Duelo de alta tensión en Memphis entre dos equipos que, aunque aparentemente uno se jugaba más que el otro, no era del todo así. Los Pelicans, por mantener esa octava plaza que le daba acceso al playoff, tras la derrota de Oklahoma ante San Antonio, y los Memphis Grizzlies, por no seguir bajando escalones en la clasificación de la Conferencia Oeste y mantenerse segundos, debido a su caída en picado del último mes de competición. Elevadas urgencias en el FedEx Forum de Memphis, que quería ver de nuevo a ese equipo que fue el mejor del año 2014, sin Tony Allen. Los dos anteriores duelos, en marzo y en octubre, ambos en Nueva Orleans, cayeron del lado del equipo de Monty Williams.

Duelo de altos vuelos el que se planteaba ya de inicio, con el emparejamiento de Marc Gasol y Anthony Davis. Mucha calidad en el puesto de cuatro en pista. Marc Gasol comenzó con un gran tapón sobre Davis, aunque no pasó mucho la bola por sus manos en los primeros minutos. Dos triples desde la esquina de Quincy Pondexter (que volvía a la que fue su casa, anotando ocho puntos en los primeros cuatro minutos) y Tyreke Evans dieron aire en los primeros minutos a los visitantes, que movían bien el balón, lo que no era una buena noticia para los de Tennessee. Marc Gasol bien al inicio, con seis puntos en la primera mitad de cuarto, activo en ataque, asumiendo la responsabilidad que le toca y últimamente no estaba cumpliendo.

Se llegó al primer tiempo muerto, a cinco minutos del final del primer período, con 12-16 en el marcador, 4-7 en triples de los Pelicans y Tyreke Evans, cual director de orquesta, con tres puntos, tres rebotes y tres asistencias. Se notaba la intensidad en cada jugada, cada canasta costaba su peso en oro. Un parcial final de 15-8 puso por delante a los Grizzlies, que terminó el primer cuarto con ventaja de tres puntos, pero, sobre todo, muchísima igualdad en el FedEx.

En el segundo cuarto, 28-12 para Memphis, que arrasó con titulares y suplentes a los Pelicans, que perdieron fluidez y acierto en el juego.

El segundo cuarto comenzó con un 7-0 de parcial para Memphis con las segundas unidades en la cancha (y Marc Gasol). Salida en tromba de los locales, con el banquillo visitante incapaz de anotar en los primeros dos minutos de tercer cuarto, que ponían el partido en diez tantos de renta para los Grizzlies. Pero la sangría, lejos de cortarse, continuó agravándose, con los suplentes sin poder dilapidar la mala racha. Otro parcial de 7-2 a favor de los de Dave Joerger, subió a la máxima de 15 puntos la ventaja local. Beno Udrih, muy entonado, con siete puntos hasta ese momento.

Imposible, la operancia en ataque de los New Orleans Pelicans se terminó, a lo que se sumó el aumento del rendimiento en ataque de los de Memphis. La máxima llegó hasta los 18 puntos, y la alarma se encendió en la cabeza de Monty Williams, que no sabía cómo parar el declive de su equipo. La primera parte pereció, con los vanos intentos de los Pelicans de arañar puntos, sin conseguir acercarse a menos de 13; 28-12 fue el marcador parcial del segundo cuarto, con 30% de tiro de los visitantes. Zach Randolph terminó en doble-doble la primera parte, con 11 puntos y diez rebotes (y cinco asistencias), Mike Conley, con ocho puntos, y Marc Gasol, con nueve puntos y cuatro rebotes. En Nueva Orleans, destacó Tyreke Evans, con diez puntos y seis asistencias.

Diferencia creciente, límite irremediable

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Anthony Davis seguía sin recibir demasiados balones dentro o para realizar tiros exteriores liberado, se los tenía que buscar el propio ala-pívot por su cuenta, con escaso índice de éxito. Y, como respuesta, la ventaja seguía en aumento para los Grizzlies: por encima de los 20 puntos se situaba el listón para los Pelicans. Mientras tanto, los dos jugadores interiores de Memphis, Marc Gasol y Zach Randolph, jugando un gran partido en la pintura, tanto en ataque, como en defensa, como hace unos meses, campando a sus anchas. Y de ello, beneficiándose los exteriores, que recibían balones para anotar tras corte o liberados para tirar a canasta, como Jeff Green o Courtney Lee.

A los Pelicans les hacía falta algo que no tenían. Irremediable ya recuperar un partido perdido desde mitad del tercer cuarto, con un espíritu apático en los jugadores, dando a entender que se encontraban pensando en su próximo compromiso, contra Phoenix Suns, el día 11 de abril. Sensación de que todo el talento en jugadores como de la talla de Anthony Davis o Eric Gordon no estaba siendo aprovechado de la manera correcta. El último cuarto, prácticamente entero de minutos de la basura.

Entre los 20 y 30 puntos de diferencia (llegó a 40) continuó moviéndose el marcador para los Memphis Grizzlies de Dave Joerger hasta el final de la noche, unos Grizzlies que se volvieron a parecer a los Grizzlies de Dave Joerger que ganaban partidos a los mejores equipos y que presentaban el mejor récord de todo un año en la mejor liga de baloncesto del planeta. Un partido sencillo, de respiro, para recobrar sensaciones.

Por parte de los locales, los Memphis Grizzlies, destacaron Zach Randolph, con 15 puntos, 13 rebotes y seis asistencias; Marc Gasol, con 15 puntos, ocho rebotes y seis asistencias; y Jeff Green con 15 puntos también. En New Orleans Pelicans, se podría destacar, dentro de la indolencia y la falta de competitividad global, a Anthony Davis, que se buscó las canastas cuando pudo, con 12 puntos y cinco rebotes, y a Tyreke Evans, con diez puntos.