El primer partido ya era historia y Golden State Warriors y New Orleans Pelicans se volvían a ver las caras en el Oracle Arena. Los locales buscaban una nueva victoria en su cancha, donde tan solo han perdido dos partidos durante la temporada regular, para abrir tierra de por medio en la serie, mientras que los Pelicans querían igualar la eliminatoria antes de viajar a New Orleans.

Ambos entrenadores formaron con los mismos quintetos que en el primer encuentro, incluido Tyreke Evans que fue duda hasta última hora por molestias en una rodilla. Steve Kerr no podía contar con David Lee, mientras que Monty Williams tenía la baja de Jrue Holiday, que volvió a las canchas en las últimas semanas de la temporada regular después de perderse más de tres meses de competición.

New Orleans sorprende en el inicio

Los Pelicans aprendieron la lección del primer encuentro de la serie y salieron al parquet del Oracle Arena mucho más concentrados y acertados, en especial Anthony Davis. Los de Monty Williams mandaron en el marcador, con un inspirado Eric Gordon desde el perímetro, hasta que apareció Stephen Curry para liderar a los Warriors. Los locales no ofrecieron su mejor juego en los compases iniciales, salvo en las ocasiones en las que podían correr y salir al contraataque.

New Orleans dominaba el rebote y la anotación en la pintura, con un imperial Davis al que la defensa de Golden State no podía frenar. La aportación del ala-pívot de Chicago, unido al acierto desde la línea de tres (3-5 T3), catapultó a los Pelicans en el electrónico, 17-28, con un parcial de 2-14 en los minutos finales del primer cuarto. En los locales solo Curry aportaba en la faceta anotadora, y estaban lastrados por las pérdidas de balón (seis en el primer periodo) y por su bajo porcentaje de acierto en el tiro (7-22 TC).

La importancia del banquillo

Después de llegar a perder de hasta trece puntos, serían los hombres del banquillo los que acercarían en el marcador a los Warriors. La entrada de Barbosa y Speights dotó de más intensidad al ataque, y con nueve puntos del base brasileño los locales se situaron a tan solo cuatro puntos, 28-32. La segunda unidad de los Pelicans también respondía con eficacia, sobre todo Norris Cole, llevando a los suyos a disfrutar de ventajas cercanas a la decena de puntos.

Con la vuelta de los titulares los locales ofrecieron su mejor versión de juego en esta primera parte, moviendo rápido el balón, encontrando tiros liberados y haciendo una gran defensa. Green lideró el parcial de 17-5 favorable a los Warriors, bien secundado por Curry y Thompson, que comenzaba a calibrar su punto de mira de cara al segundo tiempo. Una canasta de Curry en los instantes finales ponía a Golden State por delante en el marcador por primer vez en la noche, 55-52, antes de llegar al descanso.

Máxima igualdad

Los locales mantuvieron el ritmo de juego del segundo cuarto en los compases iniciales de la segunda parte, llegando a disfrutar de una ventaja de ocho puntos, 61-53, gracias al acierto de Curry (22 puntos) y Thompson (26 puntos). New Orleans no le perdió la cara al partido en ningún momento, y volvieron a igualar la contienda con Davis (26 puntos y 10 rebotes) y Gordon (23 puntos) llevando la manija anotadora.

Ambos equipos bajaron su porcentaje de acierto en este tercer cuarto, ya que las defensas comenzaron a ganar protagonismo. Green (14 puntos y 12 rebotes) era el baluarte defensivo de los Warriors, pero no podía con la fuerza de Davis, que lideraba a los suyos desde la pintura o forzando faltas que le llevaran a la línea de tiros libres (8-8 TL). La igualdad era máxima y el encuentro afrontaba su parte final con empate en el marcador, 71-71.

El cuarto de Klay

La defensa, el acierto de Thompson y el calor del público llevaron en volandas a Golden State en el último y definitivo periodo. Los intercambios de canastas de los primeros minutos, aunque con los locales siempre por delante en el electrónico, dieron paso a los mejores minutos de los Warriors en el encuentro. Stephen Curry lideraba las operaciones desde el puesto de base, Klay Thompson llevaba el peso anotador (14 puntos en el último cuarto) y Green y Bogut defendían la 'muralla amarilla' de cualquier intento de asalto por parte de la ofensiva visitante.

New Orleans tan solo fue capaz de anotar 16 puntos en los últimos doce minutos de partido, mientras que los locales mejoraron sus prestaciones en ataque justo cuando más lo necesitaban. Catapultados por sus aficionados y por la lucha y entrega de Draymond Green, al que Steve Kerr calificó de 'todoterreno' a la conclusión del encuentro, los Warriors abrieron una brecha en el marcador que ya sería insalvable para los Pelicans. Una canasta de Bogut tras un gran pase de Curry certificaba la victoria de Golden State, la vigésima consecutiva en el Oracle Arena, a poco más de un minuto para el final del partido, 97-87.

El conjunto de la bahía de San Francisco pone el 2-0 en la serie, y llega a New Orleans, donde puede sentenciar la eliminatoria por la vía rápida, con una cómoda ventaja. Esta es la primera vez desde la campaña 1988/1989 que los Warriors mandan por 2-0 en una serie de playoffs. El próximo encuentro se disputará en la noche del jueves en el Smoothie King Center, donde los Pelicans están obligados a ganar para mantener vivas sus opciones de avanzar a la siguiente ronda de los playoffs en la Conferencia Oeste.