Warriors y Rockets inauguraban las Finales de la NBA con la moral con las nubes. Los locales por la gran eliminatoria realizada frente a Grizzlies y los visitantes por la remontada histórica que hicieron ante Los Angeles Clippers y que les permitió imponerse en siete encuentros. Con el primer punto en juego fueron los de Kerr los que se llevaron el partido gracias a la estelar actuación de Curry que terminó con 34 puntos frente a un Harden muy brillante (28 puntos 11 rebotes 9 asistencias)

De inicio sorprendieron los Rockets con ataques muy rápidos y una gran intensidad en el rebote que hizo que los de McHales comenzaran con un 8-2. Sin embargo los de Oakland fueron capaces de sobreponerse a su falta de puntería inicial y consiguieron igualar el partido cuando se llegaba al ecuador del primer cuarto. Además el encuentro se les ponía más de cara cuando Smith se caía sobre la pierna de Howard y este tenía que irse al vestuario. Finalmente todo quedó en un susto y el pívot titular de los de Texas pudo regresar al encuentro pero solo hasta el descanso.

Pero en los minutos que no estuvo en pista Howard, apareció la figura de Capela, jugador de primer año, para sorprender a todos tanto en defensa como en ataque. El joven suizo anotó cuatro puntos en sus primeros minutos además de asistir en una ocasión y colocar un tapón. En Golden State, nadie era capaz de aguantar el ritmo de los visitantes y eso hizo que se fueran perdiendo por siete en el primer descanso.

Livingston y los Warriors se exhiben

Se las prometían muy felices los Rockets de Harden en el inicio del segundo cuarto. Brewer y Ariza anotaban de tres en apenas 20 segundos y la diferencia se iba hasta la máxima hasta entonces, +17 para los visitantes. Fue entonces cuando apareció el fondo de armario de los de Steve Kerr para ponerse manos a la obra y remontar el encuentro. Y lo hizo por medio de Livingston, base suplente y que demostró que en los momentos importantes no le falla la muñeca. Anotó 14 puntos en este segundo cuarto sin fallo desde la personal, y cuando Curry y Thompson salieron de nuevo ya llovía menos: solo perdían de cuatro puntos.

Los locales siguieron castigando a los Rockets con su defensa y su acierto en ataque, algo que les falto en el primer cuarto, y gracias a un parcial de 25-6 en seis minutos, incluida una canasta de Curry con el segundo cuarto terminándose, los Warriors se fueron liderando el marcador por tres puntos y con un Oracle Arena rugiendo sin parar.  

Magistral Harden

Pese a que tras el descanso los Rockets no pudieron contar con Howard, que se resintió de la primera mitad, los de McHale se encomendaron a un Harden que dio una verdadera clase magistral de cómo se juega al baloncesto. Anotó 21 puntos y todos ellos con Klay Thompson, un gran defensor, siempre encima de él. No le tembló la mano y así los de Texas se metieron en el encuentro de nuevo tras ir perdiendo de nueve puntos. Los 11 tantos que consiguió el escolta titular de Houston les sirvieron para desesperar a Thompson, que no estuvo ni en defensa ni en ataque.

El último cuarto hacía presagiar una posible prórroga dada la igualdad en el marcador. Harden seguía a lo suyo y en los locales, tanto Curry como Barnes y Green se repartían los puntos para seguir por delante en el encuentro. Solo dos errores de Harden, algo cansado, y una pérdida de Josh Smith con tres minutos por jugarse, pusieron a los Warriors 11 puntos que parecían definitivos.  Pero los tiros libres de Smith (consiguió lanzar sin fallo a falta de un minuto) y de Brewer, sumados al triple de Ariza a falta de 14 segundos, pusieron picante al final del encuentro. Curry recibió falta, no falló en los tiros libres y Harden tuvo un triple para forzar otros dos tiros libres pero su lanzamiento se fue fuera y los Warriors se apuntaron la primera victoria de estas Finales.