En el partido que marcaba el cierre del primer cotejo de todas las series, Los Ángeles Clippers vencieron a San Antonio Spurs por 107 a 92. Los dirigidos por Doc Rivers impusieron el ritmo de juego que ellos quisieron, forzando a los Spurs a correr sin una idea clara. El equipo como conjunto fue firme, pero claramente las figuras de la noche fueron Chris Paul y Blake Griffin, quienes terminaron con 32 y 26 puntos respectivamente.

Con toda desde el inicio

Provocados por una afición que gritaba como pocas veces se la había visto, los Clippers comenzaron el encuentro a pura máquina y apenas pasaron seis minutos para que logren tomar una ventaja de doble dígito. Rápidamente, Griffin estableció su presencia tanto en el poste bajo como encestando tiros externos, un aspecto de su juego en el cual trabajó durante la pre temporada.

Sin embargo, San Antonio mantuvo la calma y aprovechó el momento para acercárse. Este ocurrió -no sorpresivamente- cuando Paul fue a sentarse al banco de suplentes. El base de Los Ángeles posee el mayor diferencial (estadística que muestra la eficiencia de un equipo cuando un jugador está en cancha) de cualquier jugador en toda la liga. 

De esta manera, a falta de diez minutos para finalizar la mitad y luego de un triple de Manu Ginóbili, los visitantes se ponían a un doble de igualar el partido.

Jordan terminó encestando 4 de sus 8 tiros libres durante el "Hack-A-DJ"Con los Clippers todavía en ventaja sobre el cierre del segundo período, Gregg Popovich decidió volver a una estrategia que conoce bien. El técnico ordenó a sus dirigidos que fouleen intencionalmente a DeAndre Jordan, pésimo tirador desde la línea de los suspiros. Esta vez el plan no salió del todo bien, pues Jordan pudo mantener la ventaja para los suyos. Al medio tiempo, los locales estaban arriba 49 a 43.

Un tercer cuarto de lujo

El arranque de la segunda mitad tuvo de todo. Al inicio, la presencia defensiva de Jordan se sintió a pleno. El pivot alteró al menos cinco tiros de los rivales en los primeros tres minutos. Aunque, del otro lado, la defensa de San Antonio también forzaba fallas.

Quizá la secuencia que ayudó a definir el encuentro ocurrió en un lapso de 17 segundos. En la posesión siguiente a un triple de Matt Barnes, el alero de los Clippers forzó un balón al aire tras forcejear ferózmente con Aron Baynes, pivot de los visitantes. Tal demostración de carácter pareció despertar tanto a los fanáticos como a los jugadores, ya que desde ese momento Los Ángeles convirtió una ventaja de cinco en una de 15 para cerrar el tercer período.

Una vez más, los Spurs intentarían presionar a los locales. Dos triples de Patty Mills le dieron inicio al último cuarto. Luego de sendos bombazos de Danny Green y Marco Bellinelli (terminó con 11 puntos, máximo anotador desde la banca), los actuales campeones se pusieron a nueve.

Allí, Doc Rivers sacó a relucir su chapa de gran entrenador. Rivers pidió tiempo fuera rápidamente y le cambió la cara a sus dirigidos. Saliendo del tiempo pedido, Griffin consiguió un doble y falta. Unos segundos más tarde, Paul encestó un tiro externo y la diferencia volvió a ser de 15.

En los momentos clave, el dúo estelar de los Clippers siempre estuvo para salvar la situación. Sobre el final, Popovich le dio descanso a sus veteranos pensando en el segundo duelo entre estas franquicias (el miércoles por la madrugada).

Si bien hay cosas para mejorar, fue una gran noche para los angelinos. Con aportes en defensa -Jordan- y un muy buen ingreso de Jamal Crawford (17 puntos) en el tercer cuarto, pero siempre liderados por Paul y Griffin.

Para los Spurs, deberán mejorar tanto su porcentaje de tiros libres (14 de 26) como de triples (10 de 33). Con esto dicho, pudo haberse tratado de una mala noche, lo cual los dejaría con chances para el partido del miércoles.