La NBA y el mundo del baloncesto siguen viviendo unos últimos días llenos de trágicas noticias. A los recientes fallecimientos de Anthony Mason, Earl Lloyd, Jerome Kersey o Jerry Tarkanian se ha unido el de Chris Welp, leyenda del deporte del balón naranja en Alemania.

La carrera de Welp le llevó a ambos lados del Atlántico, y brilló tanto en Estados Unidos como en Europa. En el continente americano, pasó cuatro temporadas como miembro de los Huskies de la Universidad de Washington, y tuvo tiempo para convertirse en el máximo anotador de la historia del equipo. Dio el salto en 1987 a la NBA tras ser elegido en la decimosexta posición del draft, y jugó tres temporadas en Philadelphia 76ers, San Antonio Spurs y Golden State Warriors.

Tras vivir el sueño americano, regresó en 1990 a su país natal para jugar en el Bayer Leverkusen durante seis años. Los últimos coletazos de su carrera los dio en Olympiakos, ALBA Berlín y Viola Reggio Calabria. En esos años, ganó siete ligas alemanas, una liga griega y la Copa de Europa (con el Olympiakos).

A nivel de selecciones, alcanzó la cumbre en el Eurobasket del 93 disputado en Alemania tras ser nombrado MVP y llevar a los germanos hacia la victoria final, levantando el primer y único trofeo baloncestístico de su país.

El 1 de marzo de 2015 será recordado como el día en el que un infarto se llevó a una de las más grandes figuras del baloncesto alemán y europeo. Tras Welp queda un legado lleno de éxitos y reconocimientos individuales solo a la altura de los que hacen historia.