Los Grizzlies mandaron esta madrugada un aviso a toda la NBA. Los Marc Gasol, Randolph y compañía mostraron un juego muy serio y dejaron claro que este año, y jugando así, aspiran a todo. 

Con el FedEx Forum a reventar, los Grizzlies comenzaron con un intercambio de canastas en el que no parecía salir ganador nadie. Curry y Thompson empezaban enchufados pero inmediatamente respondían Lee y Randolph. Sin embargo, el escolta titular de Warriors iba a seguir a lo suyo y en poco más de cinco minutos se iba hasta los siete puntos en lo que parecía ser una película distinta a lo que se vio en el segundo encuentro de la serie.

La entrada de Speights y Ezeli permitió a los visitantes algo más de rigor defensivo mientras Carter y Koufos entraban desde el banquillo para colocar dos canastas consecutivas que permitían a los Grizzlies irse tres arriba en el primer cuarto. Fue en el segundo cuarto cuando se vio a los de Joerger barrer literalmente de la pista a unos Warriors desconocidos sin ningún orden ni en defensa ni en ataque y desarbolados completamente. Los de Kerr no supieron encontrar alternativas a la defensa de los locales y encajaron un parcial de 32-19 que dejó muy mal sabor de boca en los de San Francisco.

Cuarto para enmarcar de Memphis

Conscientes de la superioridad en la pintura tanto de Zach Randolph como de Marc Gasol, los Grizzlies cargaron el juego a la pintura y fue ahí donde se produjeron las mayores diferencias en el encuentro. Guiados por un gran Marc Gasol (12 puntos en el cuarto y doble-doble antes de llegar al descanso) colocaron la máxima diferencia en el marcador (+17) sin que Curry y compañía pudieran frenar el vendaval ofensivo de los de Memphis. Además, por si esto fuera poco, la defensa de Allen sobre Thompson fue sencillamente sublime, y el alero levantó a la grada de sus asientos con dos robos consecutivos.

En los Warriors, solo el correcto partido de Barnes, sin fallo en el tiro al descanso, salvó un poco su imagen. Curry lo intentaba por su cuenta sin éxito mientras los lanzamientos de larga distancia ejecutados por Green e Iguodala se iban al limbo una y otra vez. El resultado: 39 puntos al descanso, frente a los 55 encajados y todo por mejorar para los dos últimos cuartos que se antojaba casi imposibles visto lo visto en la primera mitad.   

Pese a que la imagen no fue mucho mejor en la segunda mitad, los de Steve Kerr comenzaron el tercer cuarto reduciendo la diferencia hasta los siete puntos gracias a un triple de Green y a siete puntos consecutivos de Klay Thompson.  La defensa subió un punto la intensidad y a los locales les costó más conseguir canastas sin Gasol en pista y con Randolph visiblemente cansado. Curry, con otro triple, seguía metiendo a Golden State en el partido, pero el coraje de Tony Allen impedía cualquier intento de remontada. El ex de Celtics cuajó una grandísima actuación incluso anotando cuando su equipo más lo necesitaba.

En los minutos finales del tercer cuarto y pese a no estar en su mejor estado de forma, Zach Randolph se echó a su equipo a la espalda y bailó a Ezeli para elevar de nuevo la diferencia hasta los 15 puntos.

Nadar para morir en la orilla

Fue entonces cuando se produjo la revolución en los Warriors. Kerr, cansado de la sangría en la pintura, probó a jugar con un quinteto pequeño en el que Barnes era el pívot y en el que las ayudas en defensa eran constantes. Además, su equipo entró rápido en bonus y eso les permitió entrar en la lucha por la victoria del encuentro cuando a falta de dos minutos perdían de cinco puntos y tenían posesión. Sin embargo, Green intentó hacer la guerra por su cuenta y perdió el balón, acabando con las esperanzas de los suyos, que se lapidarían definitivamente acto seguido con un triple de Courtney Lee.

Memphis se coloca 2-1 en la eliminatoria y dando una gran imagen de equipo capaz de todo. Siempre que una franquicia se ha colocado 2-1 en una serie la ha ganado en un 70%. En los Warriors mucho deberán cambiar las cosas para el siguiente encuentro. La falta de puntería de Curry (2 de 10 en triples) y de todo el equipo en los tiros libres 19 de 28 sentenciaron a un equipo que deberá demostrar en el próximo encuentro por qué han sido los mejores en temporada regular.