Milwaukee Bucks venció a Indiana Pacers por 111-107 en el BMO Harris Bradley Center de Milwaukee.

Era el único partido de la madrugada. El inicio del llamado Sweet 16 de la 'March Madness' en la liga universitaria (NCAA) copaba todo el protagonismo y la jornada NBA se redujo a un solo partido. Más concentrado, más atención para dos equipos de la Conferencia Este que no suelen acaparar todos los focos.

El banquillo de los Bucks espera al final del partido (Fuente: Twitter / @Bucks)

Partido divertido y con muchos protagonistas

Acción rápida y fulgurante. Y, pese a que se mostraban muy fallones en el inicio, los Pacers también estaban muy activos. Pero estaban fallones. Ilyasova, no tanto. Fue el protagonista absoluto, marcando diferencias desde el inicio. Muy pronto cogieron ventajas relativas de diez puntos los de Jason Kidd, y aumentaba y aumentaba. Las decisiones de tiro eran malas en el equipo visitante; por su parte, el equipo local tenía a un Ilyasova que acabaría el cuarto con 17 puntos anotando siete de sus ochos tiros de campo. Un 34-15 de escándalo dominaba el luminoso al final de los primeros doce minutos.

Con los cambios llegó la alternancia. Pachulia era quien desatacaba mínimamente el juego de los Bucks, pero no era suficiente ante la mejoría del contrario. Los Pacers le había encontrado el punto a la muñeca, sobre todo un gran C.J. Miles. Si en el primero fue Ilyasova, en el segundo fue Miles quien hizo las delicias del espectador mientras asumía todo el peso anotador de su equipo. Los de Indiana reducían a diez de nuevo, pero los verdes dieron otro tirón cuando se acercaba el final de cuarto: 59-47 al descanso.

Mucha pérdida, por ambos, pero era un partido de datos confusos y contradictorios: muchos más rebotes y más triples de Pacers, pero los Bucks ganaban con holgura sólo con un buen acierto en tiros de dos.

Más madera tras la vuelta desde vestuarios. El partido no paraba. No son superequipos, pero su calidad sobresalía y el encuentro era muy divertido para el espectador. El ritmo seguía siendo alto y el acierto era parejo. Middleton y Antetokounmpo destacaban por Milwaukee Bucks en esos momentos, así como Luis Scola y George Hill lo hacían por Indiana Pacers. Las ventajas se estiraban como un chicle, lo que se conoce en el argot como “hacer la goma”. Los locales estaban dejando pasar la oportunidad de sentenciar y dejaban el marcador 85-74 al final del tercer período.

Y lo pelearon hasta el final. El partido se paraba con muchas faltas, y C.J. Watson y sus compañeros estaban sacando mucho rédito para reducir la diferencia. Si a ello se unía que Michael Carter-Williams asumía demasiada responsabilidad y fallaba en exceso, la cuesta se empinaba más aún para que los Bucks cerraran el partido. Ilyasova volvía a aparecer, y el alero turco era quien mantenía a los suyos a distancia, pero los triples de George Hill decían lo contrario. Se llegó a los últimos instantes con tres arriba para los Bucks, Antetokounmpo falló tiros libres y el partido estaba abierto a una última jugada; Hill intentó otro triple, pero el balón hizo la corbata en el aro y no entró. 111-107 al pitido final.

Ni frío ni calor

Milwaukee Bucks siempre está en esa frontera, en la pelea por los Playoffs y por su propia marca. De nuevo, como ha venido pasando estos años, su récord es un curioso empate: 36-36. Dejando esto a un lado, su turco se llevó la palma en el partido: los 34 puntos de Ersan Ilyasova son su mejor marca anotadora en la NBA.

La buena racha en la que venían los Pacers les hacía soñar para este partido. Si ganaban, se metían en puestos de playoffs desplazando a los Celtics. No ganaron, y se quedan a las puertas de esto con 31-41.

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Sobre el autor
Miguel Maestre Fernández
Amante de los pases al hueco, los tapones y otros géneros denostados