32 puntos, seis rebotes y diez asistencias, en casi 40 minutos de juego. Nada nuevo bajo el sol. Quizá la gente se ha acostumbrado a ver estos números en el casillero de Stephen Curry cada madrugada, pero, al nivel de unas semifinales de conferencia, no había llegado a hacerlo. Los alegres Warriors cosieron en el FedEx Forum a los correosos Memphis Grizzlies desde el perímetro, comandados por su capitán general, el hijo de Dell Curry. Ahora, les espera el último escollo para llegar a las ansiadas Finales de la NBA, llamado Houston Rockets o Los Angeles Clippers.

Es el retorno a las Finales de Conferencia de la franquicia de la bahía de Oakland. Concretamente, desde el año 1976 no se les veía por estos lares, en esa ocasión bajo la batuta de Rick Barry, tras ser campeones en 1975 (Barry fue MVP). En los dos partidos definitivos de la serie, Steph Curry ha vuelto a su nivel de dominador del juego y del ritmo de partido, encontrándose a sí mismo, desatándose a él y a su equipo de la telaraña que los pupilos de Dave Joerger habían tejido para ahogar a su presa. Anoche le salió casi todo, incluido un triple desde su propio tiro libre. Él comentó: "Es un tiro que practico todos los días, y no es ninguna mentira". Genio y figura, no son ningún secreto sus vídeos, anotando antes de cada partido desde el túnel de vestuarios.

Un virguero que disfruta con lo que hace, número siete del draft de 2009, y jugador del que, en su momento, se esperaba menos que Ricky Rubio. Ha dado el paso adelante que necesitaban los Warriors, ayudado por el jaque de su entrenador, Steve Kerr, capaz de responder al desafío defensivo de los de Tennessee. En la última noche, logró su récord personal de triples en un partido de playoffs, con ocho anotados en 13 intentos. Una barbaridad.

En los definitivos tres partidos de las semis, ha promediado 27,7 puntos, con un 44,4% de acierto en tiros de campo, además de un brutal 18/35 en triples, nada menos que un 51,4% en tiros desde el perímetro. Ha disputado dos postemporadas (ésta es la tercera), promediando 23,4 y 23 puntos en su primer y segundo año, en 41,4 y 42,3 minutos de juego, respectivamente. Este año, en casi cuatro minutos menos, está en 28,2 puntos por noche, anotando 1,5 triples más y tirando seis tiros más, con el mismo porcentaje en TC (43,5%). Ha bajado de unas ocho asistencias a algo más de seis, pero su productividad es, sin duda, muchísimo mayor que con Mark Jackson.

29 partidos de playoffs con al menos un triple en cada uno. El único que ha llegado a esa cifra ha sido Tim Hardaway.

Otra estadística demoledora en lo que es su impacto en el equipo, radica en que sus Warriors han ganado los ocho partidos en los Playoffs 2015 en los que el MVP ha anotado tres triples como mínimo. En las dos derrotas cosechadas este año, ante Memphis Grizzlies ambas, el base no llegó a esos tres triples. Números demostrativos de que es el faro del equipo, vital para el rendimiento global.

En los primeros tres, de los seis partidos contra Memphis Grizzlies, Curry sólo consiguió anotar el 41% de los triples que intentaba sin oposición. En los últimos tres encuentros, ese porcentaje ha subido hasta el 71%, adecuándose al derroche físico propuesto por el equipo de Marc Gasol. Ha anotado en los últimos dos partidos 14 triples, el máximo de la historia en dos partidos definitivos en una eliminatoria de playoffs. Sus ocho triples son, además, el récord en un partido para resolver una eliminatoria fuera de casa en la historia.

Más cosas. El hermano mayor de Seth Curry ha jugado 29 partidos de playoffs. En todos y cada uno de ellos ha anotado, al menos, un triple. No es algo único, ya que Tim Hardaway es el otro que lo ha conseguido, igualando esa cifra de 29. La diferencia: Stephen Curry tiene 27 años y se encuentra en su plenitud deportiva, que quién sabe cuánto puede durar y cuántos playoffs más puede disputar. Tim Hardaway tiene casi 49 años .

Y para cerrar este apartado, la noche del viernes entró en otro selecto club de jugones. El cuarto jugador de las últimas 30 postemporadas en conseguir, al menos, 30 puntos, diez asistencias, cinco rebotes y cinco triples. Los otros tres que han llegado a estas cifras han sido LeBron James (vs Bulls) y Kobe Bryant (vs Suns), en 2010, y Steve Nash por dos veces (Mavericks y Kings) en 2003 y 2005.

Stephen Curry y los Golden State Warriors esperan rival para las Finales de la Conferencia Oeste, que saldrá del duelo el domingo día 17 de mayo entre Los Angeles Clippers y Houston Rockets. Todos estos récords, sumados a los de la temporada regular, hacen de los Warriors uno de los principales candidatos al anillo, si no los favoritos. Se le pidió una mejora física cuando llegó, y lo ha conseguido. Ahora, a ese base de Akron con cara de niño bueno, se le pide el anillo.

Este jugador es digno del artículo número 34 del baloncesto, escrito por el gran Andrés Montes allá por el año 92, con la aparición de un tal Shaquille O'Neal: "Hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero". Allen Iverson también tuvo palabras para él y Kyrie Irving hace unos días, en las que afirmaba que el manejo de balón de estos dos genios es muy superior a todo lo visto anteriormente, incluso al del mismo "The Answer". Seguirán cayéndole elogios seguro, como la lluvia de abril, en los próximos tiempos, de todo tipo y de todas las personalidades. Quién sabe hasta dónde puede llegar con su talento infinito, sencillamente embelesador y obligatorio para un amante de esto, unas capacidades que pocas veces se han visto en la NBA.