Cuarto asalto de la final de la Conferencia Oeste entre Golden State Warriors y Houston Rockets, al que los de Oakland llegaban con una clara ventaja de 3-0. El conjunto tejano necesitaba el triunfo para seguir vivos en la serie y forzar el quinto encuentro, y así mantener sus opciones de llegar a las finales por primera vez en los últimos 18 años, ronda que Golden State tampoco visita desde la campaña 1975-1976.

El técnico local, Kevin McHale formó con su quinteto habitual desde la eliminatoria ante Los Angeles Clippers, con Jason Terry, James Harden, Trevor Ariza, Josh Smith y Dwight Howard. Por su parte, Steve Kerr salió con su “cinco” de gala, con Stephen Curry, Klay Thompson, Harrison Barnes, Draymond Green y Andrew Bogut.

Inicio fulgurante de Houston

Conscientes de lo que estaba en juego, los Rockets salieron mucho más enchufados que su rival al parquet del Toyota Center, marcando un ritmo de juego vertiginoso y logrando las primeras diferencias de la noche en los compases iniciales del choque, gracias a un parcial de 12-0. Golden State sufría en ambos lados de la cancha y no logró anotar su primera canasta hasta pasados tres minutos del partido. Los hombres interiores de Houston dominaban el encuentro, con un gran Josh Smith (13 puntos en el primer cuarto), permitiendo que su equipo pudiera desarrollar su estilo de juego, moviendo rápido el balón y anotando puntos al contraataque.

Los Warriors no podían frenar el arsenal ofensivo de los locales, que llegaron al final de los primeros doce minutos con una ventaja de más de veinte puntos, 45-22. Este es el récord de anotación de un equipo en un primer cuarto de un partido de playoffs desde que hay reloj de posesión, y la mayor cantidad de puntos que recibe el conjunto de Oakland en el primer cuarto esta temporada. Un primer cuarto en el que Houston lanzó por encima del 70% de acierto en TC (17-22) y cerca del 90% en triples (8-9), por el 32% (8-25 TC) de los visitantes, en los que Curry era el único que parecía estar metido en el choque.

Susto de Curry

La ventaja de los locales se mantuvo por encima de la veintena de puntos durante los primeros minutos del segundo cuarto, gracias a su acierto desde el perímetro. A cinco minutos del final de la primera parte, Stephen Curry tuvo que abandonar la cancha por culpa de un duro golpe contra el parquet, que hizo saltar las alarmas en el seno de la franquicia de la bahía de San Francisco.

Sin el MVP en la pista, los Warriors comenzaron a desempeñar su mejor juego de la noche, liderados por Klay Thompson (16 puntos en el segundo cuarto) y por la entrega habitual de Draymond Green en la pintura. Un parcial de 27-11 para los de Steve Kerr, les permitió reducir la diferencia y llegar al descanso a tan solo diez puntos, 69-59. En estos segundo doce minutos, Golden State logró aumentar su porcentaje de acierto en el tiro a canasta (23-49 TC, 46%), gracias a que todos los jugadores dieron un paso al frente ante la baja de Curry, cuya lesión se quedó en tan solo un susto.

Control de los Rockets

Tras el paso por los vestuarios, el conjunto de Oakland consiguió bajar de la barrera psicológica de los diez puntos de desventaja, 73-64, aunque Houston se mantuvo firme en el liderato en el marcador, con un imperial James Harden (45 puntos), que anotó 33 de sus 45 puntos en la segunda parte del partido, y a pesar de Dwight Howard (14 puntos y 12 rebotes), que estuvo cerca de ser expulsado por “soltar” el codo sobre la cabeza de Bogut. Con la vuelta al parquet de Stephen Curry (23 puntos), los Warriors volvieron a ver como descendía su ritmo de anotación, sufriendo un parcial de 12-2.

Thompson (24 puntos) y Green (21 puntos y 15 rebotes), unido al gran trabajo de Barbosa (12 puntos) entrando desde el banquillo, fueron los encargados de mantener a los suyos en la lucha por la victoria, no obstante, seguían sin poder frenar a Harden, que estaba siendo el auténtico dominador del encuentro. Los locales ampliaron la ventaja hasta la quincena de puntos, 99-84, merced a una canasta de Terrence Jones (14 puntos) en el último segundo del tercer cuarto.

Bajo la batuta de Harden

El último y definitivo periodo comenzó de la mejor manera posible para los de Steve Kerr, ya que redujeron la diferencia hasta los siete puntos, 102-95, y veían como Stephen Curry recuperaba la normalidad en su juego con el paso de los minutos. Sin embargo, James Harden no permitió ni un solo atisbo de reacción a los californianos, que rápido volvía a situar el más trece en el marcador, 111-98.

Golden State luchó hasta el final por remontar el partido, recurriendo incluso al hack-a-Smith, pero se estrelló una y otra vez contra Harden. El escolta de Los Ángeles cuajó uno de los mejores partidos de su carrera, marcando su récord de anotación en un encuentro de playoffs, y llevó a los Houston Rockets a la victoria, 128-115. Una victoria con la que recortan distancias en la serie, 3-1, y que mantiene vivas sus esperanzas de llegar a la gran final de la NBA, aunque las estadísticas no estén de su lado, ya que ningún equipo ha logrado remontar una serie en la que caía por 3-0.

Además de marcar su récord de anotación en playoffs, James Harden también se convirtió en el jugador de los Rockets que más puntos anota en un choque de Final de Conferencia desde Hakeem Olajuwon. Otra de las marcas de la noche estuvo en el lanzamiento de tres, ya que este es el primer partido en la historia de los playoffs en los que ambos equipos anotan al menos quince triples (HOU, 17-32 T3; GSW, 20-46 T3).

Con el triunfo de Houston, la Final de la Conferencia Oeste regresará al Oracle Arena de Oakland en la jornada del miércoles, donde se disputará el quinto partido de la serie y en el que los Golden State Warriors tendrán la oportunidad de cerrar su pase a las finales. Para ello tendrán que superar una vez más a los Rockets, un equipo que ha salido victorioso en los cuatro últimos encuentros en lo que se jugaba la eliminación.