 360º en solitario, Oladipo tuvo que recurrir una vez más a la ayuda de Payton para firmar un mate tras asistencia contra la parte trasera del tablero. Dicho mate recibía una puntuación de 41 puntos, lo que convertía a LaVine en campeón antes incluso de hacer su segundo mate de la final.

Para cerrar el concurso, el escolta de los Minnesota Timberwolves, tras la asistencia de Shabazz Muhammad, volvía a firmar un espectacular mate tras pasarse el balón entre las piernas. El jurado, totalmente rendido al nivel del rookie, premiaba este último mate con un total de 49 puntos, coronando así a Zach LaVine como nuevo ganador del concurso de mates y convirtiéndose, con 19 años, en el segundo jugador más joven en ganar el concurso de mates, tras Kobe Bryant, quien lo consiguió con 18 años.

Esta edición de 2015 ha supuesto, sin duda, un prometedor inicio de una obligada resurrección de un concurso que históricamente ha sido el plato fuerte del sábado del All-Star. Zach LaVine, con una de las mejores actuaciones que se recuerda en los últimos años, ha puesto la primera piedra para devolver a este concurso al lugar que se merece. Ahora es el turno de la NBA, quien debe mover ficha y buscar competidores que sean capaces de batir al nuevo rey del mate.