Se acaba la temporada regular de la NBA y comienzan los playoffs, el período clave para luchar por el título en la NBA. Y como cada año, conviene hacer balance de lo que ha ido pasando conforme avanzaban los días, las jornadas, los partidos, el espectáculo puro, en esto de la pelota naranja más alla del Océano Atlántico.

Una temporada de récords superados e incluso pulverizados, de agradables sorpresas en cuanto a rendimiento colectivo, como pueden ser los Atlanta Hawks, e individual, con el despegue de jugadores llamados a dominar en el futuro. Y, como no puede ser de otra manera, una temporada con decepciones sonadas, como son los casos, entre otros, de Lance Stephenson y sus Charlotte Hornets, o de Oklahoma City Thunder y su elenco de talento.

Por posiciones, este análisis se ceñirá al jugador en sí, los nombres propios del año, esos jugadores que han servido para que cada espectador y amante de esto encendiese la televisión, ordenador o cualquier objeto audiovisual, para disfrutar del mejor baloncesto del mundo con el maravilloso sentido de la vista. Los más destacados en cada posición, en cuanto a estadísticas e impacto en la temporada y en su equipo.

El apogeo del talento en la dirección

La posición de base ha sido de las más completas en el campeonato. Así, de primeras, se pueden pasar por la cabeza del aficionado unos cinco o seis bases de primer nivel en la liga, sin ningún problema. Se podrían sacar muchos más, pero a mayor nivel que el resto, quizá podríamos destacar a uno, el mayor candidato a MVP de la temporada, junto a James Harden. Stephen Curry, base de Golden State Warriors, el mejor jugador de baloncesto en la actualidad para muchos. 286 triples anotados, récord absoluto, superando la anterior marca, también en sus manos, y líder del mejor equipo en cuanto a récord y uno de los principales candidatos al anillo. 23,8 puntos, 4,3 rebotes y 7,7 asistencias, con un 44,3% en triples y más del 91% en tiros libres. Poco más que añadir, ante esta figura que se erige para dominar esto durante mucho tiempo.

Russel Westbrook (28,1 puntos, 7,3 rebotes y 8,6 asistencias), otro candidato a MVP para otros, con sus 11 triples-dobles a la espalda. El máximo anotador en la historia del un All-Star Game, con 41, con un final de temporada y un mes de marzo bestial, sobre todo tras el fin de semana de las estrellas. El pero: no ha podido clasificar a su equipo para la postemporada, muy lastrado el colectivo por las lesiones de Serge Ibaka y, sobre todo, del vigente MVP, Kevin Durant.

Chris Paul (19,1 puntos y 10,2 asistencias) ha vuelto a jugar a nivel de superestrella. Promediando doble-doble de asistencias (el único, junto a John Wall) y máximo asistente de la liga; sus números son muy similares a los del año pasado, excepto en el porcentaje de tiro. Ha subido de casi 47% a casi 49% en tiros de campo, y anota un triple más por partido. Llegando por primera vez al 90% en tiros libres en su carrera profesional, con su mejor porcentaje en triples desde la temporada 2009-10 (39,8%). Ha dado un paso adelante y es (aún más) el dueño auténtico del juego de los, mejorados en defensa, Clippers de Doc Rivers.

John Wall (17,6 puntos y 10 asistencias) podría ser el base que rascara el podio. Más regular que los que le rodeaban, ha sido el principal sustento para la quinta plaza de los Wizards en el Este, compensando sus malas noches en el tiro con diez o más asistencias. El explosivo Kyrie Irving (21,7 puntos, 3,2 rebotes y 5,2 asistencias) también ha sido parte importante en los nuevos Cavaliers de David Blatt. El tope de puntos en el año lo firmó él, con 57 tantos ante los Spurs, aunque quizá le falta esa regularidad para estar un poco más arriba, porque talento, le rebosa por cada pliegue de su cuerpo.

Jeff Teague (15,9 puntos y 7 asistencias), el primero en la sorpresa llamada Atlanta Hawks. Serio en su labor, veloz y con condiciones para liderar a un equipo, como ha hecho durante todo el año,llegando al All-Star de Nueva York. Bajó durante el último cuarto de temporada sus prestaciones, se le evaluará en playoffs. Otro que ha demostrado un salto en cuanto a madurez ha sido Tyreke Evans (16,6 puntos, 5,3 rebotes y 6,6 asistencias) al mando de los sorprendentes New Orleans Pelicans. Como base, el rookie del año de la temporada 2009-10, ha subido sus prestaciones, en cuanto a los 14,5 puntos, 4,7 rebotes y 5 asistencias del año pasado. Su mejora, clave para llegar a postemporada en Nueva Orleans, junto al joven Anthony Davis.

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Otros destacados en el año han sido: Damian Lillard (21 puntos, 4,6 rebotes y 6,2 asistencias), quizá un poco falto de regularidad, pero rebosante de talento. Brandon Jennings (15,4 puntos y 6,6 asistencias) en sus 41 partidos jugados se llegó a convertir en la esperanza para los Pistons, tras la salida de Josh Smith y el despegue del equipo. Su lesión, un lastre insuperable para los de Motorcity, cuando el base ex de Milwaukee Bucks estaba quizá jugando mejor que nunca. Isaiah Thomas (19 puntos y 5,4 asistencias en Boston Celtics; 16,4 y 4,2 asistencias en el total de la temporada) no podía faltar, ya que su llegada ha sido la explosión necesaria en Boston para sorprender a todos, clasificándose para los playoffs. MVP de la pasada semana en el Este, con 23 puntos y seis asistencias, en las tres últimas victorias de los inexpertos Celtics de Brad Stevens.

El escolta, anotador todoterreno

Ese jugador especializado en la anotación compulsiva desde todos los ángulos de la pista, que cada vez se dedica a más cosas. Ese es el prototipo del dos que ha destacado en el curso, ejemplarizado al máximo en James Harden (27,4 puntos, 5,7 rebotes y 7 asistencias). Se disputará con Stephen Curry el MVP hasta el último día de votación, ya que méritos y números no le faltan. Ha sostenido a los Rockets ante ausencias importantes para la franquicia, como la de Dwight Howard, encajonándolo en la segunda posición de la terrible Conferencia Oeste, algo que pocas personas hubiesen predicho allá por septiembre. Su mes más bajo, promedió 25,3 puntos por partido (noviembre) y anota de media 8,8 tiros libres por encuentro, por lo que es un seguro en los instantes finales en los que quema la bola: balón a Harden, que sacará la falta. La ambición y el carácter, le rebosan, llegando a decir públicamente que el MVP es él. Ocho partidos con 40 o más puntos, el que más en la liga.

Otro escolta total es Klay Thompson (21,7 puntos, 3,2 rebotes y 2,7 asistencias), sobre todo, un anotador puro como hay pocos en la liga. Durante el año ha batido marcas históricas, como esos 37 puntos que anotó él sólo en nueve minutos de un tercer cuarto en el ORACLE Arena, contra Sacramento Kings, sin un solo fallo en 13 tiros, nueve de ellos de tres puntos, algo que a nadie se le olvidará. Rápida y concisa definición de su juego archiconocido, del lobo salvaje que huele sangre, y aniquila a la presa. Los Splash Brothers, de moda en el mundo baloncestístico, la simpática pareja del californiano y Stephen Curry, menos simpática para los que se enfrentan a ellos. Si anota las dos primeras, a sentarse y disfrutar, porque nadie le podrá parar.

Jimmy Butler (20 puntos, 5,8 rebotes y 3,3 asistencias) es una de las esperanzas de Chicago Bulls en estos playoffs. Su nivel ha subido como la espuma, postulándose como firme candidato a jugador más mejorado, ya que ha subido más de un diez por ciento su porcentaje de acierto en tiros de campo y triples, además de aumentar en casi siete puntos su producción por noche, en los mismos minutos en pista. Otro ejemplo de jugador que corre, anota, rebotea y defiende. Todo, además, con una gran IQ, con noción colectiva y sentido de la generosidad, que hacen de él un jugador poco egoísta.

Un jugador de Atlanta tampoco falta aquí, es el caso de Kyle Korver (12,1 puntos, 4,1 rebotes y 2,6 asistencias). Una de las mayores amenazas existentes desde el triple, catch and shoot como forma de vida. Mete casi la mitad de lo que le llega, siendo el mejor en esto (49,2% en triples), muy por encima del segundo, Eric Gordon (13,1 puntos, 2,6 rebotes y 3,8 asistencias), otro jugador que ha ido de menos a más y ha terminado ayudando a sus Pelicans, al perderse todo el mes de diciembre de competición. El caso de Dwyane Wade (21,5 puntos, 3,8 rebotes y 4,8 asistencias) es también remarcable y elogiable, a sus 33 años. Los Heat se mantuvieron casi hasta el final luchando por entrar en playoffs gracias en gran parte a su rendimiento, echándolo de menos en los 20 partidos que no ha estado.

Muchos jugadores con temporada destacable en esta posición, como Danny Green (11,7 puntos y 41,8% T3), uno de los que cuenta con más confianza de Gregg Popovich en los gigantes Spurs; Monta Ellis (18,9 puntos y 4,1 asistencias), de lo poco rescatable de unos Mavericks decepcionantes a medias, que no han encontrado su juego; J.J. Redick (16,4 puntos y 43,7% en triples), otro tirador de raza blanca, firmando los mejores números de su carrera; o DeMar DeRozan (20,1 puntos, 4,6 rebotes y 3,5 asistencias), jugador que ha rendido a gran nivel, aunque quizá un poco por debajo de su nivel mostrado el pasado año, lesionado durante 22 partidos del presente curso.

El alero, la posición etérea

La tendencia del baloncesto moderno es ir hacia lo físico, y la posición de tres se ha visto trastocada por esta evolución. Se lleva el tres alto, rápido, con piernas y capacidad para correr el contraataque, así como de defender cuando toca. LeBron James (25,3 puntos, 6 rebotes y 7,4 asistencias) y Kevin Durant, han sido los dos ejemplos dominadores de esto en los últimos años. El de los Cavaliers, en el año de su vuelta, ha conseguido adaptar su rol por el bien del equipo, para hacer llegar a su equipo al final de temporada, como uno de los cocos del Este. Además, el de Akron superó a Scottie Pippen como el alero con más asistencias en la historia de la NBA, con 6302, promediando, en sus 12 temporadas NBA, 6,9 asistencias por noche. De Durant no se puede decir que este año haya sido determinante precisamente, ya que se ha perdido 55 partidos de 82, promediando 25,4 puntos, 6,6 rebotes y 4,1 asistencias, añorándole su equipo, incapaces de meterse en la postemporada. El peor año de su carrera, ya que nunca se había perdido más de 16 partidos.

Kawhi Leonard (16,5 puntos, 7,2 rebotes y 2,5 asistencias) es el nuevo líder de los Spurs, desde su destape en las pasadas finales contra los Heat, dando un espectáculo individual (además del ya sabido colectivo de su equipo). Máximo anotador de los Spurs, el que más ha empujado en los destructores últimos dos meses de la franquicia tejana, metiendo mucho miedo de cara a los playoffs. Sus promedios en marzo y abril son esclarecedores: 19,2 puntos, más de seis rebotes y casi 54% en tiros de campo. La franquicia de San Antonio tiene asegurado el futuro en sus manos de casi 24 años.

Gordon Hayward (19,3 puntos, 4,9 rebotes, 4,1 asistencias) va madurando día a día en los jóvenes Utah Jazz, mejor en la segunda mitad de temporada. 25 años, con una muñeca excelente, promediando tres puntos más que el año pasado, con un aceptable porcentaje del 44,5%. Ojo a su equipo, junto a Gobert, Burke y compañía, con mucho talento fresco. Giannis Antetokounmpo (12,7 puntos, 6,7 rebotes, 2,6 asistencias) es otro joven forward (20 años) que va haciéndose hueco a pasos agigantados (como sus zancadas). El griego de brazos infinitos es ya una sensación en la liga, otro de los llamados a reinar en los años venideros. The Greek Freak posee talento para casi todo, y sus números, con total seguridad, seguirán creciendo, como su regularidad.

Jugadores de equipo tampoco faltan en la posición de alero, como Andre Iguodala (7,8 puntos, 3,3 rebotes y 3,0 asistencias) o DeMarre Carroll (12,6 puntos y 5,3 rebotes, 48,7% TC). No es tanta la importancia de sus números, como su importante labor en la buena dinámica de sus respectivas franquicias, Warriors y Hawks, las dos mejores en porcentaje de victorias. Iguodala desde el banquillo, tirando de los de San Francisco con su veteranía y su buen hacer a ambos lados de la pista, y Carroll como el tapado inesperado, haciendo prácticamente de todo en el equipo de Budenholzer, cuando se le requería. Rudy Gay (21,1 puntos, 5,9 rebotes y 3,7 asistencias) es otro de los que siempre está ahí, más fino pero únicamente acompañado del genial Cousins, realizando la mejor temporada de su vida en puntos y asistencias por encuentro.

No abundan los aleros determinantes en el campeonato, una posición en constante reciclaje, además de la mala suerte de muchos de los llamados a ser los líderes en su posición durante la temporada, como los casos de Carmelo Anthony (40 partidos jugados), el citado Kevin Durant, o Paul George (recién reaparecido con Indiana).

El ala-pívot: la versatilidad

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Mucha variedad en esta posición entre los mejores del año, síntoma de la gran riqueza que demuestra la NBA, una posición en la que hay muchísima calidad. Seis de los ocho equipos del Oeste clasificados para playoffs, presentan jugadores punteros en esta posición. Quizá el mejor cuatro del año haya sido Anthony Davis (24,4 puntos, 10,2 rebotes y 2,2 asistencias, 2,9 tapones), a sus 22 años. Jugará sus primeros playoffs desde que llegó a la liga en 2012. En su tercer año, su mejor temporada como profesional, sumando 4 puntos más de media por partido y siendo el máximo taponador del curso. 53,5% en tiros de campo, subiendo en un 1,6% respecto al pasado curso, tira 2,6 lanzamientos más por encuentro, much más fiable desde la media distancia… Despega definitivamente La Ceja, otro de los que está llamado a dominar la NBA en los próximos años, pilar clave en la clasificación para playoffs de sus New Orleans Pelicans.

Tim Duncan (13,9 puntos, 9,1 rebotes y 3 asistencias, 77 partidos jugados, 2 tapones) es ese jugador incombustible, que no se ve su final, aunque se especula con que, si la temporada termina de manera exitosa para su franquicia, termine diciendo adiós, a sus 38 años. Último jugador MVP de la semana en el Oeste, con 17 puntos, diez rebotes y tres tapones la última semana de competición. La eterna arma de Gregg Popovich en los San Antonio Spurs desde 1997, que, otro año más, quiere ser campeón de la NBA. Su temporada con mejor porcentaje de tiro, desde el año 2010. Nada más que añadir, sólo quitarse el sombrero ante tal ejemplo de profesionalidad y calidad. No te retires nunca Timmy

LaMarcus Aldridge (23,4 puntos, 10,2 rebotes, 1,7 asistencias) es otro de los colosos de la media distancia, con un tiro depurado y rápido, marca registrada. Seguro en tiros de campo (46,6%) y en tiros libres (84,5%), en su temporada más anotadora y la segunda más reboteadora, no cabe ninguna duda de que se encuentra en el mejor momento de su carrera, aunque no en lo físico, ya que llega algo renqueante a la postemporada, por los sucesivos problemas físicos sufridos en la segunda mitad del campeonato. Sano, es un seguro que puede decidir partidos.

Dirk Nowitzki (17,3 puntos, 5,9 rebotes y 1,9 asistencias). Otro de los incombustibles, aunque ha promediado menos puntos que nunca. Es el máximo anotador extranjero de la historia (28.119, superando a Olajuwon) y un valor seguro, hiperexperimentado en playoffs. El primero en acumular 25.000 puntos, 10.000 rebotes, 1.000 tapones y 1.000 triples. Más al Oeste aún, por Los Angeles, la temporada de Blake Griffin (21,9 puntos, 7,6 rebotes y 5,3 asistencias) también ha sido remarcable. Por encima del 50% en TC, su equipo ha agradecido enormemente su vuelta, tras perderse casi todo el mes de febrero (15 partidos en total). Creciendo en todos los aspectos, aumentando su rango de amenaza, con un porcentaje de tres puntos del 40% (con un lanzamiento anotado cada diez partidos). El mejor porcentaje de su carrera en tiros libres y su temporada más generosa, repartiendo 1,4 asistencias más. Vital para los Clippers en los partidos que vienen, al lado de Chris Paul y DeAndre Jordan.

Otros jugadores dignos de ser resaltados, a raíz de su gran temporada, son Paul Millsap (16,7 puntos, 7,8 rebotes y 3,1 asistencias), siendo el jugador más constante y decisivo de los mejores Hawks de la historia. Serge Ibaka (14,3 puntos, 7,8 rebotes, 47,6% TC, 2,4 tapones), segundo máximo taponador de la liga, se ha mostrado irregular por momentos, buscando su lugar en el juego caótico de Oklahoma, aunque finalmente ha podido buscarse sus números. Ha tenido muy mala suerte, perdiéndose el final de temporada por lesión.

El pívot, lo más codiciado de la actualidad

El tabique sobre el que construir la casa para muchos, lo que no abunda en la NBA en la actualidad. Escasean los cincos dominadores, que se pueden contar con los dedos de una mano. Dos españoles entre los más respetados y, junto a ellos, una bestia baloncestística que parece haber sentado la cabeza. Hablamos, en primer lugar, de DeMarcus Cousins (24,1 puntos, 12,7 rebotes, 3,6 asistencias, 1,7 tapones). Le falta perder menos balones, pero no cabe duda de que como tenga la noche, puede destrozar a cualquier equipo. Números como los que firmó ante Rockets y Pelicans, con sendos triples dobles antes de terminar la temporada, de más de 20 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias. El 14 de marzo se puso las botas ante los Sixers, con 39 puntos y 24 rebotes o contra los Clippers, en noviembre, con 34 puntos,17 rebotes, cinco asistencias, cuatro robos y tres tapones. 25 años, las mejores cifras de su carrera en puntos, rebotes y asistencias y nadie sabe donde está su límite.

Turno de los hermanos, considerando a Pau Gasol como pívot. 18,5 puntos, 11,8 rebotes, 2,7 asistencias y 1,9 tapones, a sus casi 35 primaveras. No anotaba tanto desde 2011 y ha superado en 0,5 su tope en rebotes en la NBA. También ha igualado su segunda mejor marca taponadora en una temporada y se ha convertido en el máximo anotador hispano de la historia de la NBA, superando a Renaldo Balkman. Otro récord: es el jugador más veterano en conseguir el récord de dobles-dobles del año, con otro máximo personal de 55. Muy necesario en el ataque y defensa de los Bulls, su experiencia será un factor en los playoffs para las aspiraciones de los de Chicago. Hizo historia con su hermano Marc en el All-Star Game, siendo los dos primeros hermanos en coincidir en un evento de este tipo, dejando una foto para la historia de la NBA y de nuestro país.

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Marc Gasol (17,4 puntos, 7,8 rebotes, 3,8 asistencias y 49,4% TC) es el otro hermano de Sant Boi. Mucho peor desde el All-Star que durante la otra parte de competición, como todo su equipo, pero firmando sus mejores estadísticas también, superando en casi tres puntos su media de anotación más alta, la pasada temporada. Un mes de diciembre impoluto, con 20,2 puntos, 8,5 rebotes y cuatro asistencias, en 14 partidos. Lanza una vez más por contienda, el pívot más asistente del campeonato, que le valió la titularidad de la Conferencia Oeste en el All-Star Game. En lo personal, sabor agridulce por su final de temporada, pero la nota se acercaría más al sobresaliente, como su hermano Pau.

DeAndre Jordan (11,5 puntos, 15 rebotes, 71% TC y 2,2 tapones) ha sido otra de las sensaciones de la temporada. Nadie, desde Wilt Chamberlain, que se dice pronto, se ha acercado nunca a sus porcentajes de acierto en tiros de campo, llegando a la cumbre en el mes de enero, llegando al 77,6%, con una media de 12 puntos por partido en ese mes. Máximo reboteador del año, llegando a 15 rebotes, una cifra a la que sólo se ha llegado dos veces desde que Dennis Rodman lo hiciese en la 97-98 (Ben Wallace y Kevin Love). Máximo en puntos y rebotes en un año en toda su carrera y, cada vez con más importancia en los Clippers de Doc Rivers, sobre todo con ese paso adelante en defensa de las últimas semanas. Un asiduo desde hace mucho tiempo en el top-10 de la jornada, un jugador para el amante del espectáculo.

La clave para la clasificación de los Brooklyn Nets para los playoffs fue Brook Lopez (17,2 puntos, 7,4 rebotes y 51,3% TC). Después de un comienzo de temporada en la que, incluso, fue apartado del equipo titular y de minutos por parte de Lionel Hollins, reapareció para firmar una segunda mitad de temporada enorme, con un mes de marzo superior, con más de 26 puntos y diez rebotes de media. Y el otro All-Star de Atlanta Hawks, como todos los anteriormente nombrados, ha sido Al Horford (15,2 puntos, 7,2 rebotes y 3,2 asistencias). No es tan alto como los pívots más duros, pero sus fundamentos le convierten en un peligro cerca del aro. Aprovechando muy bien el juego coral de su equipo, ha firmado un 53,8% en tiros de campo. Tremendo a la vuelta de una lesión que le alejó de las canchas mucho tiempo, perdiendo menos balones que nunca (1,3) y con su mejor promedio en tiros libres desde 2011.

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Andre Drummond (13,8 puntos y 13,5 rebotes) y Nikola Vucevic (19,3 puntos, 10,9 rebotes, 2 asistencias y 52,3% TC), sin llegar a cumplir los 22 y los 25 años, respectivamente, han firmado dos campañas a tener en cuenta. El de los Pistons, como segundo máximo reboteador, con mucho margen de mejora (sobre todo en tiros libres), pero con las condiciones necesarias para ser un gran pívot. El serbio de los Magic lo tiene todo en ataque, pero flaquea en defensa, pese a su talla (0,7 tapones por partido, para 2,13 metros de estatura). Un asiduo del doble doble, al que le falta la dureza y el carisma para liderar un equipo, siendo un gran jugador. Timofey Mozgov (9,7 puntos, 7,3 rebotes, 55,5% TC) ha sido un bálsamo para los Cleveland Cavaliers en el puesto de center, justo lo que necesitaba David Blatt tras la lesión de Anderson Varejao, sobre todo en defensa y a la hora de coger rebotes. Sin destacar demasiado en el tema estadístico, su llegada le ha venido a LeBron como agua de mayo.

Hasta aquí el análisis individual de la temporada regular de NBA 2014-15. A partir de ahora, se dejará de hablar de temporada regular, para centrarnos en los playoffs por el trofeo Larry O’Brien. Muchos aspirantes, muchos jugadores de los anteriormente nombrados (casi todos) en esos equipos, que de comienzo el espectáculo. Prometen mucho estas eliminatorias por el título, la impaciencia reina en los amantes de esto. No habrá tregua a partir de ahora, otro cuento diferente al vivido hasta el 15 de abril; a partir de ahora se verá quiénes son los verdaderos ganadores, los números de antes, sencillamente, no sirven.