El pasado lunes, según informó su entrenador Tom Thibodeau, Derrick Rose formó parte del entrenamiento de los Bulls, la primera vez que lo hace desde que se le diagnosticó el desgarro en el menisco de su maltrecha rodilla izquierda (en 2013 sufrió otra lesión en el mismo menisco) el día 25 del pasado mes de febrero. Las predicciones eran pesimistas, al tratarse de las famosas rodillas del base Bull, pero quedaba el resquicio de que pudiese volver a jugar antes del fin de la temporada 2014-15, y eso parece ser lo que va a ocurrir.

Los plazos que se manejaban se situaban entre las cuatro y seis semanas de recuperación, y ese va a ser supuestamente el tiempo hasta su vuelta. En lugar de "reparar" el menisco, Rose ha decidido eliminar por completo la zona dañada, lo que supone un riesgo para la salud de su rodilla a medio-largo plazo. Sin embargo, esta decisión acortaría el tiempo de recuperación del jugador.

"Estaba un poco cansado al terminar, pero lo esperábamos. Me pareció que estaba bien físicamente, lo vi bien", señaló Thibodeau al final del entreno.

Joakim Noah comentó: "Sabemos que con Derrick Rose de vuelta, nuestro equipo adquiere otro nivel competitivo totalmente diferente", después de que el base volviera a disfrutar de un entrenamiento diseñado por coach Thibs. "Es su primer entrenamiento de contacto, así que relax", añadió, ya que aún se estima que se ponga a tono durante una o dos semanas más, antes de regresar para disputar un partido de NBA. Thibodeau también habló después del entrenamiento: "estaba un poco cansado al terminar, pero lo esperábamos. Me pareció que estaba bien físicamente, yo lo vi bien"

Tiempo suficiente esa preparación de alrededor de 14 días, aunque quizá no llegaría a tope para los playoffs, ya que los Bulls disputarán su último partido de temporada regular en 16 días, contra Atlanta Hawks, y ahí se pondrá punto final a la temporada regular. Se verá la evolución en los próximos días del MVP del año 2011, cuya falta se ha notado en su equipo sobremanera perdiendo ocho partidos de los 17 jugados.

Hasta el parón a finales de febrero, Derrick Rose promediaba 18,4 puntos, 3,1 rebotes y 5 asistencias por noche, lejos de esos 25 puntos y 7,7 asistencias que le llevaron en volandas al MVP de la temporada, una máquina de volar y anotar. Lamentablemente, sus rodillas de cristal hacen pensar que no volverá a ser el que fue, ese jugador llamado a marcar una época en el baloncesto moderno. No cabe duda de que el equipo de la Ciudad del Viento le necesita, ya que, a pesar de que no sea el de hace unos años, todavía tiene 26 años, y sigue siendo Derrick Rose.