Tras varios años cargados de rumores y traspasos, en los que el veterano escolta ha llegado a cambiar de equipo hasta en tres ocasiones, Jason Terry ha encontrado la continuidad que un jugador de su edad precisa en los Houston Rockets. El de Seattle, que en septiembre cumplirá 38 años, firmará un año más con la franquicia texana por el mínimo de veterano y pondrá punto y final a dos años de inestabilidad deportiva.

Terry se alzó con el anillo en 2011 de la mano de Carlisle y Nowitzki

Jet aterrizó en Houston en septiembre del año pasado procedente de unos Kings en los que ni siquiera llegó a vestirse de corto. A las órdenes de Kevin McHale ha ido poco a poco recuperando la forma y el nivel que le llevaron a ser uno de los puntales de los Mavericks de hace ya casi un lustro. Así pues, el que fuera mejor sexto hombre de la liga en 2009 ha vuelto a reencontrarse en Texas con sí mismo y ha suplido con garantías los minutos de descanso de una estrella como Harden.

Pero su papel no se limitó a dar descanso a Harden con anotación y orden desde el banquillo, sino que con la llegada de la postemporada Terry dio el salto al quinteto inicial. Si bien es cierto que esta decisión de Kevin McHale se vio motivada por la inoportuna lesión de Beverley, el experimentado jugador no defraudó y aportó en torno a la decena de puntos en cada uno de los 17 encuentros que disputó.

Estas razones parecen ser más que suficientes para que el equipo directivo de los Rockets, encabezado por la figura de Daryl Morey, general manager en función desde 2007, se haya interesado de nuevo por las prestaciones de un Jason Terry que siempre ha contemplado el estado texano como su segundo hogar.